Senos

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Bulma lo llamaba fetiche, pero la necesidad que el príncipe tenía por restregar el rostro en los pechos de su amaba iba mucho más allá del simple morbo.

No lo negaría, los pechos de Bulma lo enloquecían como pocas cosas en este mundo. Pero su aroma y suavidad eran capases de quitarle hasta los pesares mas grandes de la vida.

Cuando ocultaba el rostro entre ellos nada podía afectarle, ni el entrenamiento, ni Kakarotto, ni sus propias exigencias. En ese hermoso momento solo era él y su esposa.

Y era todo lo que necesitaba, juraba que podría pasarse la vida entera entre ese par de bellezas, y aunque ella a veces lo cuestionara siempre cedía ante aquella petición.

No hacía falta decir nada, solo disfrutaban del tiempo que parecía detenerse y se hundían en el confort que la compañía del otro les causaba.

No era un maldito pervertido, simplemente sabía apreciar lo bueno, y no existía mujer más buena que Bulma.... en todos los sentidos.

𝕺𝖓𝖊 𝕾𝖍𝖔𝖙𝖘 𝖁𝖊𝖌𝖊𝖇𝖚𝖑 - 𝖁𝖊𝖌𝖊𝖙𝖆 𝖞 𝕭𝖚𝖑𝖒𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora