Hoy era un día especial en la vida de Andy, almenos para la madre de éste. Era su diecisiete aniversario.—¡Andy despierta! Adivina qué día es hoy.— Dijo una Karen sonriente casi tirándose encima del moreno. Éste en respuesta gruñó, dando a entender que quería dormir más.— Oh vamos, es increíble que este hombrecito no se acuerde.
—Mamá...no.— Andy hundió la almohada por encima de su cabeza, recordando finalmente lo poco que le gustaba aquel día. No era muy divertido cuando nunca tuvo amigos a los que invitar a su aniversario.
Las constantes insistencias de su madre en forma de cosquillas provocó que el cumpleañero soltara un quejido rendido, incorporándose en la cama mientras procuraba de calmar la respiración.
—Felicidades cariño.— Dijo con ternura la señora Barclay. Ella sabía con certeza que los cumpleaños de su hijo no eran especialmente divertidos, sobretodo cuando los pasaba únicamente con su madre. No obstante, este año parecía ser diferente en ambas vidas, pues su “pequeño” ya era todo un hombre por mucho que quisiese negarlo, tarde o temprano encontraría a su media naranja.
—Gracias mamá.— Dijo abrazándola finalmente. Nunca fue fácil para los dos desde que su padre les dejó, y tampoco había sido un hijo modelo, pero hacían lo que podían, y se querían mucho.— La verdad es que Nico me prometió que éste sería el mejor cumpleaños que jamás haya tenido. No sé realmente que pretende.
—Eso es genial Andy, dale una oportunidad, es un buen chico.
Andy suspiró más confundido que nunca. No dejaba de pensar en aquellos cabellos naranjas desde aquel día en que se besaron, y que tanto le había gustado.
Y joder, se contuvo el morderse los labios delante de su madre, cuando pensaba en lo excitante y provocador que resultó cuando el de ojos azules se le acercó tan peligrosamente y le agarró de aquella forma tan posesiva.
Le tentaba pero a la vez buscaba algo serio.
¿Lo conseguiría? ¿Chucky lo miraría de la misma forma en la que Andy empezaba a verle? Una parte de él creía que el mayor solo lo haría porque un ente se lo dijo. Cosa que no le agradaba.
—Claro mamá...— Rodó los ojos finalmente, dando por concluida la conversación.
Se levantó de su agradable cama para dirigirse a los cajones que lo llevaría a la vestimenta del día. Su madre le dió privacidad y se despidió mientras bajaba al salón, diciéndole que lo esperaría para el desayuno.
El moreno escogió su ropa y se vistió para el día tan especial.
[...]
Karen y Shane lo esperaban a la bajada de las escaleras, la primera con una sonrisa de lado a lado, y el segundo... Bueno, se podía decir que sonreía de forma forzosa, como si dedicarle tiempo al menor fuera desperdiciarlo. Ésto a Andy no le importaba, de todas formas ese tipo no le caía bien, y últimamente notaba una frialdad en él cuando Karen no estaba.
—Tu madre no ha querido esperar para darte mi regalo. Creo que te irá bien.— Dijo Shane deshaciendo su sonrisa anterior.— Y felicidades Andy.
—Oh... Gracias.— Terminó de bajar y se dirigió directamente a la cocina para comer, siendo seguido por los adultos. Todos se sentaron para desayunar menos Karen, quien depositaba una cajita envuelta en regalo frente al moreno.
“Ojala siguieras conmigo, papá...”
—Vamos abrelo.— La mujer se sentó al lado de Shane, donde le correspondía.
—Vaaale, esto es muy raro mamá.
Empezó abrirlo sin esperarse que podía ser, hasta que arrancó el ultimo trozo de papel de regalo y se dejó ver unas letras que pertenecían a la marca y modelo de un móvil. Mentiría si Andy dijiese que se lo esperaba, pues aún seguía teniendo ese cacharro como móvil desde hace cinco años que no servía ni para chatear con nadie. Ahora le habían regalado uno nuevo y bastante moderno, quizás se imaginó que como ahora tenía un amigo (para su madre) podía chatear con él y llevar una vida como la de cualquier adolescente, sin sentirse un raro porque todos los de la escuela llevaran uno. Ahora más que nunca empezaba a necesitarlo.
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Un asesino enamorado (Andy x Chucky)
Fiksi PenggemarAmbos eran adolescentes, uno con una vida normal y una madre soltera, el otro, una vida solitaria con siniestros secretos. Todo cambiará cuando ambas miradas se crucen, una molestia en el pecho y unos vagos recuerdos en forma de sueños será lo que t...