Capítulo 8

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Sangre, frío, miedo, ruidos y pánico empieza a verse. No hay salida de algo como esto, pues una vez entras no hay vuelta atrás. Los hombres misteriosos se habían atacado entre ellos. Yo allí no entendía nada y estando inquieta por todo lo que veía como cuerpos en el piso, sangre y decapitaciones me tenían mal. Ya estaba entrando en un problema emocional cuando el hombre con la capucha me dice:
- Esto es solo el principio de lo que vivirás.

Me quedo mirándolo con miedo y duda. Sigo detrás de él como me había dicho que hiciera y llegamos a una de las cabañas donde había una silla en el centro con una mesita al lado. La mesa tenía diferentes agujas, cuchillos, pistolas, mapas y sobres de drogas. Yo las observo cuando de la nada el hombre me empuja y con fuerza y carácter me sienta en la silla con dos hombres de los misteriosos atrás. Me observa y yo trato de mirarle el rostro pero no puedo. A veces siento que el rostro que podría ver no es real si no una máscara. Se dirige a la mesa y pasa la mano sobre las diferentes cosas que ésta tenía y empieza diciendo:
- Cómo piensas trabajar para mi? ( me dice mientras está mirando a otro lado)

- Haré lo que me diga. Todavía no se cual es el trabajo que usted desea. (Le digo un poco asustada)

- No tienes miedo? (Me dice cuando toma un cuchillo en la mano de la mesa)

- No...No sé! Por? ( ...mientras me tiemblan las manos)

- Segura? Es solo CURIOSIDAD.
Y tu de eso sabes... por eso estás aquí.
(Me dice poniéndome el cuchillo en la garganta como la otra vez)

- Si segura. Se que por mi curiosidad estoy aquí, pero dígame que debo hacer de una vez. ( le digo con carácter)

- Bueno primero iremos por pasos. Debo asegurarme de que harás lo que te digo. Te tengo lista una prueba. (Me dice retirándose un poco de mi)

- Haré lo que me diga. Tiene algún nombre?

- Eso a ti no te importa. Tu me dirás señor. Solo eso, como jefe. Cualquiera de los dos son permitidos.

- No hay problema señor. Dígame que hay que hacer.

- Primero cámbiese de ropa, ahí le dejo la que debe usar.

Al escuchar esto pienso ya en el posible trabajo pero cuando me traen la ropa, mi pensar cambia por completo. Me dio un pantalón negro, una camisa sin mangas negra, una capucha, unos zapatos y un cinturón. Yo esperaba que se fueran para poder cambiarme, pero al parecer eso no pasará. Se quedaron ahí vigilándome los tres: los dos hombres misteriosos y el jefe. Tomo los pantalones en la mano y mientras veo como me los pondré sin que me vean, el jefe dice:
- Es para hoy, no tengo todo el día mujer. Muévete!!

- Pero quiere que me cambie al frente de todos? ( le pregunto)

- Claro. No te dejaré por si te escapas. Debes aprender ya a que así serán las cosas.

Me quedo confundida. Yo en ningún momento pensé que estaría vigilada todo el tiempo, que me cambiaría al frente de hombres raros y que estaría entre la vida y la muerte. Empiezo a quitarme la ropa y a ponerme la que me habían dado. Ya estoy terminando de ponerme el cinturón cuando de repente se acerca uno de los hombres a mi y me empieza a comer con la mirada y me dice que tengo unas lindas piernas. Yo me quedo pasmada y luego lo único que veo es al hombre tirado en el piso con dos tiros. Lo mataron en mi cara y fue el, el hombre de la capucha, el jefe.

Lo miro aterrorizada y el guarda la pistola y me dice:
- Aquí nadie seduce a nadie. Nadie toca o busca algo que me pertenezca. Tu trabajas para mi y el rompió la regla.

- Entiendo. ( digo casi sin aire)

El me lleva a la mesa y me da unos cuchillos, todos de distinto tamaño. Me da también una pistola y un mapa. Me toma la mano con fuerza y me dice que camine. Yo obedezco y camino hacia afuera de la cabaña. Cuando salgo miro a mi alrededor y lo único que veo son cadáveres. Me tapo la nariz por el mal olor y sigo caminando hasta que el jefe me dice que me detenga. Lo hago y me volteo hacia él. Me mira y yo lo miro y de un movimiento me lanza uno de los cuchillos y yo lo esquivo. Me dice que hice bien y me manda a tirar los que me había dado él a un tablero con un dibujo de una cabeza y lo hago. Con el coraje y temor tiro el primero y cae en la cabeza, el segundo y el tercero igual.
El se ve sorprendido y me dice que hice bien, que mejoraré con el tiempo. Me dice que también tengo que enfrentar los miedos. Yo lo miro y le pregunto:
- Que quiere que haga realmente?

El me mira y se ríe. Le pide al hombre misterioso que estaba a su lado que se parara en el tablero, al cual yo le había tirado los cuchillos.
- Quiero que mates a este hombre.

El hombre se asusta y no entiende porque quiere que lo haga. Pero se queda quieto parado ahí, ahí donde el jefe le había dicho. Yo lo miro a el y luego al jefe.
Cómo quiere que haga esto?...No puedo.

Pienso en esto una y otra vez hasta que el jefe me grita:
- Muévete que esperas? Esto es lo q debes hacer ahora.

- Pero porque debo hacer esto? Que hizo?

- Porque este es trabajo que te toca... Ahora o nunca. Muévete!

Asustada tomo la pistola. Me tiemblan las manos. No puedo pensar ni en como haré esto... Solo lo debo hacer aunque no sea correcto. Le apunto al hombre y lo miro a los ojos. Me tiemblan las manos, no siento fuerza en ellas. Se me sale una lágrima y con ella se va la vida de aquel hombre.
Caigo al suelo en mis rodillas y no puedo creer lo que eh hecho. Lagrimas salen y no se detienen. Dejo caer la pistola y miro al hombre cuyo cuerpo estaba tendido en el suelo.

Luego miro al jefe, al único que podía ver allí. El me miraba y se reía. El sabía que el trabajo para mi fácil no sería. Y yo solo deseaba salir de esto, que todo fuera una pesadilla pero no fue así.
Esta era la vida que ahora llevaría y no hay vuelta atrás.

Unos hombres de negro empezaron a llegar. Estos trabajaban para el jefe. Y por lo que veía yo era la única chica, la única chica con las manos manchadas en esa porquería de grupo. El jefe me manda a parar y no lo hago. Envía a sus hombres y me llevan a la cabaña otra vez. Me sientan en la misma silla. Empiezan abrir unos sobres de la mesa, los cuales eran droga, y los mezclan con varias cosas. Ya con el resultado que querían, preparan agujas. Yo a todo esto estoy agarrada por unos hombres en la silla. No tengo forma de escapar.

Luego de preparar las agujas, toman una de ellas y se me empiezan a acercar. Y yo grito:
- Que hacen? A mi no, no me hagan nada.
El jefe me mira y me dice:
- Todo esto es parte del trabajo. Te quedas ahí quieta porque no hay remedio.

- No! No! Déjame no... ( digo gritando como loca)

Por mas que grito nadie me hace caso. Nadie tiene compasión de mi y se me acercan con la aguja y mas fuerte me agarran. Yo grito pero no funciona, no hay remedio.

Después de unos minutos me fui, me fui en un viaje profundo del cual no pude regresar rápido...

The MisteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora