-Y entonces comenzamos a correr como locos, hasta que llegamos aquí. -dije. Mi padre y mi tío rieron.
-Vaya, empezaron a pleno. -dijo John.
-Sip. -dijo Austin.
Estábamos desayunando todos en el comedor. Mi madre y mi tía hablaban de cosas triviales, Juliet estaba con su telefono y Greg, Nina, el tío John, papá, Austin y yo estábamos hablando sobre lo sucedido ayer.
-Debió ser divertido. -dijo la pequeña. Austin y yo nos miramos.
-Lo fue. -dijimos al mismo tiempo, soltando una risotada.
***
Estábamos las cuatro mujeres preparando el almuerzo. Hoy llega Jack, y queremos que aunque sea, todos disfruten de la comida. Estoy segura de que mamá no hablará en todo el primer día que él esté aquí, papá intentará ignorarlo, mis tíos lo saludarán afectuosamente, Austin, Nina, Juliet y Greg lo saludarán educadamente y yo... haré el intento de no escupirle en la cara. Le transmitiré el odio con la mirada, y si encuentro un momento a solas con él, se lo transmitiré con palabras.
-Bien, la lasagna ya está lista. -dijo mi tía, que terminaba de ponerle la última capa de masa a la lasagna. -Sólo queda cocinarla. Nosotras nos encargamos de esto, chicas. Vayan a divertirse. -se dirigió a Juliet y a mí.
Ambas nos fuimos al sofá, yo a jugar al único inútil juego que tenía en mi celular, había decidido que fuera una Navidad sin internet, y Juliet a escuchar música a todo volumen, que se escuchaba desde donde yo estaba sentada.
Pasaron veinte minutos y el idiota aún no llegaba, cuando tocaron el timbre. Me paré rápidamente. Mi mamá salió de la cocina seguida por la tía, ambas con cara de pánico. Austin, Greg y Juliet me miraron a mí, y papá y el tío John dejaron de hablar.
-Yo iré. -dije cortante, dirigiéndome a la puerta de entrada. Quería ser la primera en verle la cara de idiota, quería ver qué expresión ponía al ver que su "hermanita" había crecido. Quería ver que expresión ponía al ver el odio en mis ojos.
Me acerqué a la puerta y puse mi mano temblorosa sobre el picaporte. Tomé aire y abrí.
No era Jack. Era una mujer bajita, rubia, con expresión seria, junto con un chico alto, castaño y con ojos color verdes, muy apuesto.
-¿Si? -dije, algo desilusionada por no poder darle odio a mi hermano y feliz de no verle la cara.
-Hola, sí, quería saber si Axel Trainor está aquí. -dijo la mujer.
-Eh, claro, pase. -me corrí y dejé que ella entre junto al chico.
-Soy Dolly, el es Christian. Es un gusto -me extendió la mano.
-Audrey. La hija de Axel. -estreché su mano y ví como la expresión de la mujer cambiaba, al igual que la del chico. Les pedí que esperen ahí y me fuí a buscar a mi papá.
-¿Y Jack? -preguntaron todos.
-No era él. Hay una mujer en la galería que te busca, pá. Dice que se llama Dolly. -la expresión en su rotro cambió. Tragó saliva y lentamente se levantó del sofá para dirigirse a la galería. Todos nos quedamos en silencio, intentando escuchar qué pasaba. Nada. No se oía nada, hasta que mi madre decidió ir a ver que pasaba. Yo la seguí, debía saber.
-Eso es imposible. -dijo mi padre.
-Si quieres hacemos un exámen de ADN. -dijo muy segura Dolly.
-¿Estás hablando en serio...? -dijo mi padre, pasándose las manos por la cara.
-Completamente. Es tu hijo.