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—Ustedes son tan cursis, ¿podrían parar ya?— Pero por más queja que Kim Jungkook soltará, silenciosamente estaba muy feliz por dentro. Pues ver a su hermano así le agradaba, había pasado tiempo.

Seokjin sonrió medio ladino e hizo un gran esfuerzo para empujar a Namjoon a unos centímetros lejos de él, de sus labios. —Él tiene razón, paremos, estamos siendo el centro de atención— Estaba bien sentirse incómodo, hasta avergonzado, ya que las miradas que recibían siquiera y eran disimuladas. Pero no había que malinterpretar, ellos no estaban siendo juzgados o algo así, simplemente estaban siendo vistos.

De mala gana Namjoon acepto, pero no hizo mucho para alejarse del chico a su lado. —¿Seguro que no quieres conocer a mis padres?—

Por quinta vez Seokjin negó con calma —Muy seguro— No borró su sonrisa —Ni siquiera hemos tenido una salida oficial, ¿lo entiendes, verdad?—

Estaba de más decir que Namjoon entendía, por supuesto que lo hacía pues él tenía esos mismos pensamientos. Él estaba algo así como bromeando con respecto que presentarle ante sus padres, vamos, no aún el momento.

Las puertas del tren volvieron a abrirse, Jungkook fue el primero en ponerse de pie y consigo se llevó a Chuk, su roedor pequeño y de color miel. Namjoon y Seokjin lo siguieron.

Y como ya había planeado en solo acompañar al menor en su viaje en tren, minutos después Jungkook ya se encontraba dentro de un taxi despidiéndose ruidosamente de su hermano y del novio de este. —¡Volveremos!— fue lo último que se le escuchó gritar.

Ahora la idea era volver a casa, pero Namjoon tuvo otra mejor idea, tal vez podrían disfrutar de la zona por un tiempo más. Tal vez llevar a Seokjin a comer antes de volver era esa mejor idea.

—Conozco un lugar que puede gustarte— Namjoon comento, tomando de la mano a Seokjin y ambos comenzaron a caminar juntos. Seokjin no se perdió de ese agarre. —Espero que te guste, yo lo disfrutaba mucho de niño—

Vaya, Seokjin se vio un tanto más curioso —¿Qué es? ¿una heladería?—

—No, pero solían vender helado también— Había una gran sonrisa en boca de Namjoon. Seokjin tampoco se perdió de ello. —No está muy lejos, y te aseguro que también te gustará—

Seokjin pudo confirmar sobre la corta distancia de dicho lugar, aunque no se esperó que —¿Es un restaurante callejero?— Realmente había esperado otra cosa, tal vez una cafetería o un bar, pero esto estaba siendo diferente y mucho mejor. —Solia ir con mi familia a un lugar similar, vendían los mejores kkwabaegi— El recuerdo lo golpeo fuertemente.

Namjoon entendía perfectamente aquel sentimiento, solía ser igual para él, aunque si tenía otro postre favorito. —Vamos, o nos ganaran la última mesa— Le dijo suavemente, tomándolo de la cintura con cariño.

Ellos fueron atendidos con rapidez y tambien tomados por sorpresa, una mujer mayor hizo un corto escándalo al reconocer a Namjoon. Hubieron abrazos de por medio, y una presentación:—Él es Seokjin, aún no somos novios, pero lo seremos. Estamos en una cita, la primera— Kim Namjoon estaba siendo un tanto torpe.

—Oh, lo sabía, tu buen gusto no a cambiado— La mujer lo codeó mientras examinaba al joven muchacho algo tímido. Luego de unas cuantas palabras más, ella se puso mano a la obra y se encaminó hacia su lugar de trabajo, pues ella era la cocinera y dueña de aquel restaurante callejero.

Seokjin le dio una mirada a Namjoon —¿Así que estamos en nuestra primera cita?—

—Pensé que ya te habías dado cuenta—

Compañeros de piso ❀ N.JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora