Capítulo 19: Quiero hacerlo

1.1K 37 6
                                    

La forma en la que tomó mi mano hizo que de pronto tuviera miedo de descubrir que era aquello que quería mostrarme, ¿Realmente quería saber? ¿Pondría eso mi vida en peligro?

Me miro atento a cada una de mis facciones, el sabía que estaba asustada, pero realmente ni yo sabía el verdadero motivo por el cual lo estaba.

-Si no quieres saberlo, entiendo

-Tengo miedo— confesé—

-¿A que le tienes miedo?— su intriga por mi reciente confesión era evidente—

-A que se algo lo suficientemente malo como para alejarme de ti

-¿Qué podría ser suficientemente malo?— se acercó lentamente a mi y rozó sus labios con los míos— ¿Estarías dispuesta a dejarme?

Un solo roce de su boca lograba nublar mi pensamiento de maneras que ni yo comprendía, pero sabía que en el ocasionaba exactamente lo mismo.

-La verdad es que si, no me gustas tanto— me burlé y un silencio se hizo presente entre nosotros, suspiré— esta bien, muéstrame

El camino hacía aquello que Nicholas quería revelarme parecía eterno, nuestros pasos resonaban en mi mente— o tal vez era mi corazón que latía fuerte lo que escuchaba— para ser un "apartamento" como el lo llamaba era un sitio muy grande y espacioso, casi tanto como mi casa.

-Estamos por llegar— dijo—

La cabeza me daba vueltas, ¿Y si era un asesino en serie y tenía en un cuarto a todas sus víctimas? Sabía tan poco de aquel hombre y sin embargo estaba ahí, en su apartamento, totalmente solos. No había marcha atrás, hoy sabría que es lo que con tanto esfuerzo estaba oculto detrás de aquellos ojos que me miraban con tanto fervor.

La luz tenue apenas dejaba a la vista lo que había en aquel cuarto, parecía haber muchas maquinas que nunca había visto, pero tenía una idea de su propósito, Nicholas subió la luz poco a poco, látigos fue lo primero que vi, seguido de esposas y diferentes estilos de pinzas, antifaces y plumas que estaban casi al fondo del cuarto.

-Veo que no estas asustada

-Intrigada sería la palabra correcta, ¿Quieres hacerme daño Nicholas?— me vire a observarlo—

-Que dulce y sensual te observas en esta habitación, pero no es precisamente la palabra daño la que usaría— los látigos es aquel lugar afirmaban lo contrario— y no es a ti precisamente a la que se lo haría

Sus palabras eran profundas, casi había bajado tres veces si tono usual, y estaban confundiéndome totalmente, si no es a mi a la que quiere hacerle daño ¿A quién?

-No estoy entendiendo nada Nicholas— mi desesperación era evidente—

-Si aceptas esto, que soy yo por completo, quiero que aprendas a usar cada instrumento que esta en la sala— me tomo del rostro— porque vas a usarlos en mi

Quede congelada en esa misma posición por al menos unos minutos, ni siquiera me había percatado de mi falta de aire hasta que Nicholas me distrajo de aquella nube que me abrumaba.

-Como veras a tu alrededor hay mas de 100 instrumentos diferentes, todos se usan de formas muy específicas, ya que hay algunos un tanto peligrosos que podrían hacerme daño si no los utilizas bien

-¿Estas loco?— dije en un suspiro—

-Muchas veces me pregunte lo mismo, pero intenté ser yo quien utilizaba los juguetes en otras mujeres y no me resultaba gratificante, créeme que con el tiempo aprenderás— me dio la espalda— y tu también tendrás gratificación en todo esto

-¿Cómo podría gustarme hacerte daño Nicholas?, jamás he hecho algo como esto, enloqueciste si crees que podré hacerlo

-No es una obligación quedarse querida, pero podríamos pasarlo de maravilla cada día de la semana— se acercó peligrosamente a mi— me han encantado nuestros juegos de niños, pero creo que podemos avanzar más rápido

-¿Juegos de niños?— tome su camisa y lo acerque a mi lo suficiente para besarlo apasionadamente— esos no parecían juegos para niños Nicholas

-Sé que podemos tener más placer, te puedo llevar a límites que ni siquiera te haz planteado, si solo tu me complaces de la misma manera

Solté su camisa y resople profundamente, no sabía que responder a aquello, si me gustaba mucho aquel hombre y todos los juegos que habíamos tenido, pero maltratarlo no me parecía una opción gratificante.

-Anna, ven— me giré para observarlo y estaba sentado sobre una de las máquinas extrañas que estaban en aquel lugar— siéntate encima de mí

-¿Qué es esta cosa?— le dije ya estando cerca de el—

-Es una máquina inmobilizadora, fue lo mas cercano a una silla que encontré por el momento

Me senté sobre el y el bulto en su pantalón hizo palpitar mi clitoris apenas entraron en contacto

-Puedo sentir como te humedeces de solo saber lo duro que me tienes

Tomo mi nuca en sus fuertes manos y hundió su cabeza en mi cuello besándolo vorazmente, bajo su cabeza poco a poco y la hundió en mis senos lamiéndolos y dejando pequeños mordiscos a su paso, su mirada finalmente se poso sobre la mía y esta vez fui yo ya le que devoró sus carnosos labios, seccionándolos y pasando mi lengua sobre ellos.

-Di que si, di que aceptas— posos sus manos sobre mis nalgas y me obligó a moverme frotando nuestras intimidades aun recubiertas por ropa— me estoy muriendo de ganas

-¿De que?— susurre entre besos—

-De cogerte durísimo

Sin saber como me quite rápidamente las  vragas y me senté sobre el bulto que ahora ya era mas evidente sobre sus pantalones

-¿Debo aceptar para que me la metas?— mis palabras lo alteraban más— ¿Porqué no solamente me coges ahora mismo?

-Tienes que aceptar para que yo pueda hacerlo, es el trato

-Hace un tiempo en mi casa parecías listo para penetrarme

-Fue un momento de debilidad

-Espero que este se convierta en otro

Me baje de sus piernas y le baje el cierre rápidamente sacando a su miembro que estaba listo para mí, pero me divertiría con el primero antes, lo haría pedirme estar dentro.

-Acepta, yo también quiero hacerlo

-Acepta, yo también quiero hacerlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Grilletes y deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora