Capítulo 07

499 72 38
                                    

«USA: 101,295 casos»

La tarde era silenciosa, el único sonido que se escuchaba era del viento al no haber ni vehículos ni nada que hiciera que el lugar sea menos aburrido.

Rusia estaba sentado en el sofá leyendo su libro favorito, denominado así porque apenas lo compró hace dos semanas en una tienda online y le gustó el tema de patinaje.

Lo más le llamó la atención es que los personajes tanto principales como de fondo son de un país diferente cada uno.

Tomen por ejemplo que la pareja de patinaje principal eran un ruso y un estadounidense, algo parecido a Yuri on Ice.

Pasó a la siguiente página pero en ese momento le comenzó a rugir el estómago.

—No, no, no... acá no...

Ignoró el hambre para seguir leyendo pero se volvía insoportable a cada minuto por lo que obedeció a su barriga de comer algo sin antes cerrar el libro con un separador en el capítulo 32.

Caminó hasta el pie de la escalera con ansiedad y llamó en voz alta al propietario de la casa.

—¡USA!

El mencionado se congeló en su explicación del por qué le quitaron el poder de todo tipo en estos tiempos en su reunión de Zoom con los latinos y su hermano Canadá.

—A-and I was telling you...

—¡Estados Unidos!

Yo me voy.

[Perú salió de la sala]

Los demás en la "reunión" virtual se sintieron incómodos y desviaron la vista o se rascaron la nuca (como si en tus clases virtuales de fondo se escuchara una pelea familiar).

—What? —preguntó el estadounidense avergonzado en dirección a las escaleras, sin embargo, no recibió respuesta—; Russia?

(...)

¿Alguna vez sintieron que nunca hubieran comido en toda su maldita vida y comen lo primero que ven de lo que tienen en su casa?

Pues... eso mismo le sucede a Rusia.

Él estaba desesperado, debía esperar una respuesta por mera educación pero no quería esperar mucho tiempo.

Con ganas de devorarse una vaca, corrió buscando la cocina para revisar el refrigerador y agarrar lo primero comestible que haya.

¿Leche fría? Está bien.

¿Ensalada? Mejor.

¿Manzanas? Para endulzar.

¿Más frutas? Da (Si).

¿Yogurt? Si que si.

¿Panqueques? Obvio.

¿Una hamburguesa con grandes probabilidades de salir con varios golpes por parte de USA? No hay que desperdiciar.

En fin, Rusia estaba perdido en su mundo del sabor, aquellos que hacían a su paladar viajar hasta las estrellas como si nunca hubiera comido o probado algo en años.

Un poco más y se ponía a llorar a mares de la felicidad que le causaba.

—¡Rusia!

Oh no, ya vino el propietario.

El euroasiático volteó a mirarlo completamente avergonzado y masticó discretamente un pedacito de la hamburguesa.

—What are you eating? —soltó aún demasiado sorprendido por la actitud y por el desastre que dejó en su cocina.

El tricolor menor en edad sudó frío.

—¿Qué estás comiendo? —afirmó su voz ligeramente, no quería intimidarlo, solo mostrar autoridad en un buen sentido.

—... —pasó lo que estaba comiendo aún sin gesticular palabra alguna.

—Rusia...

—P...puedo explicarlo —y mordió otro pedazo del pan con relleno.

—¿Esa es mi hamburguesa?

—¿Era tuya?

Estados Unidos respiró y expiró hondo.

—Esto me va a doler más a mi que a ti.

Infectado de Amor [RusAme]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora