Han pasado años desde que llegamos a Kinmoku, y hoy me encuentro frente a las ruinas de mi hogar, decidida a reconstruirlo. Las paredes del castillo, desgastadas y agrietadas, son un recordatorio del pasado. Sin embargo, mis leales guerreras están a mi lado, dispuestas a luchar por un futuro mejor. Cada ladrillo que levantamos es un símbolo de nuestra esperanza y determinación.
Agradezco a Sailor Moon por haber traído la paz a nuestro mundo. Pero el recuerdo de la guerra aún pesa en mi corazón, y cada vez que lo evoco, siento cómo el dolor se apodera de mí.
Flashback
Era un día radiante en Kinmoku. La alegría llenaba el aire mientras los habitantes celebraban mi ascenso al trono. Las risas resonaban como melodías en el viento, y cada rostro reflejaba felicidad. Pero en mi interior, sabía que esa felicidad era solo el preludio de una tormenta inminente.
Mientras me preparaba para dar un discurso lleno de promesas de amor y prosperidad, una sombra oscura se cernía sobre nosotros: Sailor Galaxia.
En el jardín del palacio, esperé ansiosamente a Terius, mi prometido. Su presencia siempre traía calma a mi alma inquieta.
—He estado deseando verte —le dije con una sonrisa radiante—. Fui a los planetas vecinos y logré firmar pactos de paz para nuestro reino.
—Eres increíble, Kakyuu —respondió Terius, sus ojos brillando con admiración—. Pero no merezco estar a tu lado.
—Para mí eres el hombre más importante del universo —le aseguré—. Juntos podemos lograrlo todo.
Nos fundimos en un beso que parecía detener el tiempo. En ese instante, el mundo exterior desapareció.
La noche avanzó y la pasión nos envolvió como una manta cálida. En un impulso lleno de amor, lo conduje hacia mis alcobas reales.
—Hoy quiero que me hagas tuya —le susurré con voz suave pero decidida, sintiendo cómo mis palabras encendían una chispa en su mirada.
Terius se acercó lentamente, su expresión mezclando deseo y reverencia.
—Kakyuu... no sé si soy digno de ti —dijo con sinceridad—. Eres una princesa; mereces un amor grandioso.
—No hables así —le respondí con firmeza—. Mi corazón te ha elegido a ti. Este momento es solo nuestro, y no hay nada más que desee que compartirlo contigo.
Me acerqué más, sintiendo cómo la electricidad recorría el aire entre nosotros. Con un gesto delicado, acaricié su rostro mientras mis ojos se encontraban con los suyos, llenos de anhelo.
—Eres todo lo que he soñado —murmuró Terius—. Cada vez que estoy contigo, siento que puedo conquistar cualquier cosa.
Sonreí al escuchar sus palabras; había tanto amor en su voz que me sentí aún más atraída hacia él.
—Entonces dejemos que este momento nos consuma —dije mientras lo guiaba hacia la alcoba real—. Quiero perderme en ti esta noche.
Una vez dentro, cerré la puerta detrás de nosotros y volví a mirarlo con intensidad. La habitación estaba iluminada por suaves luces danzantes que creaban sombras románticas en las paredes adornadas con tapices dorados.
Terius tomó un profundo respiro mientras sus ojos recorrían cada rincón de la habitación antes de posarse nuevamente en mí.
—Kakyuu... —susurró—. No puedo creer que estemos aquí juntos. Me siento como si estuviera soñando.
Con una sonrisa traviesa, me acerqué aún más y le dije:
—Este es nuestro sueño hecho realidad; no lo dejemos escapar.
Sin poder resistir más la atracción magnética entre nosotros, me despojé lentamente de mis ropas ante él, sintiendo cómo su mirada ardiente recorría cada centímetro de mi piel expuesta.
—Eres deslumbrante —murmuró él con asombro—. Nunca he visto algo tan hermoso.
Con mis manos temblorosas pero decididas, deslicé mis dedos por su pecho mientras le decía:
—Quiero que este sea un momento inolvidable para ambos; quiero entregarte todo lo que soy.
Terius tomó mis manos entre las suyas y las llevó a su pecho mientras me miraba intensamente.
—Eres tan valiente por abrirte así —dijo suavemente—. Estoy aquí contigo; siempre estaré aquí para protegerte y amarte.
Con esa promesa resonando entre nosotros, nos perdimos en un torbellino de caricias apasionadas y susurros llenos de amor mientras nos entregábamos el uno al otro en una danza íntima que parecía trascender el tiempo mismo.
Sin embargo, nuestra paz fue interrumpida por una explosión ensordecedora que nos sacó de nuestro cálido sueño.
Al asomarnos al balcón del palacio, nuestros corazones se hundieron al ver la batalla desatada. Las Sailor Starlights luchaban valientemente contra Sailor Galaxia y sus oscuras fuerzas.
—Kakyuu —dijo Terius con urgencia—, debes escapar. No puedo dejarte aquí sola.
—¡No! —grité, las lágrimas brotando por mis mejillas—. ¡No te vayas!
Pero él sabía lo que debía hacer. Con un beso lleno de amor y desesperación, se lanzó hacia la batalla para darme tiempo.
Terius se enfrentó a Galaxia con valentía desbordante.
—Soy solo un mortal —declaró—, pero no me arrodillaré ante ti ni imploraré por mi vida.
Las palabras resonaron en el aire como un eco desafiante. Galaxia rió con desprecio antes de atravesar su cuerpo con su espada oscura.
Mis gritos desgarradores llenaron el aire mientras las Sailor Starlights me arrastraban lejos del horror que se desplegaba ante nosotros.
Mientras huíamos hacia lo desconocido, sentí cómo una parte de mí se desvanecía junto a Terius. Su sacrificio había sido heroico; su amor inquebrantable. Aunque estábamos lejos del campo de batalla, su recuerdo ardía en mi corazón como una llama eterna.
Fin de Flashback
Ahora estoy aquí, reconstruyendo Kinmoku no solo como un acto de resistencia sino como un homenaje a su valentía y amor. Mis chicas y yo seguimos adelante porque aunque él ya no esté físicamente conmigo, su espíritu vive en cada rincón de este planeta renacido.
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Entre El Deber Y El Deseó (Lectura Erótica) Multi Ship
FanfictionSinopsis: Atrapada entre el deber de un matrimonio con Darien y la tentación de un amor prohibido con Seiya, Serena se enfrenta a un conflicto interno que amenaza con desestabilizar su vida. Mientras se acerca la boda, secretos y pasiones ocultas re...