17. Y no me verás nunca más

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La pobre muchacha no tenía idea de cuánto tiempo había pasado llorando, abrazada a Aida y a Erik en la vieja cabaña de la escudera. Se habían transportado a la granja nuevamente luego de que Freya insistiera en que no quería ver a Gustav nunca más en la vida.

Era imposible razonar con ella.

"Me iré sola si no vienen conmigo" fue su argumento final para llevarse a su familia de allí. Por supuesto que madre e hijo accedieron de inmediato a acompañarla pues no había manera de que la dejaran irse sola tan lejos de Morke sin ningún tipo de protección. Eran un trío temible a decir verdad pues Aida ya estaba completamente curada de su herida, Freya manejaba lo suficientemente bien un hacha como para apañárselas y Erik había pasado tanto tiempo cazando peces en el gran lago con sus lanzas que ya podía defenderse perfectamente con ella.

De seguro nadie sería tan tonto para meterse con la peligrosa familia.

- Es que...soy una tonta- Repitió Freya por cuarta vez mientras Aida le acariciaba el cabello- ¿Qué esperaba?

- Llora mi niña, llora.

- De ninguna manera lucharemos con él cuando Sten aparezca- Dijo Erik, a quien todo este asunto de consolar a su hija adolescente con el corazón roto le resultaba completamente nuevo. Pensaba con una frecuencia intrusiva que apenas una semana atrás creía estar solo en el mundo y de repente tenía a esas dos mujeres importantísimas a su lado, una llorando y la otra consolando- Puede arreglárselas con su nueva familia.

- Estoy de acuerdo- Dijo Aida- Tiene al Rey Arne ahora.

Freya asintió con la cabeza.

- Me tranquiliza la idea de no ir a la guerra, no quiero perderlos- Dijo ella- Además, si rompo con Gustav, el Valknut queda quieto y puedo quedarme aquí, con ustedes.

La dupla intercambió una mirada cargada de significado.

- ¿Qué?

- Cariño, no creo que sea tan sencillo esquivar la voluntad de los Dioses.

- ¿Qué dices?- Preguntó- No hay Gustav, no desaparece el triángulo, me quedo aquí con mi familia.

- Si pero, ¿De veras este es tu lugar?- Freya fulminó a su padre con la mirada.

- Si quieres me voy al bosque a morir y dejo de ser un inconveniente para todos.

Erik alzó las manos en el aire y le dedicó una mirada a Aida.

- No puedo, esto es mucho para mí. Corazones rotos, viajes en el tiempo, voy a caminar un poco, ¿Sí?- Dejando que se asome una sonrisa en sus labios, Freya vió a su padre salir por la puerta y alejarse caminando, no sin murmurar insultos y patear los pastizales que lo rodeaban. Había olvidado de quién había heredado ese fuerte carácter.

- Pobre, realmente es mucho para él- Comentó la muchacha intercambiando una mirada cómplice con su abuela.

- Es un hombre, los asuntos del corazón no se les dan bien.

- No. Nada bien- Freya retomó el rumbo de sus pensamientos, oscuros y tristes- ¿Sabes? Yo te amo, amo a papá, pero la simple idea de vivir aquí y ver a Gustav feliz con Yrsa...teniendo hijos...me revuelve las tripas. Eso sin siquiera mencionar el asunto de que el Rey Arne quiere que le de un hijo. ¡Un hijo! ¡Ni siquiera sé ordeñar una vaca y me exigen que cuide a un bebé! Con ese tipo horroroso...

- Lo sé pequeña. Habla con Kara, ¿Sí?

- Kara me aterra.

- Y sin embargo, Kara es la responsable de que estemos los tres juntos.

Warrior (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora