Capítulo 8: Voluntad

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Boun se quedó mirando al joven príncipe como si no hubiese entendido bien esas palabras.  Aunque la homosexualidad y la bisexualidad eran realmente algo normal entre las clases altas y los criados, la parte más superior de la pirámide social se esforzaba en educar a sus hijos en la inadecuación de esa idea por el fin lógico de la reproducción y las alianzas que constituía ese círculo infinito que hacía a la riqueza permanecer siempre fluctuando entre los grandes nombres y apellidos.

Que Prem se lo dijese con esa naturalidad, casi con candor, era una muestra más de lo abandonada que había estado toda la educación social y emocional del príncipe.  En palacio la costumbre era llevar al heredero al harén en cuanto tenía edad para mantener una erección y que las cortesanas se encargasen.

En el caso de Prem ni siquiera se habían fijado en que no había buscado esa satisfacción por si mismo.

Otra parte de Boun se revolvió con el mismo sigilo y emoción que el corazón de un depredador cuando ve sangrar de muerte a su presa.  El príncipe le había provocado sentimientos y deseos desde que lo había visto por primera vez pero nunca se hubiese atrevido a insinuársele... excepto si sabía como ahora, a ciencia cierta, que su inclinación sexual le orientaba a sus encantos.



Saint estaba leyendo un libro sobre astronomía en uno de los huecos con sofás que había por todo el harén.  Estaba acomodado y absorto en la lectura, somnoliento por la comodidad de los cojines y el olor a incienso.

-¿Molesto?

El libro se le cayó sobre la cara y maldijo.  Una risa de hombre enardeció su ánimo.  Apartó el tratado.

-Sí -respondio antes de fijarse en que se trataba del mejor amigo del príncipe – Bueno... estaba distraído.

-Lo noté.

-¿Has venido a buscar una mujer? Como hoy la princesa se ha retirado a sus aposentos y ha invitado a ellos a uno de los guardas creía que tendríais noche de nobles en la habitación del príncipe.

-No deberías ser tan descarado con tus superiores.

-¿Y que me harán? ¿Educarme desde el nacimiento para servir y obedecer? ¿Aprovecharse de mi cuerpo sin que yo lo desee? ¿Sacarme de mi casa y llevarme a otro país sin poder ver a mi familia?

-Eres un gatito enfadado.

Saint se levantó, molesto.  Odiaba cuando le comparaban con cosas dulces y débiles solo por su cara.

-Espera -el noble le sujetó el brazo -me gustan las personas que no me lamen los zapatos.

Saint sonrió.

-Enhorabuena.

-Venía buscando una mujer pero si quieres puedes compartir mi cama esta noche.

-Estoy en mi tiempo libre y eso solo lo haré obligado si recibo órdenes expresas de palacio.

Zee, recordaba su nombre, le soltó finalmente.

-Gracias.  Me iré a dormir.

Sintió la mirada de ese hombre en su espalda hasta que abandonó el harén.

Complaciendo al Príncipe||BounPrem|| Gay||CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora