Pain y Kisame regresaron de hablar, encontrándose con que la pareja zombie estaba discutiendo mientras Konan intentaba calmarlos, sin mucho éxito.
—¿Qué sucede? —preguntó Pain.
Konan suspiró.
—Nada, lo de siempre. —se limitó a responder. Finalmente, Hidan se cansó y se fue molesto hacia su cuarto y Kakuzo desapareció en la cocina.
—Bueno. Kisame, mañana les digo qué hacer, necesito pensar en esto. —dijo Pain y se marchó junto con Konan.
Kisame se aproximó a Zetsu, quien sostenía a Itachi a la vez que intentaba alejarlo de Tobi.
—Solo quiero cargar a Itachi-senpai un poco más. —pedía Tobi, acercando sus brazos para poder cargar al pequeño.
—Tobi, ya, en serio. —Zetsu estaba cansado, nunca tuvo intención de meterse en todo aquello y de algún modo terminó en medio, de cierta forma, se sentía igual que Itachi.
—Itachi-senpai, por favor, deje que Tobi lo cargue un rato. —intentó tomarlo pero Zetsu era más rápido, alejaba al pequeño Uchiha de las manos de Tobi.
—Kisame-san. —lo llamó Itachi, mirándolo suplicante, esperando que lo ayudase.
Cuando Zetsu vio que se acercaba Kisame, le entregó a Itachi y se marchó, desapareciendo en el suelo, ya había tenido suficiente.
Tobi seguía intentado acercarse a Itachi pero Kisame lo miró molesto.
—Ya fue suficiente, Tobi. —lo regañó, el enmascarado se quejó pero aceptó su derrota y desapareció usando su extraña habilidad.
Itachi se sentía aliviado, todos lo habían cargado y eso había sido una tortura para él, pero ahora que estaba con su compañero se sentía mejor.
—Gracias, Kisame-san. —dijo Itachi, sonriendo inconscientemente. Su compañero se sorprendió mucho por su acción; con esa, ya lo había visto sonreír dos veces, y se seguía viendo igual de lindo.
—Claro. —Kisame bajó, por fin, a Itachi y éste, después de despedirse, procedió a irse a su cuarto.
El ex-ninja de la Niebla vio cómo su compañero se iba hasta que lo perdió de vista tras la puerta del cuarto.
Suspiró.
De cierta forma, Kisame entendía un poco el comportamiento de Tobi, a pesar de saber que se trataba de su compañero, del hombre que asesinó a su propio clan y uno de los ninjas más poderosos de todos los tiempos, no podía evitar mirarlo como un niño, se veía tan inocente e indefenso, incluso le parecía adorable, tanto que tenía que resistir las ganas de abrazarlo cada segundo que estaba junto a él.
—No estarás pensando en hacerle algo, ¿verdad? —aquellas palabras sacaron de sus pensamientos a Kisame, saliendo de la cocina se encontraba el ninja más avaro de Akatsuki.
—Pero que dices, Kakuzo. —dijo Kisame con un tono nervioso, aunque era casi imperceptible.
—Lo que oíste —Kakuzo se sentó en unos de los sillones y abrió su cerveza—, sigue mi consejo, resuelve este problema y después puedes pensar en hacer algo con él, hasta entonces, que ni se te pase por la cabeza —bajó un poco su mascarilla y tomó un trago, le señaló a Kisame el sillón frente a él. El ex-ninja de la Niebla dejó a Samehada recargada en la pared más cercana y tomó asiento—. Lo conoces mejor que yo, así que creo que ya lo sabes, pero lo diré de todos modos, Itachi no es el tipo de hombre que cederá con facilidad, no lo molestes mientras esté así.
—Lo sé, parece de trato fácil, pero hablar con él es más difícil de lo que parece y no pensaba en hacerle nada, para que quede claro —dijo recuperando su sonrisa habitual—. Además, no creo que estés en la posición de recriminarme por algo así. —Kakuzo dejó de beber y miró con algo de molestia al otro.
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Pequeño Uchiha
FanfictionKisame e Itachi tenían como misión robar cierto pergamino a un grupo de ninjas de la Aldea del Sonido. No fue difícil. ¿El problema? Los ninjas contaban con cierto jutsu que hacía que la pobre víctima de este rejuveneciera hasta que se volvía un niñ...