XI

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-Hannibal, Lady Murasaki está muriendo y quiere verte- fue lo que pronunció Chiyoh para después colgar.

-Tengo que irme a Londres, hay cosas que debo resolver- explico Hannibal a Will e Isabella, a ambos se les hizo extraño pero no dijeron nada.

Una vez en Londres, Hannibal se dirigió hacia aquella dirección que conocía bien. Allí lo recibió Chiyoh
-Es bueno verte, Hannibal; ella te esta esperando.
Y él entró en aquella habitación tenuemente iluminada, donde Lady Murasaki descansaba.
-Hannibal...ha pasado mucho tiempo- dijo ella para verlo de pies a cabeza y luego pronunciar -mira lo bien que te ha tratado el mundo.
-A veces he tenido que obligarlo- pronunció él
-Lo sé, tienes tus métodos; tú bien sabes que los reprobé mucho tiempo
Hannibal sonrío y agregó -insististe en que perdonará
-Jamás lo hiciste- reconoció Lady Murasaki
-No pude, como perdonar el odio y la envidia de un hombre que asesino a los padres de un niño de 11 años y que se comió sus mejillas aún estando los cadáveres tibios.
-No, no podías...
-Y luego como perdonar a los bastardos que asesinaron a la primera persona que amé con todo mi corazón
-No mucho menos...- exclamó ella negando para después levantar la mirada y proseguir -pero dime qué harías si existiera la posibilidad de que Mischa viviera.
Hannibal sintió como el aire abandonaba sus pulmones y de manera lenta miro a Lady Murasaki.
-Con el recuerdo de mi hermana no te metas, ella murió hace 22 años, tú viste su cadáver
-Sí, lo sé, pero si por alguna situación ella hubiera sobrevivido, qué harías
-Qué sabes, Murasaki, no eres de la que habla sin información.
-Hace unos meses te informe sobre que el mausoleo de la familia había sido liberado, por obvias razones todos los Lecter debían estar enterrados en un solo lugar, así que mande a exhumar los restos de la pequeña Mischa.
Hannibal con una dura mirada silenciosa le invitó a continuar.
-Para poder enterrarla se pidieron exámenes de identificación y autorice para que los hicieran, los resultados presentaron que ese cadáver no es el de Mischa.
-¿Qué dices?
-Ese cadáver no pertenece a Mischa, es de otra niña; así que por lógica tu hermana, Hannibal, la pequeña Mischa está viva
Hannibal por primera vez en 22 años volvía a sentirse como un pequeño indefenso, con el estómago revuelto y sin poder respirar.
-Si no me crees, aquí están los análisis- exclamó Lady Murasaki y tomo de un mueble cercano el folder con los papeles;
Hannibal dudo por un segundo si verlos, pero al final se decidió a hacerlo.

"El cadáver presentado como la menor Mischa Lecter tiene NULO parentesco con los restos de Audra Sterling Lecter y con Saulé Lecter."

Hannibal al leer esas palabras seguía sin poder recuperar el aliento y solo cerró aquel folder con manos temblorosas, las lágrimas iban cediendo fácilmente.
-Ahora lo ves Hannibal, tu hermana esta viva y si no me equivoco actualmente debe tener 27 años.
-Todos estos años, he...
-Hemos llorado al cadáver de una niña desconocida, sí, así parece
-Mischa está viva- exclamó Hannibal más para sí mismo, ya que seguía sin poder creerlo
-Así es, Hannibal, búscala, busca a nuestra pequeña Mischa, yo ya no podré ayudarte y lo único que puedo hacer por ti es dejar a Chiyoh a tu servicio.
-Tengo que encontrarla
-Y una cosa más, cuando lo hagas, entrégale esto- pidió Lady Murasaki mientras le extendía una pequeña caja y volvía a hablar -era tu madre, ella tenía la intención de entregárselo a Mischa cuando cumpliera la mayoría de edad.
Hannibal recibió la caja y la abrió, dentro de ella estaba un dije de un zafiro engarzado, era la posesión más preciada de su madre y nunca se lo quitaba, salvo el día en que murió; él no lo había visto desde entonces, por lo que levanto la vista desconcertado.
-No te sorprendas Hannibal, con la caída de los Kratz, toda la herencia incautada a los Lecter llega a tus manos y pronto a las de Mischa.
Luego de que Hannibal recobrará la serenidad y pudiera hacerse una idea de lo que estaba pasando, se marchó. En el umbral de la puerta estaba Chiyoh.
-Mi lady, por qué no le contó todo a Hannibal
-De qué hablas, mujer
-De que la señorita Mischa estuvo aquí
-No mujer, ya he hecho mucho con decirle a Hannibal sobre los análisis, además recuerda la promesa que hice

Dinastía LecterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora