Capítulo 7

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La voz de Jimin sigue acariciándome bajo el agua fría de la ducha. Mi corazón late con calma a pesar del deseo que avanza a paso firme por mis venas, porque ahora sé que cuando termine la noche podré estar con él como necesito de verdad.

Lo oigo moverse por nuestro dormitorio y cuando salgo de la ducha con una toalla alrededor de la cintura, lo encuentro esperándome nervioso junto a la puerta.

—Te he elegido la ropa —susurra sonrojándose—, espero que no te importe.

Su dulzura me abruma. Apenas le tiembla la voz cuando me ordena que contenga el placer y sin embargo se siente inseguro si me elige el traje.

—Es perfecto. —Igual que él —. Gracias.

Le doy un beso en los labios y empiezo a vestirme.

Jimin parece aturdido por el beso, o tal vez sea porque nuestros cuerpos se llaman a gritos, y finalmente, opta por salir del dormitorio.

—Pediré un taxi —farfulla de camino a la puerta.

Me visto con rapidez, me paso la corbata por debajo del cuello de la camisa, me pongo la chaqueta negra y salgo a su encuentro.

En el ascensor, él entrelaza los dedos con los míos y me los aprieta levemente. No decimos nada y sencillamente todo es perfecto.

(...)

Park Seo Joon y Min Young nos están esperando en el restaurante Marigold. Lo ha elegido Jimin porque le gusta el ambiente elegante y al mismo tiempo relajado que se respira en él y porque está lejos de los circuitos de moda. El taxi nos deja a pocos metros y nos acercamos caminando. La noche está fría y sin embargo a mí sigue ardiéndome la piel, pero sentir los dedos de él entre los míos me proporciona la calma que necesito.

—Sé que has llegado tarde porque te ha sucedido algo que te tiene preocupado.

Lo dice mirando al frente, pero noto que tiembla un poco.

—Jimin...

—Sé que no quieres contármelo, pero necesito saber si estás bien.

—Se detiene y me obliga a hacer lo mismo—. Si estamos bien.

—Por supuesto que estamos bien.

—Hemos pasado por muchas cosas, Jungkook. Los dos. Estoy dispuesto a todo, lo único que te pido es que me mires a los ojos y me digas que estás conmigo.

—Estoy contigo. —Con la mano que tengo libre le acaricio la mejilla—. Nunca pensé que pudiera amar así, Jimin. —Sé que me cuesta decirle «te amo» y que él quiere oírlo, pero es como si esas palabras no pudieran salir de mi boca—. Estoy contigo, no podría soportar no estarlo.

Me mira a los ojos, los de él me deslumbran y el deseo extiende de nuevo su llama por mi piel. Ahora mismo podría pedirme lo que fuera y yo llegaría a cualquier extremo para dárselo. Se pone de puntillas y me preparo para un beso... que no llega a darme, porque en vez de eso me muerde el labio inferior y después desliza la lengua por la zona herida.

Cierro los ojos un segundo, sólo uno. Cuando los abro me está sonriendo como si no acabara de estar a punto de hacerme eyacular en medio de la calle.

—Vamos, tengo muchas ganas de presentarte a mis padres.

Park Seo Joon es un hombre feliz. Ésa es sin duda la primera definición de él que acude a mi mente al verlo.

Desprende tranquilidad, aunque en su postura y en su mirada también veo la valentía y la fuerza de un hombre dispuesto a proteger a su familia. Tras intercambiar unas palabras con él, experimento un extraño sentimiento que a mitad de la cena identifico como respeto.

Un día más - |Kookmin| #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora