Capítulo 21 - Una elección sin remordimientos.

787 98 50
                                    


Cerré los ojos para intentar quitarme aquella imagen de la cabeza, esos ojos avellana que me devolvían la mirada como si fuese algo más que un monstruo egoísta o aquella sonrisa que me hacían sentir todavía ciertas esperanzas. Sin embargo, fue imposible a pesar de la lluvia que caía sobre mí y helaba mi cuerpo.

El dolor de mi mejilla había aumentado, y la hinchazón en la ceja crecció  de manera considerable debido a que estaba partida, pero incluso... ningún sufrimiento físico era comparable con el oscuro vacío que perturbaba mi corazón. Tenía ganas de recostarme en el suelo frío y mojado para no despertarme jamás.

<<Pero no regresará. Ninguno lo hará>>

Sentir la mirada de Levi me provocó vergüenza e incertidumbre, así que levanté la cabeza para observarlo a pesar de la punzada en el pecho que me provocaba hacerlo. Él parecía impaciente y de alguna forma intentaba esconder el sufrimiento que también le causaba la muerte de Erd. ¿Cuántos años habían estado juntos? ¿Cuántas cenas habían compartido? ¿Qué clase de sueños le confió Erd? ¿Cuántas veces miró a su compañero y temió que este día llegara?

<<Lo lamento. Lo lamento muchísimo>>

Mantenerle la mirada me era casi imposible, pero tenía una pregunta que hacerle.

— Sólo respóndeme una cosa —dije, casi en un susurro—. ¿También piensas que Erd murió por mi culpa?

El capitán no bajó la mirada, y aquello me intranquilizó aún más.

— No —respondió, con la mirada fija en mí—. Creo que cada uno tomó su decisión. Tu elegiste seguir para vengarte, a pesar de que existía la posibilidad de que vayamos contigo. Y Erd escogió seguirte porque temía que mueras, a pesar de que yo mismo le había dicho que lo mejor era volver al Cuartel con Petra. En ambos casos eligieron desobedecerme, y he aquí las consecuencias.

Desvié la mirada por unos momentos y me tomé unos segundo, sintiendo cómo sus palabras se clavaban en mi pecho.

— Volvamos —dije por fin, levantándome—. Aún hay otros reclutas que siguen en los bosques, ¿no?

Mis palabras sonaron fingidas, falsas, y él lo sabía. Entendía que no podía seguir mirando el charco de sangre y viseras que estaba a pocos metros de mí, así que simplemente asintió con la cabeza, guardándose para sí unas palabras que no pude imaginar.

Cuando nos adentramos en los bosques, Levi me aconsejó ponerme la capucha nuevamente.

<<¿Cuántos cadáveres estarán al lado de Erd? ¿Podré reconocerlo, en aquella pila de muerte?>>

Utilicé el equipo de Maniobras para deslizarme entre los árboles junto al capitán, nuestra visión no era del todo perfecta debido a que seguía lloviznando, pero aun así... debíamos terminar lo que habíamos empezado. Cuando escuchamos el sonido de las bengalas, levantamos la vista y maldijimos debido a que el humo se había dispersado.

Levi me hizo una seña para que lo acompañara, y juntos nos movimos entre los árboles hasta llegar hasta los demás. Me detuve frente a un árbol y me di cuenta de que en el suelo, había partes humanas destrozadas, y algunos cuerpos que al menos podían identificarse.

<<¿Cuántos de ellos podría reconocer? ¿Cuántos nombres se olvidarán bajo la lluvia?>>

— ¡Ayuda! ¡Socorro, por favor!

Levanté la mirada y clavé el pistón en el titán de diez metros para rodar sobre mí misma y cortarle la nuca con rapidez. No pude evitar preguntarme si la persona que había gritado, pudiese ser Annie. Dispersé aquellos pensamientos y continué ayudando. Cuando vi a Levi, sentí un gran orgullo: era increíble cómo aprovechaba los árboles para acercarse o distanciarse y enganchaba el pistón en los titanes

Camino de aspiraciones y cadáveres [2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora