Capítulo 6: Chismorreos

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Transcurrido el periodo que todo el mundo consideraba el más dulce de una pareja, Pree pudo ver como su esposa al fin trasladaba sus cosas a sus aposentos.

Le dijo que volvería cuando estuviera en una fase fértil. Prefería no pensar en cuando sería eso. 

Las relaciones conyugales le habían resultado algo difícil, pesado y muy sucio.  Su esposa utilizaba en él siempre un ungüento y le aseguraba que era normal no tener una erección a veces.

Pero él las tenía, solo que cuando ella se desnudaba y ofrecía su cuerpo reaccionaba con rechazo.

Al menos volvía a tener toda su cama pata él y no tendría que hacer eso otra vez en semanas.

Su esposa además no le caía bien.  No era humilde, le gustaba mucho la ostentación y no era amable con los súbditos. 

Mejor no pensaba en ella.  Solo asistiría con la mujer a los actos a los que estuviera obligado.



Boun estaba paseando con Saint por el harén.  Era una zona espectacular, y allí todo lo de palacio se sabía, desde lo más alto hasta los bajos deseos.

Lo cierto es que el lugar era hermoso, sus funciones muy similares a las que ya había ido cumpliendo en el otro palacio, y con su amigo cerca la añoranza por su familia se hacía más llevadera.

Un grupo estaba escuchando con atención a una de las sirvientas de la princesa.  Boun la conocía y aunque era buena chica, era ese tipo de mujer que no puede tener la boca cerrada, por eso le había extrañado tanto que fuese nombrada parte del séquito personal de la reina.

Saint y él también se acercaron.  Ella hablaba acelerada y el resto de los presentes parecían reaccionar algunos con diversión y otros con fingida escandalización.

-... tal vez ella esperaba otra cosa.  No está bien decir cosas malas de mi señora pero en el otro palacio se la conocía por muchas cosas pero desde luego no por su castidad.  Y el príncipe parece buen chico.  Por eso me da pena el desprecio con el que habla de él.  Dice que es aburrido y demasiado blando con los súbditos y luego... dice que no logra que se le ponga dura si no le echa una pomada afrodisíaca, y que el sexo es aburrido y trabajoso.  Cuando logra que este duro dice que no tarda nada en eyacular.  Al parecer está muy satisfecha con no tener que volver a su lecho en unas semanas..

Boun se alejó.  Estaba enfadado y no sabía porqué.  Los chismorreos íntimos formaban parte de los privilegios de los sirvientes y a él solía gustarle escucharlos o contarlos.

Pero el príncipe era un buen hombre, era dulce y agradable y no merecía ser humillado así.

-¿De qué conoces al príncipe?

Su mirada se volvió hacia Saint.  Había olvidado que estaba allí y había hablado en voz alta.

-Le conoci la noche anterior a su boda.  Y entre tú y yo sabes que para satisfacer a esa mujer haría falta un ejército entero.

-Sí, ella siempre ha sido demasiado libertina, pero debería guardar un respeto a su esposo.  En realidad yo también lo encontré desagradable.  Pero tú pareces realmente molesto.

-Voy a ir a su cuarto.  Y se lo voy a contar. Que sepa la verdad sobre su esposa.

-¿Y qué ganarás con eso?

Boun se le quedó mirando. Saint soltó su brazo ante la comprensión de que la decisión estaba tomada dijese lo que dijese.

-Estás encaprichado con el príncipe.  Nunca te había visto así con nadie.  Boun... ten cuidado.  Es un príncipe.

-Sólo voy a hablar con él.

-Me aseguraré de que nadie te vea entrar o salir.

-Gracias.

-Para eso estamos los amigos.

Complaciendo al Príncipe||BounPrem|| Gay||CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora