El aroma del amor [Drarry] TERMINADA

CAPITULO 13 - CORREO

Harry convenció a Hermione de que su túnica se le enviarían al colegio y por eso no llevaba nada consigo. No fue hasta que estuvo en su cama esa noche que se dio cuenta de que, ahora sí, realmente necesitaba una túnica porque su pareja no era otro que el príncipe de Slytherin.

El siguiente sábado todos estarían buscando un atuendo y las tiendas estarían a reventar, Harry sólo esperaba tener suerte y no quedar en ridículo enfrente de Draco. Sin nada más que angustiarse y esperar el siguiente fin de semana Harry se quedó dormido imaginando a Draco y el atuendo qué escogió para para él.

Cuando el siguiente sábado llegó y nada de lo poco que quedaba en Hogsmeade le pareció suficiente, Harry, su mal humor y su desesperación le hicieron escribirle a Sirius una pequeña carta en donde le pedía que le consiguiera un atuendo decente.

Harry no era alguien que se preocupara mucho por la moda, pero aquel era un caso especial. Sí Harry no obtenía una respuesta positiva de Sirius o una túnica de gala antes del jueves, recurriría a el título de El Salvador del Mundo mágico para que McGonagall lo dejara ir al callejón Diagon.

Momentos desesperados necesitan medidas desesperadas, se había dicho. No es que le gustara obtener cosas por ser El Salvador del Mundo mágico pero, las miradas encontradas y las pequeñas sonrisas que él y Draco habían estado intercambiando entre clases y cuando se encontraban por los pasillos desde que se concretarán como una pareja para el baile, le recordaban a Harry que el baile debía ser perfecto. Su pareja era perfecta. Incluso había pedido ayuda a Neville y Hermione para practicar sus pasos de baile. Sí Draco pensaba que Harry no era serio con él estaba más que equivocado.

Era obvio que Harry había encontrado pareja para el baile. Todos sus amigos querían saber quién era, el niño Dorado no les había querido decir en un inicio y después con lo angustiado y emocionado que se veía por no tener un atuendo y por mejorar sus pasos de baile, sus amigos habían dejado de preguntar, pero seguían intrigados.

Hermione supuso que era esa persona especial pues Harry suele ser un despistado a menos que sea algo importante. Como su mejor amiga y la bruja más destacada de todo el colegio, Hermione tenía contemplados algunos sospechosos, pero, había una persona que parecía ser el candidato perfecto y lo comprobó aquella mañana de miércoles previo al baile.

Esa mañana Harry recibió una carta de su padrino donde le pedía más especificaciones para elegir la túnica y prometiéndole que la tendría en sus manos antes del sábado, lista para el baile. Harry suspiraba aliviado cuando un paquete cayó justo en su espacio.

La caja era ligeramente plateada, tenía un lazo del mismo color y una pequeña nota prendida de este. Harry leyó la nota, miro al rubio en la mesa de Slytherin mientras sonreía. Se disculpó con sus amigos mientras tomaba sus cosas y el paquete nuevo y corría a la Torre de Gryffindor.

Sus amigos y compañeros de casa no sabían que le ocurría a él gran Harry Potter. Por primera vez a Harry no le importaron los murmullos detrás de él. A Hermione y sorprendentemente a Ron, no les había pasado desapercibida la mirada que su amigo le había dirigido a cierto Slytherin.

Hermione se dijo entonces que era obvio y que había sido tonto no darse cuenta antes, pero, también esperaba la reacción de su novio quien podía ser un verdadero imbécil. Ron solo susurro un “¿es en serio?“  mientras su novia tomaba su mano y le dedicaba una pequeña sonrisa.

Una vez en la privacidad de su habitación Harry desató el lazo que envolvía el paquete y lo abrió. Dentro estaba todo un conjunto como el que él le había comprado a Draco, sólo que los colores estaban entre un verde intenso y el plateado más brillante. Harry no podía dejar de sonreír mientras tocaba las prendas.

Esa tarde Harry le envió una carta a su padrino agradeciendo su ayuda y diciéndole que había recibido lo que necesitaba de parte de los dioses, también prometía explicaciones para las vacaciones. Cuando sus amigos preguntaron por el misterioso paquete, él sólo dijo que era una sorpresa.
En la torre de Gryffindor, en la habitación que los mayores compartían, debajo de una almohada, se encontraba una nota que decía:

“Te esperare a las 8:00 afuera del Gran Salón, junto al reloj. No llegues tarde. D “