07⚜️

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Solo silencio, eso era todo lo que podía escuchar a su alrededor. Su habitación se encontraba fría y oscura para su gusto y los pensamientos lo mantenían intranquilo.

Pero no sé trataban del pelinegro en si, más bien se trataban de su futuro y el que les esperaba a sus hermanos e hijo.

El último nombrado dormia sobre su cama como si fuera un angelito, debido a que aún era demasiado temprano para despertar.

Siendo sincero no pudo dormir consigo mismo, absolutamente nada después de que salió del burdel. Y no es que tuviera miedo o algo parecido, sino más bien de trataba de que no sabía qué hacer con el todo lo que ocurria y el dichoso contrato que le había dado la noche anterior.

Había llegado como un ángel para salvar su trasero y le ofreció todo en bandeja de plata sin siquiera pedirlo, pero aún no estaba de acuerdo con aquello.

¿Dinero a cambio de amor?

Que locura!

Sentía que algo no estaba bien para él, no se consideraba una persona capaz de aprovecharse de una cosa así; si bien no lo conocía realmente, solo de vista y bueno por el momento solo habían intercambiado unas cuantas palabras entre sí.

Que fueron a la fuerza, cabe recalcar.

Podía percibir confianza en el, y en su forma de ser, no iba a negar que era guapo y respetuoso, pero también parecía un hombre de poca paciencia y bastante orgulloso, como él.

¿Cómo es que podía pensar que él era la persona indicada?

Aquella pregunta rondó en su cabeza toda la noche, no se consideraba atractivo y menos si tenía un hijo. Porque a decir verdad, pocos hombres firmarían uns familia con niños que no eran suyos.

Él se sentía muy inseguro.

Un embarazo hace qué un cuerpo cambie y a veces no queda como uno quiere, pero el de Jimin no había cambiado mucho a decir verdad. Su vientre había crecido y quizás subió unos cuantos kilos de más, pero era un adolescente y no podía evitar comer de más, menos si llevaba una vida dentro de su vientre, la cual creci6a día a día.

Sin tenerlo en sus brazos, Jimin ya lo amaba, pero nunca creyó que un embarazo fuera tan duro. Tener qué dejar la escuela no era una opción en aquel momento, mucho menos dejar de trabajar para mantener a su familia.

Saber que su novio lo había dejado de un día para el otro también fue muy duro y lo afecto de una mala forma, pero lo qué más le dolió la pérdida de su madre.

Ella era su mundo entero, tenía tanto miedo de avanzar sin ella como su guía. Sin nadie que le dijera si lo qué hacia estaba bien o no, pero sabía qué no podía hacer nada por ella solo acompañarla y disfrutar de todo, mientras su vida terminaba poco a poco.

Por suerte había tenido la oportunidad de conocer a su pequeño, eso era algo que anhelaba hacer, para él lo más importante siempre fue y será su familia.

Soltó un suspiro cansino cuando sintió a su pequeño gruñir por el ruido de su alarma.

—Papi—Llamó el pequeño restregando sus ojos mientras volteaba a verlo.

Quitó las sábanas que cubrían su cuerpo, salió de la cama y apagó la alarma. En cuanto dejó el teléfono sobre su cama caminó unos pasos hacia la cama de su pequeño—¿Sucede algo cariño?—Sé acercó a él para besar una de sus mejillas.

El pequeño negó—Te extrañé mucho—Murmuró contra su pecho en cuanto Jimin dejó de besar sus mejillas.

Jimin sonrió, su bebé era una bolita de ternura, le encantaba mimarlo y ver cómo sus mejillas se coloreaban de un color rosado.

[The Contract ]_KOOKMIN_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora