El control siempre ha sido una cualidad de Nicholas, en cuanto conoce a la inocente y dulce Anna Owen no puede sacarse una sola idea de su mente, poseerla y llevarla a los límites de la pasión.
Desde el momento en que Anna entró a esa aula, el arom...
El desayuno tuvo lugar como cualquier otro, mis padres charlaban animadamente con el señor Allen mientras yo aún me encontraba confundida por el reciente despertar que había experimentado. Muchas veces antes había soñado con hombres de esa manera, pero nunca con un profesor.
Era realmente apuesto e imponente con su gran altura y ancha espalda, a pesar de que ambos éramos personas adultas y libres, sabía que eso no estaba bien, y que jamás sería capaz de faltar a una regla tan importante como aquella, que podía incluso costar mi carrera. Sería mejor mantener siempre una distancia y una relación maestro alumna muy notoria. Alexa habló de pronto sacándome de mis pensamientos.
-¿Qué tanto piensas Anna?— me miró— has estado muy pensativa desde que fui por ti esta mañana
-No es nada, es solo que tuve un sueño muy extraño— dije sin mirarla—
-¿Un sueño? ¿Y de que iba ese sueño?— preguntó curiosa—
-Ya ni siquiera lo recuerdo— levanté la vista de mi plato y mi mirada paso de ella al señor Allen que me miraba— solo recuerdo que era acerca de un hombre
-¿Quién? ¿Jack? Anna te juro que si fue Jack, me molestaré mucho contigo— levantó la voz más de lo que yo hubiese querido— mírame y dime que no has hablado con ese imbecil de nuevo
La mirada del señor Allen de nuevo se posó en mí, estaba atento a nuestra conversación, podía notarlo en como cuestionaba con sus cejas la misma pregunta que Alexa acababa de hacerme, debía contestar.
-Si, hablé con el hace unos días, pero no fue nada serio
-¿Qué?— dijo estupefacta— ¿De que hablaron? ¿Te pidió perdón? Anna sabes que el no te merece— la rubia hablaba tan rápido que a veces sus palabras se quedaban entre lengua
-Tranquila, solo hemos charlado, no ha ocurrido nada, si necesitarás saber algo, te lo haría saber
-Esta bien, su tu lo dices
De porto el señor Allen su puso de pie, haciendo sonar la silla al moverse hacia atrás, tenía toda nuestra atención
-Señores, agradezco enormemente su hospitalidad y haberme invitado a su casa, fue un placer para mí, pero tengo asuntos que necesitan de mi atención, así que tengo que retirarme, lamento no acompañarlos más tarde en la comida
-Esta bien Nicholas— dijo mi padre— fue un placer haberte conocido, nos volveremos a ver pronto
-Así será señor Owen, tenemos un trato pendiente— le respondió a mi padre estrechando su mano, curiosamente me miró cuando dijo el apellido de mi padre— en unos días mi secretaría se contactará con usted
-Fue un placer tenerlo aquí señor Allen— respondieron a su vez los padres de Alexa, estrechándose las manos y despidiendo a su invitado—
El señor Allen, nos miro y se despidió con un gesto agradecido, nosotros nos limitamos a asentir y dar las gracias por su presencia, se retiró de la mesa y el desayuno siguió como cualquier otro entre charlas y bromas que realmente no eran graciosas por parte de nuestros padres.
-Tengo que ir al baño— comenté en voz baja a Alexa, la cual asintió—
Me puse de pie y estando frente a las escaleras mi padre habló
-¿A dónde vas Anna?— me viré a verlo—
-Voy al baño, cielos quería ser discreta— dije un poco molesta mientras reían en la mesa por mi expresión—
Subí las escaleras a prisa, mi habitación se encontraba apenas unos pasos después de estas, pero estando a punto de llegar alguien se atravesó en mi camino.
El señor Allen, ya era alto, pero estando algunos escalones más arriba se veía mucho más alto que yo, nuestras miradas se conectaron y extrañamente nadie dijo o hizo nada, más que mirarnos. Mi corazón latía fuerte en mi pecho, un impulso me obligaba a querer correr fuera de su vista que me hacía sentir vulnerable.
-Espero verte en clase— dijo lentamente— ahí nos pondremos de acuerdo de donde tendremos las clases de reforzamiento
-¿Qué? ¿No serán en el aula?— pregunté asombrada—
-No, el aula solo es mía en la hora clase, después hay otras clases señorita Owen
-Puede decirme Anna, eso de señorita Owen la verdad es que no me gusta demasiado
-Es por las formalidades Anna, pero si yo no las guardo contigo, espero que tu tampoco lo hagas conmigo— dijo mirándome fijamente—
-La verdad, señor Allen, prefiero mantener las formalidades ahora que lo menciona, no quiero que alguien vaya a formar un mal entendido
-Lo entiendo, así será entonces señorita Owen— a pesar de que no me agradara escuchar mi apellido, en sus labios podía saborear el sabor de cada letra al pronunciarlo— bueno, si me disculpa, tengo que irme, ya me encontraba a punto de bajar mi maleta
Por primera vez mis ojos bajaron de su rostro y observé la maleta que descansaba en el suelo a un lado de su cuerpo.
-¡Oh! Claro, por su puesto, yo iba a tomar un baño— me apresure a decir—
Subí los pocos escalones que nos separaban y el estar tan cerca de el hizo que los vellos de mi nuca se erizaran por completo, su olor a fresco menta inundó mis sentidos y me recordó el suceso de esta mañana. Ya estaba por el último escalón cuando mis pies fallaron, y tropecé, haciendo que mi rodilla impactara fuertemente en el escalón
-¡Ouch!— masculle entre quejidos—
-Déjame ver— dijo el señor Allen, mientras tomaba mi pierna entre sus manos y examinaba el pequeño rasguño que sangraba— no es nada, estarás bien en unas horas, siempre y cuando te pongas hielo y no infectes la herida, estará inflamado unos días
-¿También eres médico? ¿Hay algo que no sepas hacer?— rió por lo bajo y comprendí lo que había dicho— no es por lo que piensas, es que me sorprende que también sepas acerca de esto
-Tuve algunos problemas con mis padres cuando era adolescente, me metía en riñas a veces— esta vez su sonrisa era diferente, parecía fría y sin ningún rastro de sentimientos—
-Entiendo, debiste tener muchos accidentes como estos— lo ví asentir— ¿me ayudas a levantarme?
Nicholas se puso de pie y me tomo por la cintura para ayudarme a levantar mi peso, me quejé un poco al apoyar mi pierna, pero una vez que pude estabilizarme, mire en su dirección para agradecerle.
La cercanía de su rostro con el mío, su respiración que se mezclaba por poco con la mía y sus claros ojos congelaron las palabras que estaban por salir de mi boca y solo pude pronunciar un gracias que salió más como un suspiro, aquel hombre se estaba convirtiendo en una fuente de deseo irremediable para mí.
-¿Estas segura de que quieres guardar las formas?— preguntó mientras sus ojos pasaron a mis labios—
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