❝ El hilo dorado. ❞ | Editando ๛ Michaeng | Saga.

2.6

— Chaeyoung —mi mamá me movió el brazo con cariño, fui abriendo los ojos—. Ve a la escuela, en media hora llegará Dahyun, debes venir temprano para que te cambies, tendremos la cena en una sala de eventos. Te dejé el vestido en el baño, te quedará espléndido  —sonreí y ella me plantó un beso en la frente para bajar. 

Hice lo de siempre. Me levanté para bajar y, así lo hice. Al llegar, me esperaba Dahyun. Llegamos a la escuela en la bicicleta. Y ahí estaba parada Somi, con un ramo de flores y se acercó. Dahyun me empujó y salió casi huyendo, la odiaba por éso. 

— Somi... —le espeté sin decir nada mientras me ofrecía el ramo, lo recibí y ella me dio un beso. 

— Perdóname, ¿Sí? —yo asentí y le sonreí—. Nos vemos hoy, hermosa —se acercó dejándome otro beso para irse. Cuándo se fue, olí las rosas, las puse contra mi pecho y seguí caminando sonriendo, entonces ahí venía Mina, Sana y Jae. 

— ¿Quién te dio esas flores, Chaeyoung? —era mi parecer o Jae me habló en un tono algo... ¿enfadado? 

— Mi novia... —confesé aún en mis sueños inconscientes e imprudentes—. S-Somi —caí en cuenta de las miradas de las tres personas ahí paradas. Jae me tomó de la cintura y me pegó a su cuerpo con fuerza, yo intenté separarme pero no pude, me estampó contra un casillero—. ¿Q-Qué haces? —Él bajó la cabeza mirándome con cariño, aunque se viera violento, en verdad fue muy delicado. 

— Dame una oportunidad de demostrarte que te puedo hacer feliz, por favor —Mina se acercó y lo empujó con fuerza, repito, se vio violento pero en verdad no fue así como actuó él.

— Oye, cuida cómo te comportas, no tengo tiempo para llamar a control de animales —vi cómo se sonrojaba e intentaba no llorar Jae, era como un pequeño jarrón que no podía aguantar más, estaba templando y derrumbando. Me sentí mal y lo tomé de la mano suavemente alejándolo.

— Espera aquí, ¿Bien? —él asintió—. No tardo —me devolví con Sana y Mina. A pesar de lo que hizo la nipona de pelo castaño, estaba con una gran rigidez y seria, nada la hace perder la compostura—. ¿Qué fue eso? — Miré a la de orbes serios. 

— Nada. Sólo, no me gusta que los hombres se comporten como unos tontos —asentí desconfiada mientras Sana reía a lo bajo—. ¿Por qué te ríes? —ella sólo reía más, la dejé-— Debo hablar con él —no dije más y volví con el chico. 

— Bien. Jae, mira, en serio te quiero, eres muy importante —él me interrumpió con un "pero" y yo proseguí— Pero, no me gustas y ahora estoy con Somi —se volvió a acercar. 

— Bien, pero... Si llegas a pensarlo y terminas con Somi, podrías tú, no sé, ¿Querer reflexionar y darme una oportunidad? —yo asentí— Pero, ¿Somi te pidió tener algo oficial? —me miró extrañado.

— Aún no, pero supongo que pronto... Bien, si eso pasa, te daré una oportunidad —sonrió vagamente y yo igual. Tal vez tenerlo de novio no estaría tan mal, era dulce. Aunque por ahora sólo estaría con Somi, dije que no me gustaban los chicos y, es cierto, pues nunca he estado con uno ni me ha interesado pero tal vez, Jae podría demostrarme otra cosa. 

— ¿Te puedo pedir algo? —le miré—, No digo que ahora, estás con Somi, pero, ¿podría besarte alguna vez? Sólo sería un beso y ya. Muero de ganas hace mucho tiempo, sólo sería uno —no le respondí mientras pensaba, sólo es un beso, tampoco me pide matrimonio, ¿Por qué no? Claramente no ahora, por  Somi, aunque ella me hizo lo mismo, tal vez...

— Está bien ahora —él me vio con sorpresa y se acercó. Yo sólo cerré los ojos esperándolo.

— ¿Podemos hablar? —me interrumpió Jihyo. A lo lejos veía a Sana y a Mina hablando. Miré a Jae quien aisntió.

— Será después —me dijo en el oído y me dio un corto beso en la mejilla. Yo la toqué sorprendida.

— ¿Qué se supone que haces, Son Chaeyoung? —alcé mis hombros ignorándola—. Devolver los golpes no son buenos, siempre termina mal —desvíe los ojos al suelo— Pero, no te preocupes, entiendo. Sólo no hagas eso, no importa lo mal que sea tu pareja, serle infiel de alguna manera es caer muy bajo. Cuándo pasa eso, simplemente es mejor terminar las cosas —no evité pensar en el ramo que traía, tal vez la relación se estaba tornando tóxica sin siquiera haber empezado. 

— Gracias, Jihyo... —ella era la que alzaba los hombros ésta vez. 

Mina.

Tomé mi vestido negro y lo ajusté a mi contextura, he de admitir que me veía fantástica, empezaría en una media hora. Ya estaba lista; mi pelo suelto, mi vestido elegante con unos tacones igual de oscuros. Me acompañaba con unos aretes y un collar. 

— Te ves muy provocativa, Mina —me dijo J-seph con su pelo peinado y recién cortado—. Pero está  bien, nuestro padre nos está esperando en el carro, tú madre también te espera —asentí y me fui. No era por nada, pero los negocios de mi padre me interesaban, quería manejarlos para poder arreglarlos. Primero, me disculparía y pagaría las malas jugadas que hizo Akira, luego empezaría a regir de buena manera.

Al subir, mi madre me tomó del brazo. La camioneta era bastante grande y el chófer avanzó. Cómo siempre, llegamos antes a la gran celebración que había, éramos algo parecido a los anfitriones, así que debíamos. El lugar tenía detalles rojos y dorados con un ambiente elegante y de negocios, en verdad me moría por llegar a ser una mujer grande pero justa. Tener todo lo que tiene mi padre pero justamente, no me importaba sudarlo para poder lograrlo. De hecho, a escondidas iba con Jihyo a unas clases sobre manejos empresariales. De pequeña siempre me cargaba un portafolio y me imaginaba siendo una jefe en un gran edificio. 
Tal vez éste sueño me lo inspiró Akira, pero con un rumbo diferente. Por mí y para demostrarle a mi familia, que podía hacer lo mismo y hasta más, sin ser una escoria, que puedo ser más grande que Akira y dejaría de necesitarlo. Se lo restregaría en la cara y disfrutaría en una oficina enorme con una hermosa vista, lo haría porque sé que lo haré.

Pero algo sabía, no la tendría muy fácil y, ésta noche era el comienzo. 

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-Anónima.