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Changkyun frunció el ceño cuando la luz del Sol que se colaba por la ventana comenzó a molestar en sus ojos a pesar de que estaban cerrados. Se escondió entre las sábanas de la cama y le dió la espalda a la luz.
Estaba cansado por tantas emociones del día anterior y por la gran noche que tuvo junto a Namjoon, necesitaba dormir sólo un poco más antes de iniciar con el ajetreado primer día en su luna de miel en una playa soleada y el mar azul.
El colchón se hundió a su lado y después sintió como le acariciaban el cabello, revolviendolo aún más, luego escuchó la voz de su novio decirle:
ㅡ Buen día, señor Kim, llegó servicio a la habitación, mira lo que ordené para iniciar el día ㅡ habló en voz baja y suave ㅡ despierta, amor...
Lentamente se recostó sobre su espalda, se estiró un poco después de quitar la sábana que cubría su rostro. Giró un poco su rostro a la izquierda para mirar al increíble hombre de piel morena recostado a su lado, vistiendo sólo un pantalón de pijama y torso al desnudo.
ㅡ ¿Podemos saltarnos este día? Quiero quedarme aquí, acostado, y contigo a mi lado, ¿podemos? ㅡ pidió con una sonrisa adormilada.
ㅡ Eso nunca, estaremos aquí tres días y vamos a disfrutarlos al máximo antes de volver a la ciudad e iniciar con los trámites.
ㅡ Pero me siento cansado ㅡ abultó los labios.
ㅡ Pero nada, arriba ㅡ delineó la nariz del menor con un dedo y sonrió ㅡ. Es un día tranquilo, vamos a relajarnos bajo el Sol y tal vez jugar en el mar, ¿que dices?
Changkyun soltó un suspiro y con pesadez se sentó en la cama, estiró sus brazos una vez más y señaló sus labios rosados.
ㅡ Dame un beso de buenos días primero.
Namjoon rió y acarició el rostro del menor con una de sus manos antes de acercarlo para sentir sus labios sobre los suyos.
ㅡ Buen día, principe ㅡ le miró fijamente, provocando un ligero sonrojo en las mejillas del chico ㅡ. Deberías darte una ducha antes del desayuno, así podemos aprovechar bien el tiempo.
ㅡ ¿Porqué no nos duchamos juntos? Eso sí sería aprovechar bien el tiempo ㅡ propuso, mordiendo su labio inferior.
El moreno rió al captar la indirecta de su esposo, y no dudó en aceptarla. Besó los labios del chico una vez más, un beso profundo y con amor, de esa forma se levantaron de la cama y caminaron por la habitación hasta topar con la puerta del baño.
