Cómo salir con un... ALIEN ( HyunSaeng ) 🖤

Cómo salir con un... ALIEN (20)

CAPÍTULO 20 👽

Pensaría que un bloque de celdas en una base alienígena tendría más guardias de seguridad. Pero mientras corría por los largos pasillos blancos y dentro del sótano no vi ni uno o incluso una sola persona o alienígena. Mientras me acercaba a las filas de celdas me di cuenta del por qué.

No eran celdas ordinarias con barras de metal, sino líneas verdes de corriente eléctrica que corrían a lo largo de la gran sala, poniendo en guardia a cada prisionero gruñendo entre sí.

Corrí por las filas, buscando en cada celda. Algunos de los prisioneros lucían como ancianas pidiéndome que las ayudase, y otros eran burlonas criaturas como bestias que gruñían y saltaban hacia la corriente eléctrica sólo para ser echados hacia atrás por la sacudida.

Finalmente llegué hasta el final del bloque a una pequeña celda revestida en verde con Hyun Joong agachado en la esquina. Tenía la cabeza hacia abajo, y su traje y pelo quemados ya sea por la descarga eléctrica de cuando fue detenido, o por correr hacia la corriente eléctrica que lo rodeaba.

— ¿Hyun Joong? —Susurré, tratando de ocultar el horror en mi cara al verlo tan impotente con su cara enterrada en sus rodillas.

Él ladeó lentamente su cabeza hacia mí. El fuego en sus ojos había desaparecido y lo único que quedaba eran pozos de tristeza en su rostro enegrecido.

— ¿Young Saeng? —Se puso de pie poco a poco como si le tomara un gran esfuerzo moverse hacia la pared de la celda. Estando solamente a un pie de mí, quería extender la mano y tocarlo, hacer que las marcas de quemaduras desaparecieran, pero sabía que sólo estaría eléctrocutandonos a ambos.

— Soy yo. —Podía sentir las lágrimas en mis ojos y traté con todas mis fuerzas que regresasen de vuelta.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —Susurró, mirando a su alrededor—. Esto podría meternos en más problemas.

Negué con la cabeza.

— No me importa. ¿Qué otra cosa pueden realmente hacerme? Ya te han apartado de mí y me dejaron en mi propia prisión.

Miré las corrientes verdes que lo rodean.

—Quiero decir, esto…, no exactamente la prisión.

Él sonrió, un verdadero pequeño flash de blanco en su, de otro modo, cara oscura.

— Sé lo que quieres decir, Young Saeng. No tienes que explicármelo.

— Lo siento. —Empujé mis gafas rotas para limpiar las lágrimas de mis ojos—. Pero no sé qué más hacer.

Dejó escapar una respiración profunda.

— Bueno, se supone que la junta se reunirá hoy para decidir lo que va a pasar.

Tenía ganas de extender la mano y tocarlo, sentir las líneas de su cara en mi mano, y dejar sus labios recorrer los míos. Pero el zumbido constante de las barras verdes me hacía saber que eso no podría pasar.

— ¿Qué crees que pasará? —Presioné.

Sacudió su cabeza. 

— No lo sé. En realidad nunca he visto a otro alien meterse en problemas por estar con un chico humano.

Tragué saliva, pensando en lo que mi padre había dicho sobre él matando a unas chicas humanas en otros países. No quería molestarlo más, pero tuve que preguntar. 

— Mi padre me dijo algunas cosas.

Sus ojos se encontraron con los míos. Un fuego ardía lentamente detrás de ellos.