VIII

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Itachi se había quedado profundamente dormido mientras su compañero lo seguía cargando.

—¿Itachi-san? —le llamó, pero al notar su pausada y tranquila respiración se dio cuenta que estaba dormido.

Los demás en el grupo solo pudieron observar como el pequeño se había quedado tan calmado en los brazos de su compañero.

—Bueno, eso es nuevo. —dijo Zetsu.

—Ahora si que parece un niño, hm. —rio Deidara, Sasori le dio un pequeño golpe en el hombro.

—¿Acaso no aprendiste tu lección? —rechistó el pelirrojo.

—Ya ya, lo siento Danna, hm.

—Kisame-senpai debe ser muy bueno con los niños. —comentó Tobi.

—Creo que solo con Itachi. —opinó con tono burlón Hidan.

Kisame suspiró.

Mientras los demás discutían, él salió de comedor con Itachi en brazos y lo llevó a su habitación. No entendía por qué tanto alboroto por parte de sus compañeros, si bien su compañero lucía como un niño, aún era el mismo de siempre. Aunque sí bien era cierto que su comportamiento había cambiado notoriamente, seguía siendo igual de inteligente, a pesar de ahora estar un poco indefenso.

Recordó que el día previo encontró a Itachi siendo cargado por Zetsu, no le preguntó nada en su momento, pero la duda aún rondaba en su cabeza. Ya le preguntaría después, ahora, debía dejarlo dormir.

Lo recostó en la cama y lo tapó con las sábanas. Observó cómo el pequeño Uchiha dormía tranquilamente en la cama. Ese era el único momento en el que lo podía verlo de ese modo, como si en sus sueños todo lo que le perturbaba desapareciera.

Solo esperaba que algún día le contara todo aquello.

—Si que tiene un aire distinto cuando duerme. —comentó Zetsu, apareciendo detrás de Kisame. Éste casi ni se inmutó, de cierta forma lo había percibido, pero estaba tan metido en sus pensamientos que tardó en reaccionar.

—Zetsu, ¿qué haces aquí? —le preguntó a la vez que volteaba para mirarlo.

—El líder me dijo que te avisara que fueras a buscarlo, tiene algo que decirte. —informó y desapareció en el suelo.

Tan pronto se fue, Kisame regresó su vista a su compañero. Parecía que nada ni nadie podía molestarlo ahora y más después de lo que pasó, dudaba que Deidara o Hidan volvieran a intentar algo, así que se fue tranquilo.

———————

—Kisame-san. 

Kisame abría y cerraba los ojos, sin distinguir gran cosa, solo un pequeño borrón frente a él. No había dormido bien la noche anterior, por lo que, luego de hablar con él líder, se dirigió a su cuarto y, después de recostarse en su cama, se había quedado profundamente dormido y quería seguir así.

—Kisame-san. —lo volvió a llamar, el mencionado seguía medio dormido, sentía que reconocía la voz, pero no estaba pensando claramente por lo que no lograba recordar al dueño de la misma. Quien lo llamaba comenzó a agitarlo, esta acción le permitió a Kisame darse cuenta de que era alguien con manos muy pequeñas, tal vez un niño.

Ese pensamiento lo hizo despertar definitivamente.

Se levantó algo desconcertado y se talló los ojos. Al abrirlos se encontró con su pequeño compañero.

—Itachi-san —dijo en un bostezo—, ¿qué sucede? —preguntó a la vez que se ponía de pie y se comenzaba a vestir, pues solo tenía sus pantalones. Itachi se quedó en blanco al ver así a su compañero, en sus mejillas se podía notar un ligero tono rosado—. ¿Itachi-san?

Pequeño UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora