⭐ Especial ⭐

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Este corto no sigue la historia original.

[...]

La fiesta

Él vestía una gabardina muy elegante, a pesar de sus refunfuños lastimeros, ya que según él, no le hacía ver guapo.

Como si lo hacía cierto pecoso, quien atraía todo tipo de miradas seductoras cada vez que pasaban por su lado y se paraban a hablar con él.

Aquella fiesta hubiese sido muy monótona, si no fuera porque el mayor cambió de atuendo, uno fuera de lo común de lo que solía usar; un traje tan blanco como la nieve y una corbata de tonos rojizos, su cabello alborotado inconfundible lo hacían ver un joven la mar de atractivo, demasiado para su pareja.

Se definía así mismo como una persona sencilla, que se alejaba si sentía el más mínimo indicio de que molestaba, aunque no fuese realmente así. Un chico al que no le gustaban las cosas superficiales, era testarudo y orgulloso.

Aunque si se tuviese que decidir cual es su cualidad más certera, era la de que entregaba todo su corazón a la persona que fuera capaz de conquistarlo. Y aquella no era nadie más que el pelirrojo amante de la locura y de la diversión.

(Sin mencionar lo picarón y atrevido que era)

Entonces, ¿Porqué se fijó en él precisamente cuando una chica en concreto, le sacaba la mejor de las risas? Pudo sentirse insuficiente de un momento a otro.

El vaso de Coca Cola que llevaba rato moviendo de un lado a otro y el hecho de desperdiciarlo todo por el suelo no era uno de sus grandes problemas y no le importaba en lo absoluto. Dejó el liquido ennegrecido en la mesa de copas y se dirigió directo al baño de chicos.

El chaval creyó no haber llamado la atención, sin embargo estaba cuanto menos, equivocado. El pelirrojo, Charles, le siguió el paso con la mirada mientras una chica le contaba sus problemas triviales, cosa que al mayor le importaba un comino.

Supuso lo que le pasaba al menor, y no lo llegó a entender. Es decir, el moreno era la única persona que lo aceptaba tal es y le amaba a pesar de sus ataques de locura, ¿Porqué se molestaría? Incluso, aceptaba a ir a esas fiestas absurdas por él cuando podía estar dándole todo el placer que tanto le gustaba. Sin pensárselo dos veces, se despidió de la joven con una sonrisa forzada, demostrar en ocasiones su frialdad no le preocupaba demasiado, tal vez haber conocido al moreno hizo de él una persona dependiente.
Se dirigió al baño de chicos, captando al momento al menor quien mantenía su mirada perdida en algún punto. No desaprovechó la ocasión para sorprenderle por detrás y rodearle con sus brazos ese pequeño cuerpo que tanto le encantaba.

—¿Qué pasa contigo mocoso?—Susurró en el oído del contrario, quien se sobresaltó por la cercanía y el no esperarse que realmente fuese a verlo, que por el simple hecho de ser su pareja, debería ser algo normal. ¿No?— Esa carita roja tan típica de ti, te delata.

—N—No es verdad, no hables así.— El moreno hizo un esfuerzo sobrenatural para zafarse de su agarre. El orgullo le impedía disfrutar de las caricias que Charles le proporcionaba, siempre había sido así, por mucho que le gustaran no podía dejar las cosas como si nada hubiese pasado.

No obstante, el pelirrojo insistió, y agarró su mano con firmeza impidiendo que ésta fuese a soltarse.

—Me apetece hacer algo... ven conmigo.— No quiso que Andy averiguara lo que estaba pasando en sus mejillas, pues raramente se sonrojaba por las cosas que hacía. No se le debía de culpar, así era él a fin de cuentas, si bien había encontrado a la persona indicada que aceptó todos su defectos, el pelirrojo no era alguien cariñoso pero se esforzaba día a día para que el moreno no llegase a alejarse de él jamás. Si aquel día llegase, no se lo perdonaría jamás por su propia culpa. Nadie se lo creería, pero joder, tenía muchísimo miedo.

Un asesino enamorado (Andy x Chucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora