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Chaeyoung

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Chaeyoung.

Sentí una pesadez en mi cuerpo y luego dejó de estar ahí, en un parpadeo. 

Abrí los ojos y me encontraba en un cuarto blanco, me senté confundida y tenía un vestido blanco. Me veía tan tranquila, como si tomara una ducha y saliera a dormir en las Bahamas. 

— Pero... ¿Qué? — recordé el accidente y me asusté, salí corriendo de ahí. No, no podía estar muerta, ¿Esto es el cielo? era algo parecido a lo que cuentan las personas. 

Corría con desesperación sin abrir mis ojos y me topé con alguien y sentí como caía, bueno, si se podía caer. La verdad no dolió como pasaría en la tierra, fue como una pequeña capa de algodón. 

— Lo siento.— se disculpó una chica con una bata dorada y blanca que adornaba su torso y el resto de su cuerpo. — Oh, hola... Soy Sulli, un gusto.—estiré mi mano y la estrechamos, como si hiciéramos un negocio, como si fuera una situación normal.

— ¿Tú eres...-

—Sí, soy ella.— Me dijo con una sonrisa real, ella se había suicidado según los medios y ahora la veía aquí, con realmente una vida. 

— ¿Estoy muerta? — le pregunté con los ojos abiertos. — ¿Es el cielo o por qué todo es tan blanco?

— Oye, calma... Pasó una mano por mi espalda. Estamos en el purgatorio, aún no estás muerta, estás en el proceso de estarlo.— me sonreía y entonces vio mi meñique. — ¿Qué? — tomó mi mano. — Es muy bonito, pero, ¿Qué significa?

Nos sentamos en... ¿El piso? era todo muy extraño, me sentía tremendamente relajada pero aún así le conté todo sobre el hilo.

— Así que es eso... — lo acarició. — Ya veo. Nuestros amigos del hilo a veces nos visitan.— yo me paré en seguida. 

— ¡¿Qué?! Los necesito, yo aún no puedo morir, tengo muchas cosas por delante y...— volvió a darme una dulce mirada. 

— Calma.— intentó apaciguarme. —No sé si puedas, creo que también necesitas volver pero eso no lo manejo yo, lo hace Dios. Ahora, vamos, debes esperar, puedes ir adonde quieras si pasas al cielo.— mi mirada de confusión hizo una carcajada en ella. — Te explico, mira... En el proceso de ir al cielo o al infierno hay un paso mientras tú cuerpo fallece enteramente, y es el purgatorio, es este lugar. 

Asentí mientras la veía algo concentrada. La verdad esto era mucho más interesante que todas las cosas enseñadas a lo largo de mi vida en la escuela, y claramente ahora la necesitaba de manera más urgente. 

— Aquí no eres feliz pero tampoco triste, hay dos lados del purgatorio. El primero, las personas que se alistan para ir al cielo o  segundo, las del infierno, si estás en el lado del infierno, pues... sufrirás tú estadía, algo así que te vas a sentir muy mal, demasiado triste..., me alegra que estés aquí, tampoco serás feliz aún, y tienes consciencia de tú vida y tus sentimientos siendo mortal.— suspiró. — Sí, eso puede cambiar mientras miran tus comportamientos en la tierra. 

❝ El hilo dorado. ❞  | Editando ๛ Michaeng | Saga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora