XII

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Hoy se cumplía el plazo para que Isabella sufriera de terribles alucinaciones y por las cuales ella necesitaría una revisión médica, pero Alana aún no había tomado una decisión al respecto. La entrada de Aiko interrumpió sus pensamientos.
-Dra. Bloom- saludó Aiko
-Dime
-El jefe me pidió la actualización del historial médico del personal- explicó Aiko
-Actualización- exclamó Alana interesada
-Sí, ya sabe lo típico consulta con el médico y algunos análisis
-Bien y quiénes figuran en aquella lista- preguntó Alana
-Isabella, Will, usted, Paul y yo; además del resto del equipo forense- dijo Aiko
-Esta bien, yo les haré saber a Will y a Isabella-respondió Alana
-Eso me sería de gran ayuda, muchas gracias, yo me retiro
-Adelante Aiko- despidió Alana
Esta noticia no podía más que beneficiarle a Alana, ya que no dependía de ella si Isabella moría, sería trabajo de otra persona. Alana envió un mensaje:
Paciente especial en camino
La enfermera Rachel del hospital Bartholomew lo recibió y supó el trabajo que debía realizar, nadie sospecharía, de todos modos podía decir que la paciente tuvo una crisis y hubo que hospitalizarla.

Isabella se encontraba caminando hacia su oficina y en el pasillo la esperaba Paul.
-No te basto con lo que te dije en la cena, fuera de mi vida- exclamó ella con cierto desdén
-Eso fue claro y grosero, me sacaste como si yo fuera un basurero- dijo Paul con irritación
-Paul, por favor solo eras un gusto culposo- explicó Isabella harta de aquella insistencia
-No estarás hablando en serio- contestó Paul
-Por supuesto, eres lo que había, yo estaba aburrida, ni modo- remato ella para quitárselo de encima
-Nunca vas a encontrar a alguien como yo- se defendió Paul
Isabella subió la mirada exasperada y con la mano hizo un ademán para que se alejará
-Te arrepentirás- gritó Paul e Isabella solo siguió su camino hasta que ingreso a su oficina para elaborar algunos papeles.

Unos toques en la puerta irrumpieron en la oficina.
-Adelante- exclamó Isabella
-Isabella, no te interrumpo
-En absoluto Alana, solo es papeleo, que necesitas
-Verás Isabella, cada cierto tiempo la administración de la academia actualiza el historial médico del personal, en este caso también se aplica al personal más reciente- explicó Alana
-Ya entiendo, qué tengo que hacer- respondió Isabella
-Solo unos análisis; aquí esta una lista de hospitales más cercanos, aunque el que esta marcado es a donde vamos todos y los resultados tardan menos en entregarse- habló Alana con total seguridad
-Muy bien, lo tendré en cuenta- respondió Isabella
-Eso sería todo, yo me retiro- dijo Alana, al salir una sonrisa de tranquilidad se dibujo en su rostro, al fin el problema sería resuelto; además nadie podría culparla por intentar preservar su vida.

Varias horas después Alana se arrepentía, era claro que no podía ver a Hannibal sufrir y menos a Will, los amaba tanto y si Isabella los hacía felices, ella no tendría porque molestarse aunque era tan difícil, así que decidió poner en marcha un plan de advertencia.

Isabella había agendado una cita en el hospital Bartholomew era a las seis y media de la tarde, además le tocaba terapia con Bedelia a las cinco y ante tantos compromisos mejor decidió pedir la tarde libre.

Alana por su parte ponía en marcha su plan y salía de una tienda departamental, había comprado un télefono prácticamente deshechable, así que envió otro mensaje al único que podía poner a salvo a Isabella, Hannibal. Hoy por la tarde noche en el Bartholomew, Isabella podría morir, ve y sálvala. Solo busca a la enfermera Rachel.

Hannibal reparo en su télefono hasta el final de su última consulta, el mensaje le desconcerto bastante, pensaba ignorar esa advertencia, pero supo que si ya habían intentado asesinar a Isabella, el Drágon rojo podría intentarlo de nuevo, pronto comenzó a cancelar todas las citas de la tarde y preparo uno de sus potentes alucígenos.

Mientras tanto Isabella llegaba puntual a su cita con Bedelia. Como el mayordomo le había abierto la puerta y le indico que pronto la dra. Du Maurier la atendería, ella prefirió sentarse en el sofá principal, ese sería un buen lugar para poder hacer lo que tenía planeado, ya que no olvidaba las reacciones de Bedelia cuando por primera vez le había confesado parte de sus secretos.
Cuando Bedelia ingreso a la sala de estar, se encontro con aquella imagen.
-Es un sofa muy cómodo, Bedelia- saludó Isabella sentada en aquel sofa
-Isabella soy tu psiquiatra, no tú el mío- pidió Bedelia mientras se sentaba en esa silla
-Solo es un sofá o es que desde esa silla no puedes ejercer tu autoridad- retó Isabella
-Empezemos- resopló Bedelia un poco irritada por aquellas palabras
-Adelante- contestó Isabella para adoptar una postura cómoda y exclamar -sabes Bedelia, hoy me encuentró asustada, creo que no soy lo suficientemente mala para esto
-Y eso- preguntó Bedelia curiosa
-Se trata del caso nuevo que tengo con Will- respondió Isabella
-Hay un caso nuevo
-Todos los días hay un caso nuevo y este es de lo más curioso- dijo Isabella que se mostraba complacida porque Bedelia se dejaba llevar por la curiosidad
-¿Por qué?
-Es un asesino serial que se cree la encarnación del mal, destroza a familias enteras, pero sus propósitos van más allá- explicó Isabella convencida

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