La mañana siguiente del evento, el propósito del baile se había cumplido, los pasillos del castillo se llenaban de grupos de estudiantes de diferentes casas, platicando y haciendo bromas entre ellos. Se habían creado nuevas amistades y algunos habían conseguido pareja, como Harry y Draco, y era de estos dos de los que mas se murmuraba en los pasillos.
A nadie le había pasado desapercibido su entrada al baile, ni la forma en la que casi ninguno se despegaba del otro y más de alguno había visto a Draco salir corriendo y Harry perseguirlo. Lo que paso después eran solo especulaciones, algunas más locas e improbables, pero todas terminaban en que estaban juntos pues, la ahora pareja más famosa del colegio, se encontraban dirigiéndose a sus clases juntos, era una suerte que compartieran clases todo el día.
Ambos se habían encontrado sin saber que decirse. Harry se había sonrojado y Draco había mirado para otro lado. Draco se preguntaba como sobrevivía Harry a los constantes susurros descarados de las personas cuando pasaban junto a ellos, ni siquiera disimulaban sobre el tema de conversación. Draco se encontraba inquieto, pero a Harry no parecía importarle lo que decían, más importante, se había aventurado a tratar de sostener la mano del contrario.
Encontrarse al término del desayuno y caminar a sus clases juntos, a veces en silencio o charlando sobre algún tema de la clase, aunque se encontraban en una rutina cómoda, ambos coincidían en que estaban estancados aun si no lo decían en voz alta. Poco antes de las vacaciones de Navidad Draco comenzó a comportarse extraño. Harry pensó que al fin se había aburrido de él, por lo que tenia que hacer algo rápido.
Harry poco sabia de las cartas que Draco había comenzado a recibir. No muchas tenían remitente, pero las amenazas eran parecidas. Todas exigían que se alejara de Harry pues alguien como él no era digno del Salvador del mundo mágico. Cuando comenzaron a llegar solía leerlas, pero dejo de hacerlo cuando fueron demasiadas, aunque no se lo dijo a Harry.
Además de eso, estaba el club de fans de Harry que lo molestaban todo el tiempo que no se encontraba con el moreno. Preguntando sobre su relación detalles que ni siquiera Draco tenia, esta de mas decir que algunas de los fans no eran amigables. Draco no estaba muy seguro sobre el mismo en ese punto de su vida, pero trataba de mejorar. Los celos que parecía no demostrar eran solo un síntoma de lo que parecía ir mal con él.
Draco no podía imaginar que Harry lo dejaría después de lo que le había dicho la noche del baile, pero siempre se encontraba pensando que había alguien mejor que él, en alguna parte de este castillo o fuera de él.
Harry por su parte tenía sus propias inseguridades. Draco seguía siendo el príncipe de Slytherin y la molestia que sentía cuando el rubio era demasiado amable (según Harry) con sus compañeros, no pasó desapercibida. Harry había notado como los susurros y especulaciones sobre su relación molestaban a Draco, se había encargado de algunos de ellos, pero aun así no podía controlar todo lo que se decía en el castillo, quizá estar con él no era lo que Draco había imaginado y la presión de lo que los demás decían era demasiado para Draco, quizá lo dejaría para estar con alguien a quien no lo estuvieran fotografiando cuando estornudara.
Era viernes cuando Harry decidió que invitaría a Draco a pasar el sábado con él. Draco por su parte estaba haciendo planes para una tarde perfecta con su ¿novio? ¿pareja? O lo que sea que fuera Potter para él. Solían separase en el vestíbulo después de su ultima clase. Harry fue el primero en despedirse y Draco no tuvo el valor de decir lo que quería hasta que vio la espalda de Harry subiendo las escaleras.
- ¡Harry espera! - Draco corrió para alcanzar a Harry – Yo quería saber si... quería saber si quieres acompañarme... esta tarde
-Claro, me encantaría – dijo Harry más que feliz - ¿A dónde quieres ir?
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El aroma del amor [Drarry] TERMINADA
Fanfic"La amortentia, la poción de amor más poderosa" Harry siente curiosidad por los aromas que percibe de la amortentia, decide que puede darse el lujo de buscar a la persona de la cual parece esta enamorado. Ya no hay señores tenebrosos ni horocruxes q...