Epilogo

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¿Donde dejé los aperitivos?
Nunca me gustó ser anfitriona de nada.
Entro a la cocina de la enorme casa de Lisa y solo encuentro más desastres
—¿Donde demonios deje la bandeja? - digo lanzando algunas cosas que estaban sobre la isla de la cocina, en medio de todo el desastre

Mientras busco siento un ardor en el pecho y un poco de angustia, pero ajena... Lisa me está buscando .
Desde su regreso a mí, hicimos las pases y comenzamos desde cero, la marca automáticamente comenzó a ser efectiva, y fue la cúspide de todos mis pensamientos de inseguridad. Por fin supe todo lo que Lisa sentía, fue un festín de nuevas sensaciones y descubrimientos.
Ella sentía miedo todo el tiempo, sentía miedo cuando yo salía de casa, cuando el bebé pateaba un poco, cuando me golpeaba o resbalaba, cuando alguien me miraba; incluso descubrí que también le teme a mis padres, y no la culpo...
Desde que hay una conexión ella comprende porqué estoy molesta y cuánto la necesito al despertar, la emoción que invade mi pecho al pensar en la familia que tenemos.

El cachorro fue un varón, hasta la fecha no decidimos que nombre es el indicado. Lisa se mantiene firme en nombrarlo Yoongi, en nombre del poderoso alfa que casi la mata, se excusó alegando que desea que su hijo sea un alfa igual de fuerte, yo por otro lado creo que es una idea tonta, y me rehuso a nombrar a mi hijo como ese malvado alfa.

Me rendí buscando la bandeja en la cocina. Mientras caminaba por el pasillo de regreso a la reunión, escuché la alerta en mi teléfono, vi las cámaras y comprobé que mi pequeño estaba despierto.
Subí las escaleras rumbo a su cuarto.

Al entrar lo tomé entre mis brazos intentando consolarlo mientras que con la mano que quedaba libre intentaba preparar su fórmula, pero era endemoniadamente difícil. Sé que ella sentirá mi necesidad y vendrá.

—Jennie qué tienes - dice irrumpiendo en la habitación haciéndome saltar del susto

—¿Por qué diablos nunca haces ruido? - digo susurrando de forma agresiva mientras calmo al cachorro - Ayúdame con la fórmula

—Sabes que a Yoongi le gusta estar conmigo - dice mientras abre sus brazos haciendo que el pequeño reaccione hacia su dirección

—Está bien - le entrego al bebé y comienzo a preparar su mamila. De reojo veo a mi alfa haciendo tonterías y jugando con su bebé, me hace sonreír

Le entregué la mamila y ella comenzó a alimentarlo y posteriormente arrullarlo.

Unos minutos después nuestro bebé ya estaba listo para dormir de nuevo. Ambas nos quedamos en la habitación durante más tiempo sólo admirando su tranquilidad al descansar.

Me puse en camino a la salida, solo para notar que Lisa no me seguía.

—¿No vienes?

—No le agrado a tus padres. Creo que los hago sentir incómodos

—¿Mi alfa tiene miedo de sus suegros? - pregunto divertida mientras acaricio su pecho y busco su mirada

—No es como que puedo golpearlos hasta que me quieran, omega - dice tomando mi cintura y acercando su rostro a mi mejilla

—Ellos te amarán tanto como yo, solo ten paciencia. Aunque, veo que tienes otros planes - digo mientras siento algo cerca de mi vientre entre nuestro abrazo

—No quisiera importunarte, omega, pero no es mi plan tener un hijo único- dice mientras pasea su nariz por mi cuello - Sin mencionas por supuesto, que he aguantado varias semanas, y te necesito tanto

No supe qué contestar a aquello.
Sentía una oleada de calor subir hasta mis orejas dejándome un poco sorda, había demasiada excitacion.

Lisa giró mi cuerpo rápidamente y apoyo mi rostro y cuerpo sobre una pared. Tocaba mis piernas de arriba a abajo mientras jadeaba en mi oreja. Estaba igual de excitada que yo.
Sentí sus manos enormes subir mi vestido, manoseando mi culo, pellizcando mis nalgas para a continuación golpearlas con violencia

—Lisa, despertarás a ... - me interrumpe tapando mi boca con su mano

—Sé silenciosa, mi amor, te reto

Bajó mis bragas hasta las rodillas y metió su mano entre mis nalgas, moviéndola de atrás hacia adelante, hasta mi coño, separando mis labios y palpando mi clitoris . Llenaba todo de mi lubricante. Apostaría que su mano está empapada.

Tomó mis piernas e intento separarlas más, pero mi tanga lo impedía, así que la tomó con fuerza y la rompió de un fuerte jalón

—Lisa, era cara

—Te compraré tres cuando todo esto termine

Separó un poco mis piernas, palpó mi entrada y escuché su respectivo cierre abrirse.
Sentí cómo alineaba su polla y entraba de golpe

—Ah- callé todo lo que pude mientras era empujada en cada embestida hacia la pared - No puedo, no puedo Lisa

Expresé que no podría continuar en silencio haciendo que tapara mi boca con ambas palmas, utilizaba ese agarre para penetrarme más.

Sentí cómo disminuyó su ritmo y aumentó la profundidad.
Tal vez fueron diez, tuve un orgasmo desde la tercera , y sentí la calidez en la onceava.

La pasión es extraña. Creo que nunca la había sentido hasta que entró esa chica al local, pidiendo café toda la noche, exigiendo por mí.
Agradezco a mi destinada, a mi hijo. Pero sobretodo agradezco ese día como mi vida misma.

Bajo mi vestido y rezo para que nadie note que no llevo ropa interior, doy un respiro y volteo para admirar a mi alfa.
Ella se sostiene de la pared mientras toma aire y una ligera capa de sudor cubre su frente y pecho.
Intento acomodar sus mechones rebeldes, acomodar su camisa para estar presentable, puse su miembro dentro del bóxer con cuidado, sé que aún está sensible, subí su pantalón y lo abroché mientras ella besaba mi rostro esporádicamente.

—Andando, regresemos a la fiesta - digo mientras le ofrezco mi mano.

Nos encaminamos hacia la pequeña reunión en casa de Lisa, con algunos amigos y familia, es el comienzo de algo, no sé muy bien qué es, pero siento la felicidad en cada centímetro de mi ser; ser que compartiré con Lisa hasta que la madre luna nos lleve.

¿Por qué me temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora