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Namjoon ya no necesitaba de una alarma para despertar y prepararse para impartir clases en la universidad. Su reloj biológico siempre le hacía abrir los ojos a las cinco y media de la mañana, dándole tiempo suficiente de tomar una ducha, elegir un traje apropiado para el día, tomar el desayuno, preparar café para el camino y por último darle un beso en la frente a Changkyun antes de irse.
Pero esa mañana de lunes fue totalmente diferente. El reloj marcaba ya las seis con quince minutos y él seguía durmiendo como una piedra luego de darle al bebé Jungkook su fórmula. Estaba agotado pero feliz. A su lado se encontraba el peli negro con dos niños dormilones encima, sintiéndose muy cómodos con su calor.
El sol poco a poco se mostraba en el despejado cielo, anunciando el inicio de un gran día de otoño con un viento fresco y agradable como para pasar el tiempo al aire libre.
Las cejas del moreno se fruncieron al sentir que algo, o más bien, un adorable perro de pelaje blanco lamía su mano tratando de despertarlo. Moni era muy tranquilo y rara vez se expresaba ladrando, así que sólo se comunicaba con lamidas, moviendo la cola, y ladeando la cabeza.
ㅡMmgh, Moni no...
Pero Moni siguió insistiendo, hasta que decidió morderle el dedo a su humano para que reaccionara de una vez por todas. Fue una suave pero firme mordida. Namjoon se quejó y se sentó casi de inmediato en el colchón, dirigiendo su mirada levemente borrosa al suelo donde se encontraba su mascota, sentado con una postura derechita y moviendo la cola como un buen chico.
ㅡ¿Ahora qué te hice para merecer esa traición? ¿Acaso ya tienes hambre? ㅡ le preguntó en voz baja, tallando uno de sus ojos con su puño derecho y con la mano izquierda tomó su celular ㅡ. Deben ser las cinco de la mañana... ¡No puedo ser!
De un salto salió de la cama, empujando con los pies las sábanas y provocando que uno de los niños despertara, específicamente Taehyung. Sus cabellos castaños eran un completo desastre y su carita de sueño era preciosa para el mayor. Formó un pequeño puchero con los labios mientras se sentaba.
ㅡOh no, Tae, lo siento. No era mi intención despertarte ㅡ se sentó a la orilla de la cama y trató de arreglarle el cabello ㅡ. Vuelve a dormir, es muy temprano todavía.
Taehyung no dijo nada, sólo se acercó gateando por la cama hasta estar frente a Namjoon y envolver su cuello con sus bracitos. El moreno lo abrazó y fue inevitable que una sonrisa adornara su rostro.
ㅡTengo que prepararme para irme al trabajo, TaeTae. Cuando regrese podemos jugar, ver televisión o lo que tú quieras, ¿de acuerdo? Te lo prometo.
Se negó a soltarlo, se aferró más a la camiseta de Namjoon para que no lo dejara. Cuánto deseaba quedarse en casa con ellos pero debía ir a la universidad. En ese momento Changkyun abrió los ojos, y se encontró con esa tierna escena que derritió su corazón.
