Capitulo 3

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Note que aún sobraba tiempo para que mi primera clase empezará, pero siempre me gustaba llegar temprano. Simplemente para poder elegir un lugar perfecto para mí y más cuando constantemente cambiábamos de salón. Pero creo que estaba vez exagere demasiado ya que faltaban treinta minutos para comenzar.
Sentí un leve empujón, bueno, no tan leve. Mis papeles donde tenía mis horarios y entre más cosas salieron volando gracias a eso.
-Ten cuidado estúpido becado – no tenía que levantar la cara para saber que se trataba de Roy.
Recogí con cuidado mis cosas. Ni loco me metía al salón estando Roy ahí adentro. Quiero mantenerme lo más alejado de ese idiota. Sentí mi celular vibrar, era un mensaje de Elaine – si ya nos habíamos pasado nuestros números – diciendo que estaban en el jardín principal. No lo pensé más y fui directo hasta encontrarme con ellas, tal vez y me podían ayudar con algunos apuntes de matemáticas. El jardín principal era uno de mis favoritos, había flores de colores, demasiadas diría yo. También se encontraban mesas, algunos puestos de comida y dulces, una cancha de tenis, una de básquet, una de voleibol y una gigantesca alberca. Me imagino que esto es poco a comparación de sus casas. Yo solo me conformaba con mi alberca de tamaño normal.
- ¡Ven Joaco! – el grito de Elaine me hizo salir de mis pensamientos, me acerque a ellas – aquí están algunos apuntes básicos de matemáticas, por si los necesitas.
- Gracias, era justo lo que les iba a pedir – sonreí y tome asiento - ¿Les puedo hacer una pregunta? – ellas asintieron- ¿Qué les pasa a los becados? – Romina y Elaine se miraron entre ellas – ya saben, lo que dijo Azul.
- Una de las cosas que debes de saber es que la mayoría de los que estamos aquí, estudiamos desde pequeños en Seattle Memorial – comentó Ela.
- Excepto yo – dijo Romi – llegue mucho después. Prácticamente Ela, entre otros están aquí desde Kínder.
- Wow, ¿Desde Kínder? Eso es...raro, pero ya entiendo porque es demasiado grande.
- Raro y aburrido – dijo Ela – Los grandes jardines nos separan de los demás. Aunque no todos siguieron aquí, se fueron al extranjero a estudiar.
- Hace un año, por primera vez en este internado se empezaron a dar becas y llegaron varios. El que llamo más la atención fue George, sufrió mucho en este lugar, él era muy lindo, era estudioso y le gustaban los deportes. Lo molestaban a cada minuto por ser hijo de una costurera y de un mecánico. – finalizo Romi.
- Toma en cuenta que aquí están hijos de puros famosos, tanto en la industria musical, actoral, hasta científicos, doctores, abogados y políticos. Fuimos demasiado egoístas, creíamos que, por ser hijos de gente importante otros no merecían las mismas oportunidades que nosotros. – Wendy suspiró - las bromas hacia Allen fueron sencillas desde un inicio, pero al paso del tiempo fueron muy graves. Nosotras participamos en algunas – bajo la mirada – al principio también caímos en esa tentación.
- George no aguanto las bromas e insultos – continuo Raquel - de hecho, creo que solo duro unos cuatro meses en este internado y se fue. Hasta ese momento no sabemos nada del él y yo solo espero que se encuentre bien.
- Eso es demasiado horrible – dije - ¿Así le paso a todos los becados?
- La mayoría de los becados se fueron, excepto una.
- ¿Quién? – pregunté con curiosidad.
- Alejandra Muller – dijo Ela – ella fue la única becada que a pesar de que sufrió insultos y bromas, sigue aquí.
- ¿Le pidieron disculpas, cierto? – pregunté.
- Por supuesto – dijo Romi - Éramos unos estúpidos de primera. Cuando George y los otros becados se fueron de la escuela nosotras nos sentimos muy mal. Nos disculpamos con Ale, todos los días literalmente y dejamos de ser así.
- En realidad no somos de ese tipo de personas, solo que...nos dejamos llevar. Sé que te llevaras muy bien con algunos de aquí, no todos somos como el estúpido de Roy, tal vez te llevaras bien con Mateo –dijo Ela.
- Cierto, él es mi hermano menor, mi hermano mayor es un idiota, pero cabe la posibilidad que te lleves bien con él.
- ¿Quién es tu hermano?
- Emilio Marcos, aún no lo conoces ya que aún no ha llegado de sus vacaciones.
- ¿Aún sigue de viaje? – pregunté un poco sorprendido.
- Si, mi hermano no es mucho de escuela – rio nerviosa.
- Nuestros amigos con jugadores de The Lions of Seattle, con ellos te llevaras de lo mejor, son como nosotras y no son idiotas...bueno a veces sí pero ya sabes a lo que me refiero. – reímos.
- Tú haces una hermosa pareja con Nicolás.
- Gracias – Ela sonrío – me encanta que él sea muy amable con todos.
- A nosotras nos sacaron del equipo de porristas después de que George se fue. Digamos que muchas cosas cambiaron después de todo ese problema. – suspiró Romi.
- Ya entiendo, ¿Entonces algunos siguen molestando a los becados, a pesar de todo el problema con George? – dije – eso es tan injusto. Digo, hay personas que tuvieron la vida difícil desde pequeños. Por ejemplo, yo...cuando mi padre falleció tuve que trabajar desde muy joven para así poder ayudarle a mi madre. No nos faltó nada, gracias a dios, pero algunos que están en situación peores que yo. Venir aquí solo para ser humillado y que arruinen sus sueños, sus oportunidades, eso apesta.
- Lo sentimos muchos, de verdad, me da vergüenza haberme comportado de esa manera el año pasado.
- Pero ustedes ya no son las mismas Ela – tome su mano – pero algunos creo que no cambiaron.
Mi mirada se dirigió a Roy, estaba con su grupito de amigos charlando de cosas estúpidas seguramente. Sentí la sensación de que alguien me miraba. Busque con la mirada a la persona y me sorprendi al darme cuenta que era Sian. No lo negaré, me puse nervioso ante su intensa mirada ya que no podía descifrarla. Me dedicó una sonrisa cálida y yo aparte la mirada ¿Qué no me odia?
- ¿Te gusto Sian? – miré a Ela.
- ¿Qué? No, no, no, es solo que se me hizo extraño que me mirará de esa forma.
- Sian es un chico guapo, pero es muy estúpido...o al menos eso es lo que dice Emilio.
- Bueno querida amiga, tu hermano odia a Sian, es su enemigo mayor – Romi rio.
- ¿Se pelearon o porque se odian?
- Digamos que Sian y Emilio no se llevan muy bien desde que se conocen – podía notar una rara sensación en Romi cuando me contaba esto – Sian se acostó con la novia de Emilio, ella abandono a mi hermano y se fue con Sian. Emilio quedo muy mal, con el corazón roto y se hacen la vida imposible desde ese entonces.
- Vaya, eso fue un excelente resumen. ¿Hace cuanto fue eso?
- Todos teníamos unos dieciséis años – comentó Ela.
- ¿dieciséis años? Wow Desde chicos siendo irresistibles – bromee, ellas rieron.
- También tienen una rivalidad por el equipo de Boxeo – abrí los ojos sorprendida – Sian quería ser capitán, pero mi hermano se lo gano.
- ¿Equipo de Boxeo? – de un momento a otro me dio curiosidad la vida de Emilio - creí que él era capitán del equipo de americano o algo por el estilo.
- No – dijo Ela - el capitán de The Lions of Seattle es Andrés.
- Eso es genial – creo que sigue los pasos de su padre - ¿Y quién era esa chica? ¿Sigue estudiando aquí? – le pregunté a Raquel.
- La chica se llama...he...Talía, después de todos esos escándalos su padre decidió mudarla al extranjero – no sonaba convencida – pero tal vez si le gustaste a Sian.
- No – negué repetidas veces con la cabeza – Si, él es lindo, pero no me veo saliendo con alguien de aquí.7
La campana sonó avisando que mi primera clase se llevaría a cabo. Recogimos nuestras cosas y caminamos juntos hasta el salón. Romi se quedó conmigo ya que Ela tenía otra clase distinta. Los salones eran demasiado perfectos, todos teníamos un pupitre y este no tenia escritas palabras obscenas ni rayones. Las ventanas eran enormes y la luz entraba a la perfección. Había un pizarrón eléctrico, un enorme televisor que estaba guardado en un armario de cristal y a lado de este se encontraba el escritorio del profesor. En la parte de atrás del salón estaba adornado con diferentes posters con temática de la materia, eso sin duda es genial. Romina me jalo y nos sentamos en los pupitres de en medio. A los pocos minutos todos comenzaron a tomar asiento y el profesor fue el último en entrar.
-Bienvenidos a otro año de torturas – todos rieron- y sobre todo bienvenidos a los nuevos, espero que...
- A nadie le interesa saber de esos pobretones, profesor – algunos rieron, otros simplemente ignoraron el comentario de aquella chica.
- A nosotros tampoco nos interesa saber sus vidas y estamos aquí, soportándolos- hablo un chido verdaderamente intimidante, pero atractivo. Por su contestación supuse que él era uno de los becados. La mayoría rio ante su comentario y otros lograron insultarlo.
- ¡Basta chicos! – gritó el profesor – aquí ninguno de ustedes es mejor que otro, quiero respeto en este salón, tanto para los nuevos estudiantes como para lo que ya están aquí desde hace tiempo.
- Estúpidos becados – escuché el comentario de Roy.
Su voz hizo que me estremeciera, mi mirada se dirigió hacia él, se encontraba a unos pupitres detrás de mí. Me lleve la sorpresa de que él también tenía sus ojos puestos en mi, aparte rápido la mirada y preste atención al profesor. Este comenzó a explicar y dar indicaciones de lo que veríamos a lo largo del semestre, ya saben lo típico, en realidad los primeros días no se hace nada. Y al parecer nadie le prestaba atención, solo se escuchaban risas y murmullos.
- ¿Qué es gracioso allá atrás? – llamaron la atención del profe.
- Dios, Joaquín...- exclamó Romi.
Tome mi cabello rápidamente, pues la mirada de Romi se dirigía ahí. Varios mechones pequeños se encontraban en el suelo y uno que otro en mi mano, solté un pequeño grito y risas llenaron mis oídos.
Estúpida, mi pelo idiota.6
-Lo siento profesor, no sé qué me paso – se justificó la chica para luego reírse.
- ¿Estas idiota? - mire a la chica.
- Si gusta salga del salón joven Bondoni – comentó el maestro – y usted señorita Smith recoja todos esos mechones y vaya directo a detención, menos dos puntos en mi clase. – todo el salón soltó un "Uuuuh" y la chica salió del salón muy enojada.
- Por favor, solo fue una bromita – habló Roy – aparte los de su clase ocupan shampoo con remedios o algo por el estilo, para que les crezca rápido ¿No es así Joaquín?
- Deja de ser un idiota Roy – comentó Andres un tantp molesto, no me había dado cuenta que él estaba ahí. 2
Tomé mis cosas y salí de inmediato del salón. No podía creer que este día iba de mal a peor.
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