Hermanito

277 16 1
                                    

Pov Taiki

(Sueño de Taiki)

Por alguna razón, me encontraba caminando frente a una casona antigua, y sin pensarlo, decidí entrar. A lo lejos, escuché una voz femenina que me llamaba con un susurro seductor, diciendo:

—Ven, Taiki, te estoy esperando.

Curioso, subí hasta una habitación, abrí la puerta, y allí estaba ella, la princesa de una belleza sublime y más hermosa que mil galaxias juntas. Un ángel inalcanzable, prohibido para mí, ya que era el eterno amor de mi hermanito.

Ella me hacía una invitación con sus dedos, y yo estaba hipnotizado por su belleza y sensualidad. No tardé mucho en caer rendido a sus brazos, como una mosca a la miel. Su mirada me envolvía en un calor intenso, y su sonrisa me hacía temblar de deseo ante la anticipación.

Ella comenzó a seducirme, sacando su pequeño traje de marinero, pieza por pieza, con un movimiento lento, audaz y provocativo. Su cuerpo se revelaba poco a poco, y yo estaba completamente cautivado por ver semejante belleza. Con una voz que me estremecía, me dijo:

—¿Te gusta lo que ves, cariño? ¿No te gustaría tocarme un poco o quitar con tus dientes mis prendas?

Taiki, con la voz temblorosa de deseo, respondió:

—Preciosa, me estás volviendo loco. Estoy completamente obsesionado contigo. Quiero sentir cada parte de tu cuerpo, explorar cada rincón de tu piel. Me haces delirar con solo mirarte, quisiera tomarte ahora mismo y hacerte mía.

Serena, seducida por sus palabras, tomó el rostro delicadamente de Taiki y comenzó a besarlo apasionadamente, y le dijo:

—Quiero que observes cada detalle de mi cuerpo, quiero ser yo la única que te caliente y que te haga delirar de placer.

Comenzó a tocar sus pechos apasionadamente mientras gemía, se dio media vuelta, revelando toda su espalda y gran parte de sus glúteos. Su piel brillaba bajo la luz, y su cuerpo parecía hecho para el placer; mi polla era fuego, no podía más, necesitaba poseerla ahora mismo.

Taiki, con un susurro apasionado, le dijo:

—Déjame sentirte dentro de mí, quiero que me envuelvas con tu calor. Déjame tocarte, princesa, no puedo contenerme.

Taiki estaba impactado por los actos tan sensuales de su diosa predilecta, y cuando iba a acercarse a ella para hacerla suya al fin, despertó.

Pov Seiya

Me desperté en la madrugada con sed y me dirigí a la cocina. Bebí un poco y, al volver a la cama, sentí murmullos extraños en la pieza de Taiki. Me asusté y entré; él estaba sudando. Pensé que tenía fiebre y traté de despertarlo.

Lo moví fuertemente, y él abrió sus ojos. Le pregunté:

—Taiki, ¿qué te pasa, hermano? Estabas delirando.

Taiki, impresionado por verme repentinamente en su habitación, respondió:

—¡Demonios! Seiya, ¿por qué me despertaste tan rápido?

Seiya, algo confundido, le dijo:

—Porque me asusté, idiota. ¿Por qué más sería? Mejor, cuéntame cómo te sientes. ¿Necesitas algo? Y ¿se puede saber quién rayos es esa chica a la que llamabas "mi diosa predilecta"? ¡Pillo!

Taiki se ruborizó gracias al comentario de Seiya y respondió:

—No sé, además, ¿por qué tengo que darte explicaciones? Soy tu hermano mayor, respetame.

Seiya, que lo miraba con ojos interrogadores, le pegó un codazo y le dijo:

—Ya sé que esa diosa predilecta tuya es Amy y se apellida Mizuno. Vaya, hermanito, quién diría que un amargado como tú tuviera ciertos tipos de sueños tan candentes. Con razón estabas tan molesto cuando te desperté. ¡Jajaja! Que bien guardado te lo tenías. Pero no te culpo, Amy es una chica bonita, pero mi bombón... ¡uff! Es toda una maravilla. Ella es preciosa...

(Taiki, en su mente, pensó: "Y sí que lo es, hermanito.")

Después de esa conversación, Seiya se fue a su habitación y dejó a Taiki solo.

Pov Taiki

No podía dormir. Apenas cerraba los ojos, veía ese cuerpo que me atormentaba, y provocaba más y más la excitación en mí. Mi mente estaba llena de imágenes de ella, y mi cuerpo ardía de deseo.

De pronto, no aguanté más las ganas y comencé a masturbarme. Sentía demasiado placer al hacerlo; lo necesitaba. Imaginaba sus bellas manos tocando mi miembro duro y su boca lamiendo cada parte de mi pene hasta que acabé pensando en esa imagen. Me quedé atrapado una y otra vez pensando en ese delicioso y excitante sueño.

Un sueño que jamás había tenido ni siquiera con Amy. Ahora entiendo que nunca la amé de otra manera; no tendría estos pensamientos hacia la princesa. Una diosa de sublime belleza, inalcanzable para mí.

Pov Serena

Me levanté muy temprano por la mañana, dejé a Hotaru dormir un poco más, ya que estaba aún muy cansada por nuestra erótica noche, y me dirigí a mi cuarto. Entré a la ducha y me sentía como nueva. Me vestí con un vestido corto muy lindo que me compré en una salida al centro comercial con Mina. Ella siempre ha tenido buen gusto y me ayudó a escoger uno que resaltaba por mucho mi figura.

Me veo muy bien, me dije a mí misma. Mi piel brillaba bajo la luz del sol, y mi cuerpo parecía listo para presumir sus curvas.

Tomé mi bolso y me dirigí a la universidad. Las horas pasaron muy rápido. No me di cuenta cuando eran las 4:28 pm y pensé: "Estoy por salir de clases, ¡qué felicidad!"

Al finalizar, caminé un poco y allí estaba Mina esperándome en la entrada. Le dije:

—¿Qué sorpresa, amiga? ¿Qué te trae por aquí?

Mina me sonrió como siempre, pero su mirada escondía una preocupación profunda. Me dijo:

—¿Es que acaso no puedo ir a ver a mi mejor amiga a la universidad? ¡Ay, qué mala eres, Serena!... Mmm... Bueno, dejémonos de bromas... Me conoces tanto que no puedo engañarte, cielos. No quería involucrarte en esto, pero necesito tu ayuda.

Serena la miró extrañada y paró un taxi. Le habló al chofer y le pidió que las llevara al parque número 10. El silencio entre ellas era pesado y angustiante, cargado de secretos y miedos.

(En el parque).

Serena preguntó, su voz llena de preocupación:

—Bien, ya que me tienes aquí, ¿en qué te puedo ayudar, Mina? ¿Te sientes bien? ¿Te sucede algo?

Mina la miró con lágrimas en los ojos, su voz temblorosa:

—Bueno, Serena, la verdad no sé por dónde empezar. Pero seré directa: estoy embarazada.

Serena se quedó sin aliento, su mente se detuvo en ese momento. No podía creer lo que Mina le había contado. La miró con una mezcla de sorpresa y preocupación:

—Pero Mina, ¿cómo no te cuidaste, amiga? ¿Qué piensas hacer ahora?

Mina, con un suspiro profundo, respondió:

—Sabes, amiga, la verdad no sé cómo pasó, pero lo que más preocupa no es eso. Si no que me detectaron VIH.

La noticia cayó como un rayo en el cielo despejado. Serena se sintió abrumada por la gravedad de la situación. Su corazón latía fuerte, y su mente se llenó de pensamientos sobre cómo ayudar a su amiga en ese momento tan difícil. La tomó de las manos, intentando transmitirle todo su apoyo:

—Mina, no estás sola. Estoy aquí para ti, siempre. Vamos a superar esto juntas.

Mina asintió, las lágrimas corrían sin cesar por sus mejillas. Ambas se abrazaron, unidas en un momento de vulnerabilidad y fortaleza, realmente ambas amigas si que se tenían un inmenso cariño.

🎉 Has terminado de leer Entre El Deber Y El Deseó (Lectura Erótica) Multi Ship 🎉
Entre El Deber Y El Deseó  (Lectura Erótica) Multi ShipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora