CAPÍTULO VI

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Al llegar al aeropuerto, Xiao Zhan, con el bebé aún dormido en su portabebés, se dirigió hasta la banda para recoger su equipaje. Esperó hasta que la maleta apareciera y la sacó, pero al girarse para dirigirse a la salida del aeropuerto, con la maleta en una mano y el portabebés en la otra, tropezó con el molesto hombre del avión. Era realmente desagradable.

—Fíjate por dónde vas —reclamo el hombre.

—Lo siento, fue un accidente —contestó Zhan.

—Claro, tenía que ser un…

—¿Un qué? —lo interrumpió Zhan, con los dientes apretados. Estaba sosteniendo muy fuerte la maleta. Sostenía a su hijo con la otra mano, pero ya lo había soportado en el avión, esta vez no lo iba dejar pasar.

El hombre lo miró con desprecio de la cabeza a los pies y de regreso. —Ya sabes. Alguien como tú —le dijo.

—¿Alguien cómo yo? ¿Qué significa ser alguien cómo yo? —soltó en respuesta Zhan, ya estaba muy molesto.

—Escucha, será mejor que te vayas ahora si no quieres arrepentirte después. Hombres como tú —dijo con asco—, no deberían existir —terminó con total desprecio.

—Escuche señor, yo no le he hecho nada, sin embargo, usted parece odiarme sin siquiera conocerme, ¿qué le sucede, eh? ¿Acaso ésta loco? —Zhan apretó los dientes, en un intento por no gritar. En ese momento, el bebé se despertó y empezó a llorar.

El hombre cerró la distancia que había entre ellos y miró amenazante a Xiao Zhan. —Tú… —comenzó, pero fue interrumpido antes de que pudiera continuar.

—¡¿Oiga, qué le pasa?! —se escuchó desde detrás del desagradable hombre. Este se giró y siguió con la mirada a YiBo, que caminó hasta estar al lado de Xiao Zhan. YiBo miró al hombre de la misma manera en que este miraba a Zhan —Usted —le dijo—, ¿qué le pasa? ¿Se siente bien amenazando a alguien con un bebé?

—Yo solo lo estaba poniendo en su lugar—su voz altanera, grosera.

—¿Poniendo en su lugar? Creo que es usted el que debería estar en otro lugar. El contenedor de la basura, por ejemplo —respondió YiBo, amenazante.

—¿Qué? ¿Cómo te atreves?

—Escuche muy bien, sepa que nadie amenaza, ni le hará daño a éste hombre ni a éste bebé en mi presencia —YiBo señaló  a Zhan con un movimiento de cabeza. El otro hombre abrió la boca para decir algo, pero YiBo no lo dejo—. Así que será mejor que quite su despreciable presencia de mi vista inmediatamente, antes de que sea usted quien salga lastimado —sus palabras fueron firmes. Lo estaba probando. Y el otro hombre no aceptó. Le dio una ultima mirada de odio a Xiao Zhan, luego dio media vuelta y se fue sin decir una palabra más.

Xiao Zhan y YiBo lo observaron alejarse.

Cuando estuvo considerablemente lejos, Zhan, que había tomado a su hijo en sus brazos e intentaba calmarlo, habló: —Aaahh… gracias —le dijo a YiBo.

—De nada —contestó—. Simplemente no podía permitir algo así. Ese hombre es realmente un idiota despreciable.

—Ni que lo digas —dijo—. Lo odio tanto, me hubiera encantado soltarle un buen golpe en la cara —masculló con los dientes apretados.

—Sí, pero probablemente no tengas que toparte con él nunca más.

—Desearía que fuera el único.

—Mmm... Por cierto olvidaste esto —le dijo YiBo, entregándole la mamila.

Zhan estiro la mano y tomó la botella. —Muchas gracias. Por todo —contestó.

IMPERFECT LOVE • [YIZHAN | MPreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora