Había acabado de salir de mi primera sesión en el grupo de apoyo, en donde había conocido a chicos cuyos problemas, hacían ver menos importantes a los míos, probablemente porque siempre pensé que yo valía menos la pena.
—¿Por qué piensas eso, Mike? —me preguntó Jimenez, cuando yo le expliqué cómo me sentía.
—Porque... —agacho la cabeza— Creo que siempre sentí menos especial... Me sentía menos que los demás.
—Nadie es menos que nadie, incluso si sus problemas no se comparan con los tuyos, eres importante, Mike.
Lo miro.
—... Dejé de sentirme importante hace mucho tiempo, doctor.
—¿Qué opinan Mary y Adam sobre eso?
—... ¿Por qué me lo pregunta?
—Sé que han pasado mucho tiempo juntos últimamente. Adam y Mary... Al igual que tú, han tenido vidas difíciles, pero son grandes chicos.
Sonrío. Jimenez tenía razón. Adam nunca había podido tener una niñez de verdad, tuvo que madurar desde muy joven y Mary... No puedo siquiera imaginar qué se sentía perder a tu propia madre. ¿Cómo es que seguían siendo tan buenas personas después de toda la mierda que habían tenido que soportar?
—Vale, vale ¿Estás seguro de que lo vas a hacer? —Mary se rio, al ver el cigarrillo que tenía entre los dedos. Estaba a punto de fumar por primera vez.
—¿Qué tan malo puede ser? —me encojo de hombros y me llevo el cigarrillo a los labios, Inhalo el humo y este me inunda los pulmones y me hace tocer fuertemente.
—¿Estás bien, Mike? —Mary me da unas palmaditas en la espalda y yo digo que sí con la cabeza.
—Tienes que sentirlo, tío —me dice Adam y yo lo intento otra vez... Esta vez, intento no tocer.
—Te acostumbrarás —Mary me guiña el ojo.
—Y... ¿Son solo ustedes dos? —les pregunto— ¿tienen más amigos aquí?
Dicen que no con la cabeza.
—Nos tenemos a nosotros... No necesitamos a nadie más, Mary me tiene a mí, yo la tengo a ella —sonríe.
—Tienen suerte... Yo nunca tuve a nadie, no como ustedes se tienen el uno al otro.
—¿Nunca tuviste amigos? —me preguntó Adam, mientras inhalaba el humo de su cigarrillo.
—Nunca... Solo a Lily.
—¿Cómo era ella? —me preguntó Mary, mientras recogía sus rodillas.
—Lily era maravillosa... Era un poco gótica, le gustaban los autos antiguos... Era perfecta.
—Lo siento tanto, Mike.
—Tal vez si ella aún estuviera viva, yo no estaría aquí.
—Joder... Pues, dicen que de lo malo siempre sale algo bueno ¿no? Estás aquí, y los tres nos conocimos.
Mary sonrió, de oreja a oreja.
—Yo tampoco tuve amigos, Mike, pero llegué aquí, conocí a Adam, a Val y a... Gus. Y ellos han sido las mejores personas que he conocido... Y ahora te conozco a ti —pone su mano sobre la mía— y tú eres jodidamente especial, Mike.
—No lo dudes, colega. Ahora nos tienes a nosotros —Adam exhala el humo, mientras levanta la comisura derecha del labio, formando una sonrisa torcida.
Era la primera vez en mi vida que alguien me decía eso, la primera vez que me sentía parte de algo.
—La soledad puede acabar con las personas, Mike.
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Ver volar la cometa (Rosas Negras #1)
Teen FictionAdam creció en una familia problemática, con tres hermanos menores y un hermano mayor, él y su hermano Matt tuvieron que hacerse cargo de su familia desde niños. Comiendo de la basura y viviendo con dificultad. Luego de pensar que estaban por tener...