Capítulo 13

136 30 26
                                    

Brianna

El coche se detiene y ya estamos afuera de mi departamento, Alejandro se apresura a bajar, cuando estiro mi mano y lo detengo, creo que él no ha entendido que necesito estar sola, necesito mi espacio y necesito un desahogo, ni quiero parecer desagradecida, pero en este momento ruego por un momento para encerrarme y dejarme sentir toda la bola de sentimientos que tengo acumulados.

- Alejandro... - nuestros ojos conectan - desde aquí ya puedo seguir yo, gracias.

- ¿De qué hablas? -dice.

- De que te agradezco el aventón, y que nos vemos mañana. - Lo suelto y abro la puerta saliendo del coche.

Para eso él ya está saliendo también, alcanzándome y llamándome.

- Brianna solo quiero acompañarte, saber que llegaste bien.

- Estoy bien mírame, -señalo con mis manos todo mi cuerpo - nada puede pasarme de aquí a la entrada del edificio enserio.

- ¿Y quién dice que no pasara lo mismo que ayer?, por lo menos déjame acompañarte.

- No siempre vas a estar conmigo y enserio necesito que me dejes sola...necesito espacio.

- Pero eso no decías ayer... - levanta la voz, y empieza a ponerse rojo. - cuando nos besamos, cuando dormimos juntos...

- ¿Qué quieres decir con eso? - le grito - ya te lo dije, te agradezco todo lo que hiciste por mí, pero no te equivoques Alejandro que eso no te da derechos sobre mí, a parte a que viene todo esto, ¿acaso no te acuerdas que tienes compromiso? No Alejandro a mí no quieras complicar más la vida, no te das cuenta de que estoy hecha mierda.

Tiene la mandíbula apretada, me doy la media vuelta y corro hacia la entrada, está diciendo algo, pero entro rápidamente y ya no lo escucho más. Se que está enojado, pero yo también, ¿Qué fue eso? Que no quiera venir a pagar conmigo, sus problemas con su noviecita.

Al pasar por recepción me detiene el portero, ¡Gran mierdaaa!, el lugar está lleno de flores, diferentes arreglos y globos con la leyenda de "Perdóname", "Lo siento" adornan todo el salón.

- Señorita Brianna, que bueno que llega, todo esto es para usted, han estado llegando cada hora, y la verdad ya no sé qué hacer, ya no hay lugar donde más ponerlos. - dice Louise afligido -Le ayudo a subirlos señorita.

- Louise, lo siento, pero no quiero nada de esto, has lo que quieras con ellos, dáselos a tu novia o tiralos da igual...

- Pero señorita...

- Louise ya te dije que me llamo Brianna, y de nuevo has lo que quieras con ellos, eso sí, si siguen llegando ya no recibas nada por favor.

- Está bien Brianna, Dios que desperdicio.

Llego al elevador y le digo adiós a Louise. Y ahora que voy a hacer con Maximo no se dará por vencido y no tengo ni la menor idea de hasta donde llegara... hoy lo único que deseo es llegar ducharme y no saber más...

Alejandro

Estoy como idiota parado ahí en la acera con un jodido enojo que quiero golpear a alguien. ¿Por qué no se da cuenta que me preocupa?, porque es una maldita testaruda (digo para mis adentros), no me quiere ver, pues que se joda. Camino hacia mi coche y parece reconocer mi humor ya que salimos de ahí quemando llanta rumbo a mi hogar, y ese será otro problema porque ahora mi hogar me recuerda a ella, a mi maldita rojita cabezota...

Entro a mi edificio y lo primero que me dicen es que Kassandra esta arriba, le hizo creer al portero que había olvidado su llave y yo había dado mi permiso para que la dejaran pasar. ¡Maldita sea! Primero Brianna y ahora tengo que lidiar con el drama de Kassandra.

Gastronomía del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora