Capítulo 18: Un barco a la libertad

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Prem estaba acostumbrado a dejarse llevar por el destino sin presentar la más leve oposición.  Por eso las palabras y las decisiones tomadas eran difíciles de llevar a cabo.  No porque no se atreviese, simplemente no sabía por dónde empezar.

Afortunadamente para él contaba con Zee.  En cuanto le expuso lo que ocurría y su plan de fugarse su noble amigo hizo gala de todos sus conocimientos del sutil arte del espionaje y la conspiración.

De hecho él había sido el primer espía asignado al príncipe, pero la amistad floreció entre ambos y los reyes se habían encontrado en la tesitura de cambiarle pero permitirle seguir cerca de Prem.  Abierto, divertido y hábil en la diplomacia era exactamente lo que los padres de Prem consideraban un buen amigo.

-Yo me encargo de todo. Tú sigue actuando con normalidad y logra sobornar a una matrona para Tee.

Esa parte no fue difícil.  La matrona era una chica joven, proveniente del harén, madre de tres hijos y alimentando a los hijos de cuatro nobles. La idea de libertad y dinero y una nueva vida con sus hijos y quizás con un hombre nuevo a su lado.

Corrían muchas leyendas sobre esas islas pero muchas eran fantasías de mentes calenturientas porque nadie se había molestado en explorarlas.

Zee acudió a ver a Saint.

-Supongo que sabes todo por Boun.

El sirviente admitió.

-Saint... me iré con vosotros.  Y me iré por ti.  Yo puedo quedarme y disfrutar de una vida llena de comodidades.  Pero jamás podría vivir ni lo más mínimo feliz si tú no estás a mi lado.  Se que no es legal pero ya que vamos a formar parte de un nuevo reino quizás Prem haga nuevas leyes.  Y tú... y yo... -Zee sacó de su bolsillo un pesado anillo de oro con un rubí incrustado – casémonos.  Y si no podemos casarnos, vivamos juntos como pareja el resto de nuestra vida.

-Zee...

El noble le besó y Saint le devolvió el beso.  Estaban en el cuarto que este compartía con Boun pero éste había ido a ver a Prem.

Zee se acostó sobre el cuerpo de Saint.  Mientras le desnudaba este le miró a los ojos.

-Me da miedo que la fuga salga mal.  Mi castigo no será más que unos azotes... pero a ti pueden acusarte de traición.

-No saldrá mal.  Mañana a las doce de la noche nos espera un pequeño barco.  Un barco a la libertad.

-Te amo.

-Yo también te amo -Zee acabó de desnudarle -ahora déjame disfrutar de lo que más deseo...

Saint sonrio, dejándose llevar por fin por el amor y la oportunidad de ser feliz.

Complaciendo al Príncipe||BounPrem|| Gay||CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora