Fujiwara Rai, una estudiante de Filología y mesera de medio tiempo en el Yellow Cake's, nunca imaginó que conocería a alguien que le propusiera algo que a su mirar, parecía increíblemente loco; eso era un "Compromiso para Dos"
-------------- *.✧
-A...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los padres de Shūji, una mala bienvenida y un pasado que le avergüenza.
Osamu y Rai no cumplieron una semana entera en casa de los Fujiwara, sin embargo, afortunadamente, todo había salido dentro de lo esperado, tanto con sus padres, como su hermana y sobrina. Lograron convencerlos acerca de su amor mediante cariñitos naturales y disimulados en los últimos días, y Yuji quedó encantada con Dazai por lo fraternal que era con su persona, sobre todo, porque ansiaba conocer a Satoko en la boda.
El domingo muy temprano, los comprometidos seguían su camino para abandonar el aeropuerto, pues a pesar de la cercanía, la madre de Shūji se tomó la libertad de comprarles los pasajes a Tokio, siendo esta la principal razón de porque no pudieron pasar el día con la familia de Rai.
—Mi padre dijo que nos recogería en la entrada, pero no lo veo por ningún lado —hablaba el mayor, observando hacía todas partes en busca del mencionado, mientras de la mano llevaba casi arrastrando a la menor.
Sin duda, Rai había dormido todo el corto viaje. Madrugaron, les llevaron hasta el aeropuerto, y en el avión, está vez sin importarle algo, se recargó en el hombre de negocios de manera descarada, pues no quería batallar y tenía mucho sueño, además, era su prometido, verdadero o falso, y habían estado toda la semana fingiendo con acercamientos débiles. ¿Qué tan difícil era entonces apoyarse superficialmente en él? Nada complicado si recordaba el accidente de su habitación donde su padre los encontró muy cerca.
—Allá está —se dijo emocionado, encontrando a su padre junto a la puerta.
Rai bostezó cansada cuando el paso fue apresurado, se talló el ojo izquierdo y terminó por poner atención a su alrededor. Lo primero que captó, fue a un hombre levantando la mano en forma de saludo; era mayor, más que su padre por evidentes razones, castaño, bien peinado y alto, pero no más que Dazai, aunque sin duda, la vejez le había hecho encogerse, por lo que en su juventud, pudo ser más alto que su hijo.
—Que gusto verte, Shūji —mencionó cuando se acercaron.
El abrazo que padre e hijo se dieron fue algo que la ex-mesera vió con asombro desde su lugar mientras Dazai no le soltaba, porque pudo sentir nostalgia venir de él. ¿Cuánto se habían extrañado esos dos? Lo importante era que se veían de nuevo, y lo más importante, fue que al separarse, el hombre le miró con una sonrisa sincera y le extendió la mano.
—Fujiwara Rai, un gusto. Soy Tsushima Gen'emon, el padre de Shūji —se presentó educado.
Rai estaba más dormida que despierta, por lo que tardó un poco también en extenderle la mano cordial, la que su prometido no tenía tomada.
—Mucho gusto, Tsushima-san —saludó por fin, viendo de frente al hombre, inquieta por el gran parecido que tenía con su hijo, pero eso no era todo, también le sorprendió el aura tan tranquila que emanaba.
