Fujiwara Rai, una estudiante de Filología y mesera de medio tiempo en el Yellow Cake's, nunca imaginó que conocería a alguien que le propusiera algo que a su mirar, parecía increíblemente loco; eso era un "Compromiso para Dos"
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Un mal día, una mesera amable y los problemas comienzan.
Con gusto, recibió la charola y se encaminó feliz hasta la mesa cuatro. Dejó el pedido sin problema deseando que agradara a los comensales, sin embargo, luego, tuvo que levantar la mirada...
—¡Eres lo peor que hay en este mundo! —gritó la mujer de las joyas levantándose y alertando a todo el mundo, después, lanzó el vaso con agua al hombre castaño de traje azul, quien se quedó sentado sin mover músculo cuando la puerta fue cerrada sin cuidado. La mujer se fue echando furia.
—Con permiso, disfruten sus alimentos. —Rai, al ver la escena, no pudo sino entrar en pánico.
Nunca le había tocado ver algo similar a aquello y era algo de lo que todo el presentó notó. Ahora todas las miradas estaban encima del hombre bañado en agua y también se podían escuchar murmuros acerca de la razón por la cual había sido insultado y humillado de esa manera.
—Dame el trapo limpio —le pidió a su mayor llegando a la barra, quien evidentemente también había podido apreciar el espectáculo desde su lugar, por ello, se lo dió rápidamente y luego vió como se alejaba en sus patines de inmediato—. Déjeme ayudarle.
Fue entonces que arribó a la mesa seis, en donde el hombre ya estaba intentando limpiar su traje con algunas servilletas.
—Gracias... —aceptó el trapo limpió y Rai se dió a la tarea de limpiar la mesa que no había salido impune del ataque con agua. Fue una lastima ver que el panesillo de naranja se había estropeado aún intacto—. Lamento el alboroto, se me salió de las manos la situación y ahora tienes que limpiar.
—No se preocupe más que por su traje, señor, este es mi trabajo —informó nerviosa, pero siempre era amable con la clientela.
Justo, Ritsuko arribó para entregarle una charola que Rai agradeció. Luego se fue con el semblante serio.
—Si gusta, el lavabo está por ese pasillo, puede ir a limpiarse con más calma en lo que recojo todo esto —decía mientras señalaba el lugar sin verlo del todo.
—Muchas gracias, volveré enseguida —agradeció y se marchó hacía donde ella indicaba.
Mientras tanto, Rai limpió la mesa poniendo todo en la charola y Ritsuka volvió para llevársela, claro, no sin antes hablar, ya que el hombre no estaba presente.
—Me da algo de lástima. No parece ser mal educado y la mujer le ha gritado en frente de todos —comentó sintiendo pena ajena. Lo bueno, era que las personas ya no le estaban tomando atención a lo sucedido. Todo volvió a como antes.
—Pienso lo mismo, desde que llegó ha sido amable, pero no podemos estar seguras de como sea. Igual y tal vez la mujer tuvo razón en gritarle. —Tuvo que ser objetiva, aún si la agresora había sido una mal educada con ella.
