Con dificultad me moví, el sol entraba por la
ventana y me estaba dando en toda la cara. Me senté despacio y estiré mi cuello un poco, al bajar mi vista me encontré con la coreana, tenía un pequeño hilo saliendo de su boca que, estaba ligeramente abierta, no pude evitar sonreír.Me levanté y estiré, volví a ver al lugar de la menor, estaba su posición hacia mi lado, tal vez por eso no le dio el Sol en la cara. Entré al baño y me di una ducha, tomé una toalla que la Sra Son me había dejado y me sequé, ¿Tendría que ponerme la ropa de ayer, no? La dejé en los pies de la cama. ¿Qué hago ahora? Lo pensé bien e intenté enrollarme lo mejor que podía en el pedazo de tela. Abrí despacio, no quería levantar a la chica que ahora dormía. Con cuidado me agaché y me escurrí hasta llegar, la tomé y al halar, cayó mi celular haciendo un estruendo.
— Mierda —estaba escondida detrás de la cama, sólo esperaba que por debajo de la cama, no se viera nada, aunque las cobijas estaban revueltas, así que lo dudaba.
— ¿Mina? —escuché y se me aceleró el corazón—. ¿Dónde estás? ¿No te mataste? —escuché una suave risa, pocas veces podía hacerlo, así que no respondí—, Pero, ¡¿Dónde te has metido?! —noté que se había levantado, porque el sonido era de otro lado.
— No te acerques, estoy en toalla —mi sonido era calmado aunque la verdad era que estaba alterada.
— P-Pero... —la callé cuándo di un portazo entrando al baño. Eso fue rápido.
Al acabar, me senté en en la tapa del retrete, sonreí y pensé que en verdad cuál afortunada es Chaeyoung al tener una hermosa familia, algo que nunca tuve.
Chaeyoung.
Antes de que pudiera hablar, vi el cabello de Mina y parte de su espalda, era delicada y tersa por lo que vi, era la espalda de una pequeña muñeca de porcelana, claro, porque se cree una escultura, seguro. Pronto salió y tenía lo mismo de ayer, no podía dejar de ver su hilo... Era increíble y me pregunté que tenía de especial Mina para poseer algo así. La miré.
— ¿Por qué te arreglaste tan temprano? Hoy no hay clases, lo sabes, ¿No? —ella mi miró con repudio y se sentó.
— Claro que lo sé, es que yo sí aprovecho mi tiempo y no desgasto medio día en dormir — "Mentira, cuándo no iba a clases solía acostarme a jugar vídeo juegos y a dormir, nada más". Pensó Mina.
— Mejor salgamos, necesito ir a ver cómo sigue Dahyun —noté la mirada de Mina—. ¿Pasó algo? —ella se quedó quieta.
— ¿Te gusta Dahyun? —solté una carcajada, eso nunca, era cómo mi hermana, no, nunca, estaba carcajeando pero al parecer la nipona seguía seria, así que lo aclaré—. No, no me gusta, es cómo mi hermana, ¿Por qué? —ella subió sus hombros y jugaba con sus manos, no pude evitar volver a caer en su hilo dorado, no aguantaba más, hablaría con Nayeon sobre eso—. ¿Puedo hacer el desayuno? —reí otra vez pero sin tanta intensidad, Myoui seguía seria.
— ¿Por qué? —le interrogué.
— Se los debo, además, nunca... —la inseguridad era notoria en su voz, me sorprendió, pues siempre era bastante clara—. Nunca he cocinado en...—crraspeó—, con otras personas en casa, así que es una buena idea —se levantó y salió, no me dio tiempo ni de poder seguir hablando.
Me quedé un momento viendo hacia dónde había salido, al espacio vacío que ocupa el marco de la puerta, al que he visto miles de veces, sólo que... No veía nada, sólo arrugué mis cejas y entre cerré mis ojos, ¿Qué había sido esa actitud? Al bajar los escalones lo primero que vi fue el hilo de mi madre y el de Mina, subí mis ojos y ahí estaban riendo; contentas. Me acerqué y escuché cómo mi mamá le contaba algo sobre mí, en seguida me coloqué cómo un punto rojo.
— Si la vieras, Mina... —mi mamá seguía cocinando con la nipona a su lado ayudándola—. Parecía que tuviera arena en los zapatos cuándo se cayó de cara en frente de toda la escuela el día de la presentación —Dios, si seguía hablando quedaría en vergüenza. Mina reía, vaya, era una de las primeras veces—. Luego le compré un peluche de tigre, le encantaban... —se acercó aún pero sabía que la escuchaba—. Aún le encantan, tiene como cuatro camisas de tigres, además de su peluche guardado y pantuflas. Creo que sacaré el cubrelecho de Simba, Chaeyoung —me hice al lado de mi mamá y con la mirada le pedí una explicación, ella me ignoró con una sonrisa mientras seguía cocinando.
— Mamá, si sigues hablando, los huevos se van a quemar —intenté que no me avergonzara más. Ella me miró y río.
— Claro, cariño —estaba segura de mis mejillas encandecidas— Iré por unas frutas y algo de comida, es hora de hacer las compras mensuales, ¿Pueden acabar el desayuno? Volveré en unas horas, ya sabes que me encanta ver todos los productos y escoger los más ricos.—yo asentí—. Te llevaría, me gusta que me acompañes, pero, debes terminar de desinfectar la herida de Mina y darle comida. Espero no la dejes ir sin darle algo de alimento, ¿Bien, Chaeyoung? Espero no te pongas a holgazanear y rascarte la barriga —de lado vi que Myoui intentaba no burlarse. Bajé mi cabeza.
— Sí, mamá... —ella me dio una palmadita y luego le dijo algo a Mina, algo que no pude oír. Me senté y pronto entró con un semblante indescriptible... ¿Tristeza y nobleza? No lo sé, no la conocía lo suficiente para saberlo.
— ¿Vamos a cocinar? No es que vayas a holgazanear y rascarte la barriga —no pude evitar reír y levantar mis pies para adelantarme a la cocina.
— ¡Yah! —saqué una risa—. Termina de servir los huevos, yo llevo el jugo de naranja —así asintió y lo hizo.
____1.7____
-Anónima.
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❝ El hilo dorado. ❞ | Editando ๛ Michaeng | Saga.
Fanfiction✐ Seguramente todos conocen la famosa historia del hilo rojo. Al parecer, a Son, le fue concedido el poder de ver el dichoso hilo, pero, algo llamará la atención de Chaeyoung, el hermoso hilo dorado de Myoui Mina. ➣ Saga: Colores. ➣ Historia totalme...