0.4

1.8K 227 27
                                    

— Bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Bien. 

— Soy una de las personas encargadas del hilo rojo, somos doscientas personas en todo el mundo. Si me viste antes fue gracias a que intentaba que un hilo no se estirara demasiado, pero creo que lo logré. Fue un arduo trabajo pero logré ayudar —se pasó una mano por la frente, cosa que me hizo reír. Alivianando un poco todo este desentendimiento.

— No debe ser fácil, eh —dije—. Bien, ¿Qué se supone que debería hacer? —le cuestioné.

— Pues, tendrás que ser como yo pero en un grado más bajo, estábamos buscando a personas para qué nos ayudaran. Ahora la gente complica las cosas, necesitábamos más personas —no sabía qué decir, sonaba bastante agotador y me llegaba a asustar qué pensarían las personas cuando les dijera '' No sigas con tú pareja, no vale la pena perder tiempo''. Seguro me odiarían.

— Y-Yo... ¿Qué pasa si me niego? —Nayeon entrecerró los ojos— Se escucha bastante agotador y no creo querer trabajar para eso toda mi vida —ella sonrío.

— Mira, si te niegas pueden pasar dos cosas; la primera, perderías a tú hilo rojo, eso te hará caer en la soledad y a tú alma gemela. No es algo que quisieras, vivirías sintiéndote sola, por ahora estarás bien, eres jovencita, pero luego sentirás el vacío. Yo he ayudado al hilo rojo a través de los siglos —noté cómo la hermosa chica se acercaba—. Yo nací en otra época, hace casi quinientos años. Es increíble ver cómo todo ha evolucionado. Todo estos años he sido feliz con Jeongyeon, mi pareja, aunque sabes algo... —la miré con interés.

— ¿Sí? —respondí tomando café sin apartar los ojos de Nayeon.

— Jeongyeon no era mi hilo rojo. Fue extraño, yo tenía otro hilo —me quedé sorprendida. ¿Acaso eso podía pasar?— Es un caso en billones, así que era un político de la época. Era una mala persona, yo nunca lo amé y entonces descubrí a su hermana menor, Jeongyeon. No sabía qué hacer hasta que un día corriendo me tropecé con uno de los guardianes del hilo, me comentó que había un error con mi hilo, aunque no te asustes, esos errores no suelen suceder, fue una alteración de alguien con mucho poder sobre el hilo pero ya se arregló. El destino tomó netamente el poder y ya no se puede cambiar, ahora los guardianes son más sabios y disciplinados. Después de casi cuatro años de investigar se ofreció a ayudarme a cambio de cuidar el hilo rojo, acepté y Jeongyeon fue conmigo —era fantástico, una hermosa historia de amor. Estaba sorprendida.

— Esto es...—suspiré anonadada.

— ¿Asombroso? Lo es —subió una de sus comisuras, se veía con una gran capacidad de amarse, pero cómo no, era bellísima. 

— ¿Cuál es la segunda condena? —ella sonreía. Como si no hablara de algo malo, ignorándolo.

— Te borrarán la memoria, pero eso te encadena a tener que volver a nacer. En otra familia, en otro lado sin nunca conocer a tus amigos o tú familia. Hasta en otro continente podrías vivir. ¿Aterrador, no? —yo asentí pasando saliva— No lo es en caso de que no te acuerdes, pero cómo estás consciente no te someterás. Además podría perder el trabajo, y ya me gusta —tomó otro sorbo de café y yo me quedé pensativa viendo el líquido de agradable olor. No tengo más opción.

❝ El hilo dorado. ❞  | Editando ๛ Michaeng | Saga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora