✐ Seguramente todos conocen la famosa historia del hilo rojo. Al parecer, a Son, le fue concedido el poder de ver el dichoso hilo, pero, algo llamará la atención de Chaeyoung, el hermoso hilo dorado de Myoui Mina.
➣ Saga: Colores.
➣ Historia totalme...
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Toda el resto de noche, estuve sin poder descansar, la hora se acercaba y no sabía qué hacer. Le pedí a Dahyun que se quedara conmigo.
— Falta una hora... ¿Qué harás, Chae? —la asiática me miró preocupada.
— Necesito a... Mina y a Hoon, necesito despedirme de cualquiera de los dos. Necesito hacerlo, elegiré tres minutos antes de que deba irme o quedarme —respondí.
— Bien, hablo con Mina, le diré que venga, necesito algo para Sana —yo asentí, no sabía ni que excusa darle cuando llegara, pero necesitaba tenerla aún ella no supiera nada.
Mi mejor amiga se levantó y fue a llamar, yo bajé y entré a la habitación de Hoon, él estaba estudiando, era tarde pero tenía un examen muy importante. Le quité el cuaderno y me senté al frente.
— ¿Chae? Debo estudiar —me informó mientras intentaba tomar el cuaderno. Mis ojos se quebraron—. Oh, ¿Qué pasó, Chae? Has estado muy mal últimamente —me abrazó y yo me acurruqué con él.
— ¡Chae! Llegó Mina —me avisó la de pelo gris. Yo me levanté.
— Espérame aquí, por favor, no estudies más por hoy, ¿sí? Ahorita vengo y necesito toda tú atención —su rostro se arrugó pero terminó con una respuesta positiva.
Salí y abrí la puerta con más lágrimas en los ojos. Me estrellé contra Mina. Ella me alejó.
— ¡Es casi media noche y no sé que es lo que pasa! Dios, me besaste y no nos conocemos, me abrazas llorando y me dices cosas sin sentido. ¿Quién eres, Son Chaeyoung? —su tono era duro pero no gritando.
— Soy tu hilo del destino, Mina. Me creas o no y, cometí un error, no estaremos juntas y simplemente estoy en un castigo. Nadie recuerda nada o yo recuerdo de más, o estoy en otra realidad, sé que piensas que estoy loca y no te culpo, yo lo pensaría igual. Mira, déjame al menos veinte minutos, veinte minutos donde no preguntarás y prometo no volver a molestarte. Sólo esta noche, y, prometo no confundirte más.—mi voz era de alguien rendido.
— Y-Yo... —fijé mis ojos llorosos, mis orbes y dentro de mí, le rogaba—. Está bien —yo sonreí con el agua en mi cara y la abracé con fuerza. Ella me devolvió el abrazo. Sé que no entendía pero era lo único que necesitaba.
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Básicamente esos 20 minutos tuvimos una cita, o algo similar.
— ¿Entonces... te gusta dibujar? —yo asentí. Me levanté y traje un cuaderno. Dahyun se había quedado dormida en el sofá, estaba cansada y lo entendía.
— Te dibujaré —Mina sonrió tímida.
— Chae... Yo... —me acerqué—, ¿Q-Qué haces? —sus pupilas estaban dilatadas, no sabía si era por la luz natural de la luna y la oscuridad que se balanceaba con el satélite natural o por otra cosa.
— Por favor, sólo esta noche. Después no volveré a molestarte —le dejé un suave beso y ella asintió cubriéndose la cara.
Se acomodó mientras la luna le alumbraba y entonces me di cuenta de algo, pronto se acaba la hora, pasé saliva y terminé de dibujar.
— Quiero ver —me exigió. Yo sonreí.
— Pero si me das un último beso, ya pronto tienes que irte —espeté triste. Puede que Mina no supiera que tal vez, fuera la última vez que la besara.
Ellas se acercó, tomó mi mejilla y se acercó con suavidad, me dejé probar sus dulces labios, una lágrima cayó. Ella se sorprendió pero no preguntó. Ya nos encontrábamos en la puerta y me aferré a ella como si no hubiese un mañana, me dejé oler su pelo, su aroma, todo de ella, se sentía como una despedida dolorosa y la verdad, no quería soltar su mano. Unos pasos y despareció, sé que vio hacia mí antes de irse, el triste ayuntamiento de una casa llena de recuerdos, triste.
Quedaba poco y entré a la habitación de Hoon de nuevo.
— Te estaba esperando —me dijo amable—. Ven, necesito que me cuentes quién es ella —se refería a Mina— Sobre Dahyun, me alegra que hayan vuelto a hablar, lamento haber sido tan egoísta, sólo quiero decirte que te apoyo con esa linda chica japonesa que entró —sus ojos me sonreían con toda la gracia de un amor puro. Yo lo abracé como a un padre, como a un peluche.
— ¿Te agrada? —él asintió.
— Sabes que "Losign you" va para ti, yo preferiría perderme, antes que a ti, hermanita. Te amo, nunca lo dudes, no importa si amas a una mujer o a un hombre, ¿Bien? —yo asentí y lo abracé. Por fin me sentía en paz, este recuerdo ya no será uno trágico donde todo terminó en una catastrófica pelea, si vuelvo, será así, pero ahora tengo que disfrutar esto. Un mejor recuerdo se creó.
La hora llegó, debía subir para encontrarme con Nayeon y contarle mi decisión.
— Te amo —mi decisión estaba tomada. Lo abracé con mi alma, tal vez mi cuerpo estaba haciéndolo pero realmente mi corazón era el dichoso de envolverlo.
Las piernas me flaqueaban, las escaleras y el frío eran más fuerte de lo normal. Entré con una sonrisa en la cara, una rota pero valiente. Nayeon acarició mi espalda y le conté mi decisión, aquélla que podría cambiarlo todo para bien o para mal. Igual, aquí no hay malas decisiones, fue lo que mi mente repetía.
Sentí un vacío y un oscuro sueño.
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