Juu Kyu | 19.

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Una oportunidad de oro, un padre siendo un padre y las consecuencias de olvidar un malestar

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Una oportunidad de oro, un padre siendo un padre y las consecuencias de olvidar un malestar.

—¡Ah, Dazai-kun!

<<¿¡Eh!? >>, exclamó en su mente al ver como esa persona tan importante que ella admirada, se dirigía justo hacía su lugar.

—Fyódor, gusto volver a verte, compañero.

—¿¡Eh!? —sin darse cuenta, reaccionó.

Cuando el azabache llegó a su lugar, inmediatamente abrazó al castaño con confianza y una felicidad que se le notaba en la sonrisa y orbes purpurientos; de igual manera, el otro portaba el mismo semblante.
Al ver tal acción, Rai tuvo que voltear la mirada hacia otra parte al entender que ese era el viejo amigo del que había hablado antes, además de estar sintiendo emoción. También le alejó -la mirada- de los dos, ya que la mayoría presente tomó dato de la situación y los murmullos aumentaron todavía más.

—Me da gusto que hayas venido, espero no haber interrumpido algo importante del trabajo —se lamentó el ruso al separarse para verle el rostro.

—No, nada de ello, Mori-san me dió el día libre para cuidar a Satoko —hizo saber al mismo tiempo en que negaba.

—¿Satoko?

La reacción del fílologo fue inesperada al saber que la menor estaba presente, que cuando Dazai señaló detrás de él, este se volteó enseguida para ver a la pequeña curiosamente escondida detrás de la pierna de Rai, y está misma siendo utilizada, pudo ver nuevamente de cerca al que era su "ídolo", así que enseguida agachó la mirada.

—Hola, Satoko, ¿cómo estás? —gentil, el ruso se agachó en su lugar para ver de frente a la menor, pero está se escondió todavía más, al punto en que solo la mitad de su rostro era visible.

—Mamá me dijo que no puedo hablar con desconocidos —respondió desconfiada la pequeña.

A la mesera le daba mucha vergüenza que el mayor estuviera tan cerca de sus piernas por ese día en falda. Le daban unas tremendas ganas de salir corriendo teniendo la oportunidad.

—¿Pero qué dices? —con ánimo, inquirió—. ¡Si yo te ví cuando apenas eras un bebé! Soy tu tío Fyódor.

La muchacha levantó el rostro luego de escuchar una agraciada risilla que provenía del castaño aún frente a ella, y cuando volvió el rostro a Satoko, fue porque sintió como era soltada. De un momento a otro, la nena preguntaba al Dostoyevsky si era verdad lo que decía, pero de una manera muy tímida.

—Ya que están, no quiero interrumpirlos. Será mejor que me vaya antes de que Satoko se de cuenta —se apartó al decir en voz baja, solo Dazai pudo escucharle.

—Si... Cuídate... —comenzó a contestar el mayor, pero se escuchaba vacilante, y su mirada casi colapsa al ver a su hija distraída y notar como la mesera se estaba retirando lentamente como un ladrón—. No, espera. —Hizo caso a su corazón, diciéndose que no era por él, sino por la pequeña.

Compromiso para Dos 💍 | Dazai Osamu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora