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Chapter 8

El pasillo de los susurros.



Estoy consciente, más aunque quiero no puedo abrir los ojos, un pitido molesto ensordece mis oídos y un zumbido hace doler mi cabeza; Nunca me había sentido de este modo, solo se que me encuentro bastante desorientada.

Recuerdo la habitación, recuerdo a las siamesas, pero no recuerdo de que diablos escapaba.

El pitido va volviéndose más bajo y da paso a los murmullos que se escuchan a mi alrededor, trato de tragar saliva, pero mi garganta se siente bastante seca,pesada y hasta agrietada.

— Siento que no podemos confiar en ella — Los murmullos van haciéndose más claros y reconozco la voz del señor Kim— Actua de forma extraña.

— Solo es una niña Nam Joon — Una voz áspera y firme, una que no se a quien pertenece; Despierta aquella curiosidad que se a desarrollado el poco tiempo que eh estado en esta casa. Más no puedo moverme.

— No estaba haciendo lo que le ordene y la encontre correteando por los pasillos.— El señor Kim insiste.

— El pasillo que da a su habitación, no la despediras y punto. — Silencio, pero no dura bastante tiempo.— Yoongi llevala abajo.

Y de pronto siento mi cuerpo liviano, como una pluma, siendo balanceado y al mismo tiempo sujetado por unos firmes brazos que me llevan con el maximo cuidado, escucho pasos a mi al rededor,es fustrante el echo de no poder gritar que estoy despierta.

— Me dijiste que parecia aterrada — La grave voz del joven Min es baja.

— Tu padre tiene bastantes problemas como para sumarle algun otro.— La voz del señor Kim es cevera— No es de confianza la joven, podría ser otra pueblerina corrompida por los rumores, curiosa, buscando respuestas donde no debe; solo para undirnos más de lo que ya estamos. Solo tiene tres días aquí.

¿Qué era lo que realmente todos estaban ocultando? ¿Por qué suena tan asustado a la simple idea de que yo encuentre respuestas a todas las incognitas?

— Lo que veo es una chica asustada, Joven, perdida en la miseria de todo este pueblo. No todo el mundo es igual Nam Joon. — El Joven Yoongi en cambio no parece molesto con lo que ocurrio.

— Eso penso tu padre y mira lo que sucedio.— El señor Kim parece clausurar la conversación, pues el joven Yoongi no dice una palabra más y hasta sus pasos se detienen.

Mi cuerpo es dejado con cuidado en una superficie dura y me sigo preguntando porque no puedo abrir mis ojos, es como si no tuviera suficiente energía. De pronto un aroma fuerte y agrío inunda mi nariz, uno tan potente que me hace abrir los ojos al instante, incluso tozo del escosor que produce en mi garganta.

Es cuando noto que me encuentro nada más y nada menos que sobre la mesa del comedor, Mi moño desecho, mis rodillas rojas, tal vez por la caida, mis manos sostienen mi cabeza y es que todo me da vueltas, me sorprendo al sentir un bulto prominente en aquel lugar, estaba echa un desastre.

— ¿Se encuentra bien My lady? — Apenas noto la presencia del joven Suga, sus ojos felinos reflejan preocupación y su sonrisa es bastante genuina, muy diferente a la de su hermano Agust, quien nunca dejaba esa sonrisa burlona.

— Yo...— A pesar de que quiero responder, el dolor no me deja.

— ¿No ves que se parece al saco de boxeo que usaba Hoseok? — Agust se burla y todos lo miran con cara de desaprobación— Bien, que tampoco soy tan malo, ire por algo de hielo para ese huevo espacial, preciosa — Guiña un ojo en mi dirección antes de perderse por la cocina. nunca entederia aquella personalidad.

Los trillizos MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora