Jibaku Shonen Hanako-kun~ With you/ With me (PAUSADA)

20- Enfrentando al destino

/Mitsuba perspectiva/

Estuvimos paseando por el pequeño pueblo. No había nada que destacase, de hecho me estaba empezando a aburrir. -No vamos a encontrar nada en este muermo- Me quejé mientras depositaba una mano en mi cabeza, dando a entender que me estaba mareando.

-No me apetece seguir por aquí...- Se lamentó Natsuhiko.

-Me han dejado con los peores- Dijo Sakura con aire de enojo.

Al rato, empezaron a reunirse todos los ciudadanos de alrededor. -¿Qué pasa aquí?- Cuestioné mirando hacia todos lados, e intentando agudizar la vista.

-¡El príncipe Teru!- Gritó un pueblerino.

-¿El príncipe... Teru?- Preguntó Sakura, girándose para ver el espectáculo que se estaba formando.

Sin previo aviso, un puñado de guardias, hicieron presencia en el lugar. Parecía que escoltaban algo o a alguien.

-¡Hola mi pueblo!- Se llegó a escuchar una voz detrás de los guardaespaldas. -Yo, el príncipe Teru, vengo a alegraros con mi presencia-

-¿Quién es este narcisista?- Demandó Natsuhiko con una sonrisa burlona.

Empecé a darle vueltas por mi cabeza. Ese pez me daba un aire a alguien, pero me costaba reconocer quien era.

-Un momento, ¿Teru no es el hermano del tal Kou?- Preguntó Sakura todavía extrañada por todo lo que estaba pasando.

En ese momento, mi cerebro llegó a conectar. -¡Entonces vamos!- Grité emocionado por haber descubierto algo nuevo, mientras movía mis piernas y trataba de correr.

-No tan rápido- Me detuvo la peliverde. -Este no es el Teru de nuestro mundo, será mejor que volvamos con los misterios-

-Sakura-chan tiene razón- Añadió el chico castaño.

Refunfuñé un poco, sin embargo tampoco podíamos hacer nada. Acabé por aceptar la propuesta, y nos fuimos del lugar.

/Yako perspectiva/

No pudimos entretener a los guardias por mucho rato, sin embargo fue el tiempo suficiente para que Tsukasa pudiera investigar. A pesar de todo, nos empezábamos a preocupar. El chico de pelo oscuro no aparecía por ninguna parte. Llegué a temer lo peor.

-Hey...- Resonó una voz infantil, a la par que familiar.

Tras esto, cerré mis ojos para dar un suspiro de alivio. -¡Tsukasa!- Solté con más alegría de lo normal.

-¿A qué se debe tu tardanza?- Cuestionó Tsuchigomori con el ceño fruncido y algo mosqueado.

-Tranquilo, sensei... Me recuerda a esos días de antaño... Conseguí información- Afirmó con una sonrisa que parecía más sincera que las anteriores.

El misterio cinco se rascó la parte trasera de la cabeza. -Bueno, al menos conseguiste algo...-

-Solo nos queda reunirnos con los demás para idear el plan de rescate- Me emocioné.

-Hablando del rey de Roma...- Dijo el hombre mirando hacia el horizonte, donde se acercaban los tres chicos.

Tsukasa nos contó todo lo que había visto y hecho.

-¿Hablaste con la chica?- Preguntó el número cinco.

-Bueno... Fue bastante aburrido. Solo me hablaba de Amane- Contestó mientras jugueteaba con sus dedos.

-¡Eso es lo que queremos saber, fantasma tonto!- Gritó Mitsuba intentando agarrarlo por el cuello.

La chica peliverde suspiró y empezó a hablar. -Nos encontramos con Teru, el hermano de Kou. Parece ser que va a estar hoy por aquí cerca- Comentó mirando a la nada, con su típica cara inexpresiva.

-Oh... Si... Algo oí de una fiesta- Anunció el de ojos ámbar, intentando zafarse del agarre del pelirrosa.

-¿Una fiesta?- Pregunté confusa.

-Algo de una cena esta noche...- Contestó el infantil.

-¡¿Por qué no nos lo dijiste antes?! Es algo muy importante- Dijo Tsuchigomori expresando su enojo.

-Es nuestra oportunidad de rescatarlos...- Habló Natsuhiko.

-Pues vamos a ello. Esperaremos a que el sol caiga- Terminé por decir.

(***)

/Yashiro perspectiva/

Estaba a punto de aparecer la noche, y ya era casi la hora de aquella celebración. Recogí un poco mi habitación antes de que llegase mi amiga, la cual estaba muy nerviosa, y se puso preguntarme sobre que ropa le quedaría mejor.

-¿Cuál crees que me queda mejor, Nene?- Dijo la de ojos azules mostrándome dos vestidos bastante elegantes.

-No lo sé, Aoi... No estoy de humor...- Contesté con los ojos un poco cristalizados, y la mirada baja.

Mi amiga suspiró y se sentó a mi lado. -¿Son esos chicos, verdad?-

No respondí nada. Solo el hecho de pensar en lo que había pasado me daba un vuelco al corazón.

-No podíamos hacer nada en ese momento, pero... Si hay algo que pueda hacer ahora, lo haré. Cuenta conmigo- Me sonrió de manera sincera.

Le devolví la sonrisa y le contesté. -Muchas gracias, Aoi-

De un momento a otro, la sirvienta entró en la habitación, anunciando la posible llegada de los invitados en breves.

Me di un par de palmadas en la cara, y con la fuerza de voluntad que me quedaba, salí junto a mi amiga del cuarto. No voy a permitir obtener un terrible destino.