I

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El día era bello.

Es lo que pensaba Kisame al ver el cielo, este era de un hermoso azul, con nubes blancas y esponjosas, además de que el viento era agradable, desgraciadamente él e Itachi tenían una misión que cumplir.

Entendía perfectamente que era necesario que recaudaran dinero e influencia para poder poner en marcha el gran plan, aún así, pensaba que trabajar ese día era un desperdicio. El ambiente era tan agradable que solo quería recostarse en el pasto, observar el cielo y quedarse dormido mientras admiraba su belleza.

Pero no solo era eso, se sentía insultado de que su misión fuera tan simple. Kisame nunca se quejaba de sus misiones, por supuesto, siempre las cumplía sin error y con gran precisión, sin embargo, consideraba que eso era demasiado fácil.

Quien los contrató pidió que le robaran un pergamino a un grupo de cinco ninjas de la Aldea del Sonido y se lo dieran a él, sin ver el contenido, claro esta. También les dio la información del camino que seguirían y por dónde sería más fácil interceptarlos, la verdad es que les dio tantos detalles sobre aquella misión que lucía sospechoso y eso sin mencionar que pidió que, específicamente, ellos dos debían de hacer el encargo. Pero el dinero era bueno, así que Pain les pidió que se encargaran de eso.

No tuvieron más opción que aceptar.

Ya en el lugar solo esperaron a que aparecieran los ninjas.

—Esto es demasiado fácil, ¿no crees, Itachi-san? —preguntó Kisame, preparando su espada.

—Demasiado. —repitió el joven Uchiha pensativo.

Kisame lo miró.

—¿También piensas que es una trampa?

—No me cabe duda de ello. —respondió. No parecía preocupado en lo absoluto, por el contrario, estaba tan calmado y sereno como siempre.

—Se acercan. —advirtió Kisame y, en efecto, los ninjas se acercaban a toda velocidad hacía ellos.

Estaban en una posición defensiva que cubría al del medio, naturalmente, ese era el que tenía el pergamino.

—¡Apártense del camino! —gritó amenazante el ninja que encabezaba el grupo. Los otros ninjas actuaban de forma extraña, estaban rompiendo la formación y separaban, los estaban rodeando. Por supuesto, ambos ninjas de rango S se dieron cuenta de esto inmediatamente, solo esperaban para ver lo que planeaban.

Kisame no esperó más y se lanzó a la carga, estaba a punto de asestar un golpe con su espada cuando otro grupo de ninjas salió de los árboles y bloquearon a Samehada.

—Así que había más. —Kisame observó a su alrededor, antes de que se diera cuenta ya había sido rodeado, mientras que Itachi peleaba con otro grupo de ninjas que lo estaban alejando de él cada vez más.

“¿Qué es lo que estarán planeando?” se preguntó a si mismo.

Los cinco ninjas que iban a emboscar originalmente lo rodearon y se colocaron en forma de estrella, con una distancia de un metro entre cada uno.

—¡Kisame-san sal de ahí rápido! —le escuchó gritar a Itachi.

Los ninjas que habían rodeado a Kisame salieron del centro a gran velocidad, el ex-ninja de la Aldea de la Niebla iba a imitarlos, pero no pudo, su cuerpo había sido inmovilizado. No entendía que clase de jutsu es el que planeaban hacer, pero para necesitar cinco ninjas debía ser uno muy poderoso.

Hacía tiempo que Kisame no sentía los nervios de batalla, realmente sentía que estaba en graves problemas.

Una luz azulada se comenzó a asomar, creando líneas que poco a poco creaban una estrella y Kisame estaba en el medio de ella.

Cuando parecía que ya no se podía librar de aquel problema en el que se metió por su impaciencia, una silueta negra lo tomó y lo arrojó fuera de ahí. Kisame cayó con fuerza en el piso, vaya que le había dolido ese golpe, pero al menos se encontraba fuera. Luego de recuperarse de aquello y de la impresión, volteó para ver quien lo había salvado y fue nada más y nada menos que Itachi Uchiha, aunque ahora que lo pensaba era algo obvio.

Sin embargo, estaba sorprendido de la acción de ese ninja, hacía poco que habían empezado a trabajar juntos y si bien se entendían sin palabras y se complementaban el uno al otro, no se conocían muy bien, Kisame jamás pensó que Itachi sería capaz de arriesgarse por él, de cierta forma, eso le hizo apreciarlo mucho más. Desgraciadamente esa desinteresada acción por su compañero le costó caro, pues ahora era Itachi quien se encontraba en problemas.

Al ver el cambió de objetivo, los ninjas de la Aldea del sonido mostraron cierto desconcierto en sus caras, pero rápidamente se deshicieron de eso y siguieron adelante y comenzaron con los sellos. Itachi estaba inmovilizado así que no podía hacer nada para salir de ahí, incluso si intentaba con un genjutsu era difícil si ni siquiera podía ver a su objetivo.

Kisame se puso velozmente de pie y corrió hacía el ninja más cercano de los que formaban la estrella, esta casi seguro de que ese era el que tenía el pergamino, pero eso no importaba, debía matarlo rápido antes de que terminaran con el jutsu. Para su mala suerte, los demás ninjas, aproximadamente unos quince, se interpusieron en su camino, habían más, pero esos ya habían sido asesinados por Itachi.

—Será mejor que se aparten de mi camino, si saben lo que les conviene. —los amenazó el ninja con apariencia de tiburón. Los ninjas sintieron el instinto asesino de aquel miembro de Akatsuki, algunos hasta comenzaron a temblar. Sabían que si lo enfrentaban varios no saldrían con vida, aún así...

Al no recibir respuesta, Kisame procedió a atacar a los ninjas, no eran oponentes difíciles pero eran muchos y le estaba costando pasar a través de ellos. Pero debía hacerlo, de lo contrario Itachi... bueno, no sabía lo que podría pasarle, desafortunadamente, ya era muy tarde.

La luz azul cera cada vez más luminosa, hasta que ya no la pudo soportar y se vio en la necesidad de cerrar lo ojos para evitar que estos se lastimaran, no debió ser lo únicos, pues lo otros ninjas del Sonido también retrocedieron. A pesar de la cegadora luz, Kisame avanzó hacia adelante.

Pocos segundos después la luz disminuyó lentamente y fue capaz de vislumbrar a uno de lo cinco ninjas, sin dudarlo, usó a Samehada y lo asesinó. Solo lo vio caer al piso. Casi inmediatamente, la luz azul desapareció y fue capaz de ver a los demás ninjas, estos, al ver a uno de los suyos en el suelo se asustaron, se miraron unos a otros y murmuraron unas cosas, finalmente, escaparon.

Kisame no le dio importancia, la verdad es que no le interesaba, tenía el cuerpo del ninja que tenía el pergamino, lo que realmente le importaba es lo que le había pasado a Itachi, intentaba prepararse mentalmente para lo peor, pero el solo pensamiento lo quemaba por dentro.

Se acercó lentamente a donde se supone que estaba Itachi, había algo de humo el cual ya se estaba despejando y cuando lo hizo, no podía creer lo que estaba viendo.

Había un niño.

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Hola, es mi primera vez escribiendo sobre esta pareja. Espero les guste.

Actualizaré esta historia cada 2 semanas. Será algo corta.

Gracias por leer.

Hasta luego :3

Pequeño UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora