Capítulo 5

1.7K 256 12
                                    

Me despierto al notar que Jimin se mueve encima de mí.

Nos hemos quedado dormidos sin soltarnos las manos.

Noto una leve presión en el pecho cada vez que él tira de la cinta de raso para liberarnos. La cinta cae finalmente encima de la sábana y Jimin me besa el torso, justo encima del corazón, antes de apartarse.

Estas caricias son las que más me afectan. Las que hacen que me tambalee por dentro.

—Siento lo de esta mañana —dice en voz baja, tumbándose con cuidado a mi lado.

Yo también lo siento y lamento haberle ocultado mi pesadilla la noche anterior y mi reunión con Choi. No digo nada, sé que seguiré haciéndolo, aunque me retuerza las entrañas y me haga despreciarme a mí mismo.

—Tengo que quitarme los vaqueros.

Me levanto y le tiendo la mano a él para ayudarlo también a levantarse. Jimin me mira y, un poco inseguro, se pone de puntillas para besarme.

Este chico es capaz de ordenarme que no me corra y ahora le da vergüenza besarme. Sin duda va a volverme loco.

—No sé si puedo.

—¿El qué? —le pregunto confuso, mientras tiro con cuidado de las mangas de su camisa para quitársela.

—Besarte.

—Por supuesto que puedes besarme.

Termina de acercarse y sus labios rozan los míos.

Los suyos trémulos, húmedos, dulces.

Me gustaría abrazarlo y, sin embargo, no suelto la camisa. Jimin se aparta y vuelve a mirarme.

Incómodo, dejo la prenda y me agacho para quitarle las medias. Él apoya una mano en mi hombro y noto sus uñas en la piel.

—Puedo hacerlo yo —se queja sin apartarse.

—Lo sé, pero quiero hacerlo yo.

Jimin desliza la mano hasta mi nuca y me acaricia el pelo.

—Eres tan distinto cuando no te entregas a mí. Cuando no bajas las barreras y no dejas que los sentimientos o la pasión formen parte de ti, de tu cuerpo o de tu mente, eres otra persona.

Me levanto sosteniendo las medias en una mano y, cuando nuestras miradas se encuentran, Jimin se da media vuelta y se dirige al baño. Se me cierra la garganta y aprieto los dedos alrededor de las medias.

—Jimin, lo siento.

Se detiene y se vuelve para mirarme.

—Me gustaría... —se seca una lágrima—, me gustaría que fueras capaz de mostrarme lo que sientes fuera de la cama.

No debería ponerme furioso. Sé que tiene razón y, sin embargo, me duele su acusación y mi instinto de supervivencia me obliga a herirlo del mismo modo.

—Soy otro hombre por ti, Jimin, pero sigo siendo yo. Sigo sin parecerme a tu estúpido exprometido, que te engañó con otra semanas antes de la boda, y sigo sin parecerme a Yoongi, a ninguno de esos hombres fáciles que sólo necesitan echar un polvo para ser felices.

—¿¡Qué diablos te pasa, Jungkook!? —exclama furioso y desnudo.

Jimin se da cuenta de que trago saliva al verlo así y entra en el cuarto de baño para salir medio segundo después envuelto en su batín de seda blanca. Se acerca a mí y me coloca una mano en el pecho. Me empuja levemente y mis piernas obedecen sin contar conmigo, dando un paso atrás.

Un día más - |Kookmin| #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora