Tomada por primera vez prt.3

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He tenido suficiente sentimiento de inferioridad.
Reúno fuerza, la tomo en mis brazos y la llevo a mi habitación, a hacerlo en la cama como se debe.

Conforme avanzo en el pasillo me doy cuenta que no sé cómo le diré que la marcaré, que tendremos un lazo, posiblemente cachorros, que sentirá lo que siento y que estaremos unidas por siempre...

La recuesto en la cama.
Tal vez mi cara lo dice todo...

Lisa: Jennie, sé que es poco tiempo el que llevas conociéndome, pero yo ..

Jennie: Quieres marcarme. - okay, ¿cómo lo sabe?

Lisa: sí, Jennie, no lo tolero más. Por favor déjame hacerlo, te lo ruego. - Así no imaginé este momento cuando era un poco más joven. Siempre pensé que la marcaría duramente, presa de la lujuria y la posesión.

Honestamente pensé que diría que aún no es tiempo, pero a cambio la recibo sobre mi cuerpo

Jennie: Hazlo, Lisa. Estoy lista.

No lo necesité dos veces.
La puse debajo de mi y comencé nuestro ritual, lo que sé que la excita y la prepara para recibir mi longitud

Estoy en un frenesí tocando su cuerpo.
Rompo su ropa, sé que ahora mismo la excito sobremanera, pero después estará molesta así que le compraré dos...

Ataco sus pechos y juego con ellos como me place.
Me posicioné en su entrada y comencé con penetraciones lentas, no era mi ritmo habitual. Después de la manera salvaje en que me tomó en el piso y jugueteó con mi cuerpo como quiso, quiero la venganza.

Salgo de ella, me levanto y le doy la vuelta.
Una vez boca abajo, me subo en ella, separo bien sus piernas, mojo mi pene restregándolo en su coño y me hundo de nuevo en ella.

Mi peso se recargaba completamente sobre su espalda, manteniéndola con la cara en la cama, mientras que con una de mis manos sujetaba su cintura para mantenerla elevada y dispuesta a mis penetraciones.

Su canal estaba tan apretado que me era difícil entrar y salir.

¿Este será el momento en que la tomaré por detrás?, no, no lo creo. Pienso todo esto mientras separo sus preciosas nalgas y admiro ese pequeño punto lubricado y virginal...

Ella no lo quiere, pero es porque aún no lo conoce.
La penetro fuerte y aprovechando el lubricante meto uno de mis dedos en su entrada trasera.
No necesito que me diga que le gusta duro y agresivo, hasta en eso somos compatibles mi omega y yo.

No lo resisto más, me pongo en posición y comienzo a lamer mi objetivo, siento mis colmillos listos, afilados.
No hay vuelta atrás.
Esta es la mujer con la que quiero vivir lo que me resta de tiempo.
Clavo mis colmillos en ella, y ambas llegamos a la cúspide de nuestro placer.

Siento su peso caer lentamente.
La sostengo y la acomodo en la cama, delante mío.
Estoy algo melancólica, es un día muy especial para mí. Y mi celo aún no termina, así que no me molesto en salir de ella, la tomaré más veces durante la noche.

¿Por qué me temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora