Capítulo 15: Servicio y cortejos

414 52 3
                                    




Los días transcurrían pesadamente en la estación cálida.  La humedad y las elevadas temperaturas provocaban que realizar el trabajo de cada día fuese pesado.

Para Boun sin embargo los días eran muy buenos.  La princesa había anunciado que estaba embarazada unas seis semanas después de la boda y solo esperaba que fuese de Prem o en su defecto no se diferenciase mucho de él.

-La verdad no me importa que no lleve mi sangre, ni que se acueste con otros.  Yo no la amo, te amo a ti y me acuesto contigo.

Boun levantó la cabeza.  Estaba jugando a dibujar eses en el pecho del príncipe.

-Los nobles sois tan fríos... la clase baja nos casamos por amor.

-Pero tú no te casarás... ¿verdad?

-No, porque te amo a ti.  Pero no tienes derecho a reprocharme eso.

-Tienes razón -Prem le miró a los ojos – una de las cosas que más amo de ti es que me tratas como a uno más.

-La gente está empezando a rumorear acerca de nosotros dos.  De hecho, ahora todos se apartan de mi, como si me debieran respeto.

-Que te respeten es bueno.

-Tengo que irme -Boun se levantó.  Su desnudez siempre fascinaba al príncipe.

Se colocó una camisa y un pantalón.  Besó por última vez los labios de Prem y se calzó las sandalias.



Saint estaba realizando labores de masajista en el harén.  Tras aquella noche con Zee el noble había logrado que le reasignaran al harén pero que él fuese su único cliente.

Zee levantó la cabeza.

-¿Por qué sigues resistiéndote a mi? Me estás haciendo un masaje normal, no lo que deseo.  Y no usas aceite del que te pedí.

-Perdón.  Volveré a empezar.

-Saint. ¿Por qué te comportas así?  Yo te gusto y tú me gustas...

-Porque no me cortejas, me compras.  Y mientras pagues por mis servicios te daré aquello por lo que pagas.

-Yo quiero más.

-Entonces ya sabes lo que tienes que hacer -Saint abrió el aceite para masajes de placer.

-Saint.

-Dime.

-Por favor, hazme un masaje placentero. Solo si quieres.

Saint cambió la presión de sus manos.  Dejó de centrarse en los músculos de su espalda y con el aceite aromático presionó con las dos manos unos centímetros por encima del trasero de Zee.  Comenzó a masajear y acariciar la zona.  El noble se movió inquieto.

Saint bajo un poco las manos y le acarició las nalgas.  Después volvió a ese punto de su espalda.

Zee se estremeció.  Gimió y Saint sonrió satisfecho al ver que de las sábanas goteaba un poco de semen.

-Solo tienes que pedírmelo.  Cortejandome, me tendrás .  Comprándome, tendrás servicios.

Complaciendo al Príncipe||BounPrem|| Gay||CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora