Su cabello era corto, muy corto, como el de cualquier hombre del siglo XXI.
Llevaba puesta una sudadera negra, un gran camperon del mismo color y unos pantalones de mezclilla azules y ajustados.
Pero sus ojos, esos ojos, no podría haberlos olvidado tan pronto, mucho menos considerando que eran del azul más profundo y precioso que Freya había visto en toda su vida. Aún recordaba aquella tarde en el Drakkar en la que esos ojos la miraron con intensidad antes de besarla como nunca la habían besado.
- ¿Gus...Gustav?- Preguntó ella sin miedo a estar rompiendo en llanto frente a un completo desconocido.
Era tan extraño. Quiso estirar un brazo y acariciar su rostro pero no se atrevía.
- ¿Quién?- Hasta sus voces eran iguales.
- ¿Gustav el Calmo?
Él soltó una risita, la misma risita que se Freya había sido lo suficientemente afortunada como para haber provocado en el Jefe Vikingo tantas veces.
- ¿Estás bien? ¿Nos conocemos?- Preguntó el muchacho presionando ambas manos en los hombros de Freya, cuya cabeza aún daba vueltas.
- ¿Estoy loca?
El muchacho era igual de guapo que Gustav.
Que sú Gustav.
Se paraba de la misma manera y sonreía de la misma forma burlona.
Por debajo del abrigo, Freya se pellizcó la cintura para comprobar que en efecto, estaba despierta
- Oh, Gustav, pasa- Dijo Garth al asomarse.
- Es broma, si soy yo- Y haciendo honor a sus raíces Vikingas, Freya soltó un grito de júbilo que de seguro se escuchó tres manzanas a la redonda- Tu no tienes una idea de lo que te extrañé- Dijo Gustav abrazándola con tanta fuerza que la muchacha continuó hablando pero con bastante dificultad.
- Creí que estabas muerto...-Guardó silencio- Tú estabas muerto...
- Pues parece que no, niña de los Dioses- Con los ojos inundados en lágrimas y temblando de pies a cabeza, Freya se sintió tan abatida que sus piernas no aguantaron tantas emociones y no la pudieron sostener más.
Sin saber muy bien qué más hacer, la muchacha sencillamente continuó llorando y tiró del brazo del muchacho para que esté, al igual que ella, revolcándose en el suelo de alegría.
Y lo besó, lo besó con ganas, importandole muy poco que su familia esté en la habitación junto a la suya.
- Debes soltarme en algún momento- Dijo Gustav entre risas cuando la muchacha pasó tres minutos enteros abrazada a su pecho.
- Nunca. Nunca más. La última vez que te solté ocurrió lo que ocurrió.
- Me parece un poco extremista, ¿no crees?.
- Además tienes un pecho muy cómodo, tranquilamente podría pasarme la eternidad aquí mismo- Gustav rió ante las locuras de su chica y le depositó un corto beso en la coronilla antes de que Claire los interrumpa.
- ¿Se conocen?
- No tienes idea de cuánto- Contestó Freya- Abuela, ¿Puede Gustav quedarse a beber el té?
- Oh...pues...supongo.
Encantada, Freya saltó sobre sus pies solo para volver a envolver al muchacho en un fuerte abrazo.
- Creí que te había perdido para siempre...yo...yo...yo- La muchacha comenzó a agitarse y Gustav tomó su rostro entre las manos- No puedo hablar, es mucho para mí...tú estás aquí y vestido así y yo, y tú...
- Si me lo preguntas, prefiero la ropa de esa época, ya sabes, el cuero me sienta mucho mejor que la mezclilla.
- Concuerdo- Dijo Freya dándole otra larga mirada al muchacho que ahora daba una vuelta dejándose admirar- Pero a tí un mantel y unas flores en la cabeza te quedarían fenomenales.
- Hablas con el corazón, no con la cabeza.
- Aida solía decirme eso todo el tiempo.
- Y tenía razón- Contestó Gustav riendo y posando un brazo sobre los hombros de la muchacha- ¿Podemos ir a algún lugar a solas? Hay tanto que debo contarte....
Aun incapaz de hilar palabras, Freya guió al Vikingo hacia el patio delantero, que tenía una preciosa vista hacia el lago Oldevan y la espesa cadena montañosa que se encontraba detrás.
Pero lejos de admirar el paisaje, la muchacha no despegó un segundo los ojos de Gustav, a quién jamás en la vida se había imaginado con pantalones de ese tipo ni con el pelo corto y sin embargo...le sentaba maravilloso.
- ¿Acaso el gas de los automóviles me drogó y estoy alucinando?
- ¿Qué? ¡No!- Contestó él riendo- Estoy aquí- Aseguró tomando la mano de la muchacha y llevando sus nudillos a la boca- Y no tienes idea de cuánto tiempo he estado esperando este momento.
- Pues escúpelo todo porque yo hace tres días que te ví, bueno, no tres días pero me entiendes- Gustav volvió a reír antes de comenzar a hablar y enseñarle su bicep derecho en el cual llevaba una marca del Valknut idéntica a la que Freya había llevado en su brazo durante su estadía en el pueblo Vikingo-¿Acaso...?
- En el segundo exacto que tú desapareciste y la flecha con fuego cayó sobre el Drakkar yo fui devuelto a la vida, pero con esto aquí en el brazo.
- ¿Y qué significa? ¿Atas, desatas y jamás empatas?
- No, yo tuve una profecía distinta pero igual de pegadiza, "corres y recorres, que sus besos nunca borres"
- Oh, mucho mejor que la mía- Freya soltó una risita y entrelazó sus dedos con los de Gustav- ¿Qué crees que signifique?
- Freya, hay algo que debes saber...yo no viajé en el tiempo como tú.
- ¿No?
- No...los Dioses querían que recorran y yo...recorrí el mundo entero.
Ella alzó la cabeza y luego la giró hacia un costado, confundida.
- ¿Por cuanto tiempo?
- Desde que desapareciste hasta ahora.
- Es decir que llegaste al Oeste.
- Oh Freya, al Oeste y mucho más, si buscas mi nombre en internet podrás leer sobre mis aventuras.
- Cumpliste tu sueño- Dijo ella sonriendo de oreja a oreja- Nada me podría alegrar más que eso.
- Cumplí casi todos mis sueños, pues verás, yo tenía intención de pasar mis últimos días con una muchacha de cabellos rojos y un carácter temible...y aquí estoy.
- "Corres, recorres, que sus besos nunca borres", ¿De qué besos habla esa profecía?
- Eres una muchacha lista, puedes deducirlo por tí misma.
Bueno muchachas bellas, ha llegado el final de Warrior, con sus altos y bajos, sus plot twists y muertes. Espero que hayan disfrutado leerla tanto como yo escribirla! La verdad que me encariñé muchísimo con todos los personajes y si bien no quedó 100% como me hubiera gustado, estoy bastante satisfecha con el resultado final.
¿Qué opinan ustedes?
¿Qué depara el futuro de Frey y Gustav?
¿Qué creen que enocntrará la muchacha en la caja metálica?
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Warrior (Terminada)
RomanceFreya Dahl ha tenido que valerse siempre por sí misma, con un padre fallecido y una madre alchólica, nadie le enseñó jamas como hacer las cosas, empujándola a una vida de rencor y tristeza sin fin, no tiene amigos, no tiene novio, no tiene familia...