Escape

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No sé en qué momento llegué aquí.
Al final del día comprendo que sí quiero a Lisa, que lo que ahora hay dentro de mí la añora, mi omega la añora. Pero también entiendo que no estaré con ella.
Ella es un macho más y no me dará lo que deseo en la vida.

Ahora mismo me encuentro con Lisa penetrándome por atrás.
Lo ha hecho con cuidado, supongo que ha respetado un poco mi dolor.
No quiero mentir, siento mucho placer ahora mismo, aunque no lo quiera ella es mi alfa, y en cada ocasión que tengamos sexo yo sentiré placer por tenerla dentro de mí.

Después de quedarnos inmóviles esperando que me acostumbre a la sensación, ella mueve sus brazos por debajo de los míos, anclándolos para levantarme del piso, dejando nuestras cabezas a la misma altura, supongo que quiere estar más cómoda para penetrarme de pie.

Ella comienza las estocadas, entra y sale de mí con facilidad, y cada golpe me da placer.
Es inevitable el ruido obsceno de su pelvis chocando en mis nalgas. Lo hace a mucha velocidad, no tiene que tardarse jalando mi cuerpo.
En un momento cambia y me sujeta con un solo brazo, mientras que con otro se escabulle entre nuestros cuerpos para separar mis nalgas con sus largos dedos y así facilitar su entrada.
Estando suspendida en el aire pegada a su torso, ella solo tiene que preocuparse por penetrarme.

Se ha cansado.
Ahora me lleva a la cama y me recuesta boca abajo, toma mis brazos y los sujeta con fuerza detrás de mi espalda.

Siento como alinea su pene de nuevo en mi ano y entra lento.

Dios, esta sensación es extraña, pero satisface por completo mi necesidad sexual, es prohibido, y la forma en la que le gusta a Lisa, un sexo sucio y rudo, lo hace aún peor de aguantar, quiero venirme desde la primera penetracion profunda. Sin embargo, no lo haré, ni tampoco produciré ningún ruido de placer, no habrá respiraciones ni gemidos.
No le daré el placer de saber que me gusta.

Si ella quiere a una omega que sea una muñeca inflable, pues se la daré.

Ella recarga todo su peso sobre su agarre en mis manos, no puedo moverlas ni lo intento.
Recibo todo su miembro en mí con frustración pero sin rendirme; muerdo mi lengua para no gemir, hago  respiración largas y pausadas, intento concentrarme en algo más.

La habitación se llena de sus gruñidos y suspiros.

Siento sus estocadas cada vez más lentas, duras y profundas, ya casi llega.

Saca su pene completamente de mí para después meterlo de golpe. Siento como mi ano se contrae y se dilata de nuevo, es delicioso y doloroso, así que me concentro en algo más, muerdo mi lengua más hasta sentir el sabor de la sangre.

Repentinamente siento como me llena.
Cómo siempre es una enorme cantidad de líquido.

Sale de mí.
Siento escurrir el líquido caliente fuera de mi entrada trasera, me sobresalto al sentir enseguida la lengua de Lisa limpiándolo todo ¿desde cuando hace eso?

Me carga y me voltea, ahora boca arriba. Ya lo veía venir, Lisa no es una alfa de un solo round.
Se pone de pie y abre mis pierna completamente, con un poco de brusquedad.

La miro después de todo este tiempo.
Ambas aún tenemos la ropa puesta, en mi caso solo la ligera camisa que me puse esta mañana, y en el caso de Lisa es todo, pero se está quitando la camisa negra de hoy.
Está transpirando y mira directamente a mi coño.
Ella realmente me desea, y a mi se me hace la boca agua al ver su pecho sudado, sus abdominales, el músculo de su pelvis, ella es exquisita.

Su pene esta erecto de nuevo.

Se pone sobre mí como un lobo hambriento, sus manos enormes rompen los botones de mi camisa, seguido de romper la tela de mi sostén; dejando mis pezones erectos sin protección.
No dejaré que mi boca me delate, ni mis movimiento, ni mi mirada, pero no hay nada que hacer con mis pezones, están erectos y sensibles por mí excitacion.

Alinea su pene y entra de lleno en mi coño.
Se queda dentro y respira fuerte, le encanta, lo sé, y a mí ella. Ambas amamos lo que nos hacemos sentir al tener sexo.

Comienza a penetrarme lento. El movimiento de su cadera es muy sensual. Llega profundo y sale lo más que puede. La profundidad que alcanza es tal que la piel de su entrepierna y alrededores está llena de mis jugos, le gusta restregarse en mí

Miro su rostro y con impresión me doy cuenta.

Ella tiene los ojos cerrados.

Una idea llega a mí y me concentro en mi omega, en mi marca y lo pequeño de nuestra conexión y lo siento...

Ella siente vergüenza.
Ella sabe que yo estoy herida y molesta, pero no pudo luchar con sus instintos sexuales y no pudo aguantar no follarme, pero aún así no quiere mirarme a los ojos.
Ella sabe que no la dejaré follarme en mucho tiempo y por eso lo esta disfrutando lento.
Que débil alfa.

Lisa hace estocadas un poco más rápidas, mis senos rebotan y los golpes suenan fuerte, su frente gotea un poco, mezclándose con mi sudor, el sudor del placer que mantengo escondido.

Se viene dentro de mí, se toma su tiempo y me llena lo más que puede y yo lo disfruto todo, lo consumo todo.
No disfrutaré del orgasmo pero si de esto.
Siempre me encantó la sensación de Lisa llenándome mientras suspira pesadamente...

Lamentablemente algo que mi alfa no sabe es que esta será la última vez que me vea.
Así que con vergüenza o dolor, lo que sea que ella sienta, debió mirarme por última vez.

¿Por qué me temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora