Capítulo 12: El postre

1.3K 55 2
                                    

La respiración se entrecortaba, mis manos sudaban como niña de secundaria a punto de hablarle a su amor platónico, como acto reflejo mordía mi labio inferior. Estaba nerviosa, no sabía exactamente si Nicholas se vengaría por lo sucedido en la mesa y peor aún de qué manera lo haría.

Le indiqué el camino que mi madre le había detallado con precisión hace unos minutos, podía escuchar como me seguía muy cerca, de no ser por mi paso apresurado casi podía asegurar que estaba a centímetros de mí. Apenas llegamos me alejé lo más que pude y me viré para indicarle que lo esperaría en la mesa.

-Hemos llegado, espero no olvides el camino de regreso, volveré a la mesa, tal vez mis padres necesiten ayuda con el postre

-La verdad es que no necesito utilizar el baño—su mirada era oscura— y no planeo regresar solo a la mesa

Me quedé muda, los nervios se instalaron justo en el centro de mi vientre, ni siquiera podía moverme del lugar en donde estaba. No podía hacerme nada, estábamos en mi casa, con mis padres. Al menos tenía eso a mi favor.

-El día en que te vi sentada en mi clase—comenzó a decir— parecías una chica muy tranquila, me haz impresionado, jamás te hubiera creído capaz de provocarme como lo hiciste hace unos minutos— seguía acercándose lentamente—

-Yo, solamente te regresé el favor— su sonrisa burlona, parecía estar divertido con todo aquello—

-Vaya que si— estaba a tan solo centímetros de mi rostro, con su mano tomo mi cara y me obligó a mirarlo— te dije que odio me provoquen cuando estoy en asuntos de trabajo, y justo hoy lo haz hecho dos veces— rozó sus labios contra los míos— creo que mas que un favor mereces un castigo señorita Owen

Mis ojos penetraron en los suyos cuando sentí su mano libre deslizándose a travez de mi falda, tomó el borde de mi braga y lo jaló tan rápido y fuerte que el pequeño elástico se rompió cayendo al suelo. Acto instintivo cerré mis piernas queriendo mantener oculta mi intimidad que ahora estaba vulnerable.

-Nos van a oír— dije ansiosa por terminar aquel encuentro—

-¡Oh! ¿Realmente crees que te voy a coger sin la oportunidad de escucharte gritar de placer?— me miró y en su mirada vi un oscuro deseo que compartíamos— Preocúpate porque no te escuchen a ti

Fue lo último que le escuché decir antes de sentir como sus dos manos se iban a mis muslos y me levantaban del suelo como si fuera una pluma, su cabeza desapareció entre mis piernas y lo siguiente que sentí fue la dureza de la pared a mi espalda. Un escalofrío recorrió completamente mi columna cuando sopló ligeramente a centímetros de mi intimidad.

-Espero esto te enseñe a no desobedecer mis ordenes

Sus labios hicieron contacto con mi vagina, húmeda por la creciente exitación que me causaba el simple hecho de tenerlo enfrente, su lengua recorrió el trayecto completo entre mis labios y se detuvo en mi clitoris, lo succionó y jugo con su lengua en un va y ven que me hizo silenciar un gemido desde lo mas profundo de mi garganta.

Apretó mis nalgas con sus manos y hundió aún más su lengua en mi vagina, me estaba devorando, en una cálida y dulce venganza, no sabía cuanto tiempo teníamos hasta que mi madre viniera en nuestra búsqueda, tomé su cabello entre mis manos y respire para tomar la fuerza de emitir una palabra coherente.

-Nicholas— suspiré cuando mordió ligeramente mi clitoris— tenemos que volver a la mesa, vendrán a buscarnos

Eso pareció incentivarlo aún más, recargó mi muslo en su brazo y deslizó su mano hasta llegar a vagina, di un respingo al sentir como su lengua lamía sus dedos y mis labios al mismo tiempo, después introdujo dos dedos de golpe y apreté mi cuerpo alrededor de estos, los mantuvo quietos por un momento y siguió con su lengua, me relajé alrededor de sus lentos y dulces movimientos pero estos cada vez se intensificaron, querían hacerme llegar, y lo estaba consiguiendo.

Grilletes y deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora