♾CAPITULO XLV♾

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Continuación...

Ambos aún estaban sumidos ante los estragos de las copas que se tomaron, a ninguno le haría daño pero si hacía que su mente fuera un alboroto y que sus pensamientos dejaran de ser claros.

Jimin fue el primero en sentir aquel calor pues él era el que se encontraba más sobrio, ese calor subió desde sus pies hasta su cabeza haciendo que se estremeciera un poco, la sangre se había ido directamente a su pene causándole una dolorosa erección al instante. Jungkook no fue tan diferente, su Omega parecía que fuera a brillar en cualquier momento y su cuerpo sintió un electrizante recorrido que lo hizo estremecer pero aquello no fue lo que lo descolocó, no, sino fue la erección que se formó en sus pantalones, algo no tan nuevo para el pero que nunca le había sucedido en público.

Los ojos de los dos se volvieron del color de sus animales, Jungkook con un hermoso color blanco con destellos verdes y Jimin con un color amarillo con motas doradas, ambos colores tan  hermosos y únicos pero que significaban solo una cosa, sus animales ya habían tomado el control y no eran los únicos pues conforme el tiempo pasaba y los solteros iban encontrando a sus parejas sus iris iban cambiando de color.

Amare, dummodo – (amor mío, después de tanto) Susurro el fénix alfa cuando tomo el dominio completo del cuerpo de Jimin

–  Scio mel, esse diu nisi mora tandem unum sumus  – (lo sé cariño, el tiempo ha Sido largo pero la espera ha terminado)  aquella lengua tan antigua, tan única era con la que todas las parejas se comunicaban.

Jimin se levantó llevando consigo a Jungkook ambos siendo guiados por sus animales, (Te he extrañado, muchos decir verdad. Quiero seguir a tu lado, demostrarte el amor que guardo para ti cada vez que regresamos, déjame hacerlo, déjame demostrar cuánto te amo...) – Quem desiderant multi dicerent veritatem. Te volo manere parte demonstrabo tibi servo quotiens amorem redire mihi feceris mihi te amo quantam

Aquellas palabras eran tan sinceras, ellos aún no comprendían porque su parte humana no había olvidado el pasado, los rencores para poder ser felices, ellos se amaban a pesar de todas las peleas que tuvieron pero sabían que no podrían interferir, el amor tendría que ser más grande y el perdón tendría que ser aceptado para que pudieran ser felices, tanto como en sus vidas pasadas.

(Jamás te lo negaría, sabes que siempre te amare y nunca te diré, no, porque confío en ti, porque te amo) – Ego numquam esset, negare id, tu scis quia amo te semper et non amen dico vobis: non est, quod non habeat fiduciam: quia amo te – y era cierto, su alma había reencarnado por tanto tiempo pero su amor seguía intacto porque jamás les importó el que dirán, su amor era mágico, único y tan antiguo como la creación misma, porque eran almas gemelas...

La una en punto marcaba el reloj en la pared, todas las parejas estaban en filas para pasar a los cuartos, todos guiados por sus parejas pero sus partes humanas tan felices como nunca, aunque también estaban algunos que así como Jimin y Jungkook querían evitar a toda costa su emparejamiento, no porque no se amaban sino porque las heridas del pasado aún estaban ahí, tan latentes que el perdón todavía dolía. Ambos estaban luchando pero bajo la influencia del solsticio nada podían hacer, eran débiles y sus animales eran tan fuertes que no podrían evitarlo. También hubieron algunos que no encontraron pareja pues la de ellos aún era bastante joven o no había nacido por lo que estarían condenados a esperarla hasta que apareciera en los próximos años. Aquellos que quedaron solos salieron por una puerta oculta que era para que nadie los viera salir ni murmura, los guiaba a un bosque tan extenso dónde pasarían la noche llorando y consolando se por no encontrar a su alma gemela.

Garden of Paradise  [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora